12 Cambios

172 16 6
                                    

Los días siguientes estaba flotando como en una nube, nos habíamos relajado. La relación que había entre nosotros podría decirse que había evolucionado. Incluso una mañana Daryl me despertó con un abrazo por la espalda acompañado de un beso en la nuca.

No intentó acercarse más allá de escasas y castas caricias, besos en la mejilla e inocentes abrazos bajo las sábanas.

Pero sus miradas eran otra historia, había conseguido derribar cierta barrera y ahora le descubría mirándome de otra forma, como a una mujer a la que deseaba. En ocasiones, cuando me miraba, creía que estaba apunto de derribar las demás barreras y que se abalanzaría sobre mí para acabar lo que empezamos. Por la noche cuando aparecía en la habitación con mi camiseta larga y andrajosa que usaba de pijama, le pillaba mirando me con detenimiento, paseando sus ojos sin prisa por lo que dejaba entrever esa camiseta. Hasta que se daba cuenta de que yo le estaba mirando y se ruborizaba.

La tensión se podía cortar con un cuchillo.

- ¿Qué? - le pregunté divertida mientras caminaba hacia la cama.

Él estaba dentro de la cama siguiendo me con los ojos. Se ruborizó de nuevo, pero esta vez intentó parecer sereno y no apartó la mirada.

- Nada, estaba mirando tu elegante pijama. Muy elegante, simplemente eso. - sonrió.

Me senté en la cama dandole la espanda, y me quité la camiseta.

- Si tanto te gusta te la puedo prestar.- dije lanzado la camiseta a la cara sin darme la vuelta del todo.

- ¡Beth! - intentó sonar enfadado y me volvió a tirar la camiseta.- ¡Ponte la camiseta!

- Es por ti, te gusta tanto que te la voy ha regalar, yo voy a dormir así. - se la volví a tirar y le dediqué una sonrisa.

- Eres muy generosa y encima graciosa. No esperaba estas jugadas viniendo ti...

- Yo tampoco. - le sonreí y me puse la camiseta.

- Vale, por fin. - dijo relajándose.

Pero el juego no había acabado, lo que pasa es que no me atrevía a hacerlo sin camiseta. Me acerqué rápido a él y me senté encima pasando una pierna por encima.

- Oye, oye. - dijo mientras me cogía de la cintura y trataba de empujarme para que me fuera.

Le cogí de las manos y entrelacé sus dedos con los míos mirando nuestras manos. Sus falsos intentos de apartarme se apagaron, pero me seguía mirando con una falsa recriminación, tan falsa que no podía esconder una sonrisa.

Cogí la libreta y el boli y escribí "No olvides que nos están escuchando, no te hagas el difícil" le enseñé lo que había escrito y yo también puse mi mejor cara de indignación falsa, exagerando un poco hasta hacerla cómica.

Me cogió de las manos la libreta y escribió "Eres una listilla" y me la volvió a pasar.

"Hagamos bebés" escribí.

- No. - dijo esta vez algo más serio que antes.

- Son tus palabras, no las mias.

"¿Hacemos cómo que hacemos bebés?" Escribí y se lo volví a enseñar.

Esta vez solo negó con la cabeza, pero sentí bajo las sábanas que su cuerpo no rechazaba precisamente la idea. Pasé mis dedos por su pecho y me levanté un poco para subirle la camiseta. Me quedé a medio camino.

- ¿Puedo? - pregunté haciendo un gesto para que me ayudara a quitarle la camiseta.

Asintió y se la quitó. Comencé a quitarme la mía, pero me agarró las manos y negó. Pasando mis dedos por su torso desnudo, le volví a notar bajo las sábanas.

- ¿Algún día...?- le pregunté sin mirarle a los ojos.

- Dame tiempo. - susurró

Esa respuesta no me la esperaba, era casi una afirmación. Le miré a los ojos y le sostuve la mirada. El ambiente se tensó y por fin obtuve algo más de él que sus habituales "No puedo", "No", etc.

- Hay muchas cosas que me gustaría preguntarte, resolver, vivir, antes que esto. - siguió sin apartar la mirada. - No me mal interpretes, lo deseo. Creo que se nota. - sonrió e hizo una pausa. - Quiero estar seguro, no quiero que nuestra relación se estropee, no quiero hacerte daño. Quiero que tú estes segura.

Se quedó un silencio y se tapó la cara con las manos.

- No lo sé, la verdad estoy hecho un lío. No quiero decir nada por que puede que mañana cambie de opinión. - siguió sin descubrir su cara.- Ahora quiero algo contigo, no me refiero al sexo. Quiero citas, risas y sexo, por supuesto. Pero no ahora, no antes de lo demás. Y no te equivoques, no estoy intentando proteger tu honor o algo por el estilo. Quiero proteger a la idea de un nosotros, y al nosotros que hemos tenido hasta ahora.

- No cambies de opinión. - pedí apartando sus manos de su cara.- Aunque sé cuando lo harás, cuando todo vuelva a la normalidad, cuando volvamos con Maggie, Rick, Michonne y los demás.

Me miró sin contestar y sentí una punzada en el corazón por haber acertado. En ese momento me acordé del micrófono y lleve mi mano a mi boca verdaderamente asustada. Su expresión también cambió y aunque no lo sabía todavía, todo iba a cambiar.

Ya no habría ni besos, ni caricias, ni un posible amor. Solo un corazón roto, el mío.

- ¡Ciudadanos de Hope, sección Norte, todos debéis asistir a la plaza de Eldén en menos de 10 minutos! Si estáis oyendo este comunicado soys sección Norte. Hemos detectado una grave infracción en nuestro código moral. - se oyó demasiado fuerte por unos megáfonos desde la calle. - ¡Ciudadanos de Hope, sección Norte, todos debéis asistir a la plaza de Eldén en menos de 10 minutos! Grave infracción en nuestro código moral.

Nos vestimos en silencio y salimos hacía la plaza, la misma plaza en la que comenzamos a ser un falso matrimonio sería donde se descubriría la verdad.

Nos vestimos en silencio y salimos hacía la plaza, la misma plaza en la que comenzamos a ser un falso matrimonio sería donde se descubriría la verdad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Feliz viernes walkers!

En llamas [Daryl y Beth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora