8 ¿Marido y Mujer?

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Nos taparon los ojos y nos llevaron a un calabozo. No había nadie más, la oscuridad no me dejaba ver mucho más allá de nuestra celda. Estuvimos allí durante horas, abrazados en el frío suelo, esperando a que fuera la hora de ver a Eldén.

Tenía las manos agarrotadas de agarrar los brazos de Daryl con fuerza. La tensión que sentía tenía que salir por algún lado y agarrarle fuerte era lo que mi cuerpo me pedía. Era como si de esa manera les iba a dificultar separarnos.

Estaba aterrada. Todos mis pensamientos se centraban en hacer que nos creyeran. Los sentimientos existían, ahora teníamos que dejar que subieran a la superficie y los demás lo vieran. Eso me parecía fácil. Lo difícil era que crean que existe una relación desde hace tiempo, una relación consolidada. A partir de ahora teníamos que parecer marido y mujer.

Alguien abrió la puerta y entró una luz cegadora. Sin mediar palabra una mujer abrió la celda en la que nos encontrábamos y nos indicó que la siguiéramos.

Me impresionó lo guapa que era, tenía una piel muy clara, era pelirroja con el pelo largo y muy liso. Unos ojos verdes que era difícil no ver.

- Sentimos mucho haberos hecho esperar ¿Qué tal ha ido el viaje? - dijo con una voz muy dulce.

- Atados y secuestrados. - gruñó Daryl.

Yo le di un codazo para que fuera amable. Por ahora era el juego que teníamos que jugar, más tarde ya veríamos.

- ¿A dónde vamos? - le pregunté.

- Uy perdonarme, qué maleducada, soy Jessica. Vosotros soys Daryl y Beth, ya lo sé.- nos sonrió - Soys adorables. Podéis estar tranquilos, se ve a la legua de que soys un matrimonio como Dios manda. Ahora vamos con mi marido, Eldén. Él es el que tiene la última palabra, pero entre nosotros, soy su mujer favorita y me escuchará si le digo que yo sí veo amor.

Sus palabras me tranquilizaron, aunque no pude dejar de darle vueltas a la parte de "soy su mujer favorita". Sin duda eran una comunidad polígama.

Daryl me agarró de la mano y entrelazó sus dedos con los míos. A pesar de todo lo que estaba pasando, ese contacto, tocar su piel, hizo que un hormigueo pasara por todo mi cuerpo. Sobre todo el hecho de que fuera él el que iniciara ese acercamiento me hacía sentir muchas cosas. No soy tonta, yo sabía que en parte lo hacía por el papel que teníamos que interpretar. Pero en el momento de sentir sus dedos y su mano apretando suavemente la mía, eso me importaba poco o nada.

A nuestro alrededor había huertos, casas y edificios. Era un lugar que parecía funcionar y por lo que estaba viendo era el más grande en el que había estado. La gente nos miraba, pero parecía hacerlo con curiosidad y sin recelo. Parecía un buen lugar dónde vivir, menos todo el tema ultra religioso y radical, claro.

Llegamos a un lugar dónde se reunía bastante gente, todos estaban mirando hacia una única persona. El hombre era alto y rondaba los cuarenta años. Parecía contento y al vernos sonrió aún más indicándonos que nos acercaremos.

- Gracias Jessica.- le dijo y le indicó con el brazo que se alejara.

La mujer pelirroja se quedó entre la multitud mirando hacia el hombre como todos los demás.

- Bienvenidos a Hope, los que aquí vivan llegarán al Edén que será nuestra Tierra.- dijo sonriendo y abriendo los brazos hacia nosotros. - Soy Eldén.

Nos quedamos junto a él sin saber muy bien como actuar ni que decir. Me sonaba muchísimo ese nombre, Hope. ¿Era la comunidad a la que se habían llevado a todos los demás? No estaba segura y comencé a mirar a mi alrededor y hacía nuestro público para ver si veía a alguien. Y los vi, no a todos, pero algo era algo, ahí estaban Rosita y Eugene, cogidos del brazo mirándonos con preocupación. Sentí una oleada de esperanza y comencé a buscar ansiosa para ver si veía a Maggie, pero no hubo suerte.

- ¿Y vosotros? - preguntó todavía sonriendo.

- Daryl Dixon.

- Beth Dixon. - dije, aunque lo de adoptar el apellido del hombre lo veía muy retrogrado. Estas personas que podían tener más de una mujer y vivían en una comunidad que parecía sin duda una secta, les gustaría sin duda oír eso de mí. Estaba intentando ganar puntos.

- Bien. ¿Están casados entonces?

- Sí. - respondió Daryl con voz firme y me apretó suavemente la mano.

- Maravilloso. Magnífico. - dijo sonriendo y dirigiéndose más a la multitud que a nosotros. - Los hombre se meterán en las cuevas de las rocas y en las grietas del suelo, ante el terror del Señor. Los caminantes son la última plaga del apocalipsis. - dijo levantando la voz. - Nuestra misión es llevar cuantos más discípulos mejor, para vivir en el Edén junto a Dios. Ustedes y por supuesto vuestros hijos, seréis parte de ello.

- Amén. - comenzó a gritar la multitud.

Eldén les indicó que esperaran con los brazos.

- Sin embargo, como ya sabéis. Los caminos del Señor son inescrutables y si el Señor pide tener alguno de vuestros vástagos, tendréis que entregármelo a mí. Igual que hacen todos en esta nuestra comunidad, Hope.- mantuvo un silencio solemne y prosiguió ahora dirigiéndose solo a Daryl - Gabriel os llevará a vuestra casa. No voy a darte otra mujer, ya que escasean y veo que la tuya es joven y parece fértil, pero si no me dais un bebé pronto, tendrás una nueva mujer y si aún así no me das un bebé pronto... Bueno, no sé de que servirías a Dios, o incluso, puede que tenga que llevarme a Beth para que me dé hijos a mí. Cómo ya he dicho, los caminos del Señor son inescrutables.

Gabriel pasó por delante de nosotros y nos indicó que le siguiéramos. El discurso del líder me había inquietado, aunque no demasiado. No entraba dentro de mis planes tener bebés ni quedarme mucho tiempo entre aquellos locos. Estábamos juntos y ese era el primer paso para idear un plan y salir de allí. Además Rosita y Eugene parecían estar interpretando la misma farsa que nosotros y parecía que podían andar por sus anchas, así que conocerían mucho mejor la comunidad.

Daryl no me soltó en todo el camino, parecía inquieto.

- Aquí estamos.- dijo Gabriel señalando una pequeña casa de una sola planta. - Es pequeña, pero muy acogedora.

Sin soltarme en ningún momento entramos a la casa, tal y cómo había dicho Gabriel era pequeña y acogedora. Al estar solos en la casa yo me había relajado, al contrario que Daryl que parecía preocupado.

Iríamos paso a paso solucionando los problemas, de nada servía ahora pensar en lo peor. Puede parecer ilógico e incluso algo loco, pero yo por mi parte quería disfrutar antes de nada de lo que aquellos psicópatas me habían regalado. Una vida "normal" con Daryl. 

Perdón por la tardanza

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Perdón por la tardanza.

Esta semana actualizo el domingo, he tenido mucho lio y no me ha dado tiempo a subirlo antes. 

Daryl y Beth se van a "su casa" a vivir su relación falsa (pero no tan falsa). A ver si  Daryl deja de ser un pesado y le da unos buenos besos a nuestra querida Beth. (no prometo nada)

Si dejáis vuestros deseos, quejas o sugerencias, me haríais muy feliz.

¡Feliz semana gente bonita!

En llamas [Daryl y Beth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora