No pasó mucho tiempo desde que encontré la ficha de Elden hasta que el resto volvió con nosotros. Lo justo para que Daryl leyera la atroz historia de Elden. Es difícil que no se te revuelva el estómago leyendo sus respuestas. Leyó tensando la mandíbula e intentando disimular la ira y el odio que despertaba en él. Mientras Daryl leía la ficha de Elden, podía ver cómo se contenía. Sentía su rabia vibrando a través de su silencio.
El hecho de que Elden fuera sólo una pieza dentro de la muralla me hizo pensar en como serían los que verdaderamente movían los hilos. Lo que habíamos visto hasta ahora era que usaban a Elden como líder espiritual para incitar a las familias de Hope a tener muchos hijos y a darle su primogénito. ¿Para qué? No lo sabía, pero sabíamos dónde se los llevaban. Por otro lado estaban las mujeres que no encajaban en Hope y que acababan siendo víctimas de un feto zombie que eran obligadas a gestar hasta su inevitable muerte. Parecía claro que para Elden y parte de los trabajadores de la muralla eran potenciales mesías, pero ese no era el objetivo de todos los que vivían allí.
Aunque el tiempo que había pasado sin verlos no fue muy largo un impulso me llevó a abrazarlos cuando entraron. Jesús no tenía buena cara, estaba pálido y con poca energía. La emoción me invadió al rodearlo con mis brazos. Lo sentí indefenso como un niño, a pesar de que había sido él el que me había enseñado a luchar. Un instinto de protección se instaló en mi pecho al verlo así.
— Te he echado de menos — susurré mientras lo abrazaba.
— Yo también te he echado de menos, sexy — sonrió, pero tenía la mirada cansada.
Jesús me llamaba así desde que nos conocimos, se había convertido en una costumbre que era síntoma del cariño que nos teníamos uno al otro. Desde fuera puede parecer algo más, así que miré hacia Daryl para examinar su expresión y definitivamente ese "sexy" no le había gustado. En cuanto nuestras miradas se cruzaron, desvió su atención para hablar de qué íbamos a hacer a partir de ahora.
— Bueno, me alegro mucho de que estemos todos, pero hay novedades y tenemos que actuar rápido. — dijo pasando la mirada por todos los presentes menos por mi.
Sonreí porque me gustaba ver a Daryl celoso, aunque más tarde le dejaría claro que no tenía ningún motivo para sentirse así.
Al ver la ficha de Elden y el mapa de la muralla debatimos de qué deberíamos hacer. Daryl y yo habíamos estado de acuerdo en que no podíamos seguir el plan ignorando a los niños, pero no estábamos todos en la misma sintonía.
—Son hijos de gente radicalizada, que otra gente, más radicalizada, se lleva para radicalizarlos más todavía, porque probablemente las leyes de Hope son poca cosa para ellos —explicó Andrea con tono desesperado ya que notaba que era la única que quería seguir como si no hubiésemos encontrado el mapa.
—Son niños — contestó Gabriel— No sabemos que les están haciendo, no podemos ignorar esto.
Andrea cruzó los brazos con frustración.
—No estamos aquí para salvar al mundo, Gabriel. Son niños, sí, pero niños criados en el odio y la violencia. Si los sacamos de aquí, ¿qué crees que pasará?
—Lo que pase después no es lo que importa ahora. Lo que importa es hacer lo correcto, no podemos olvidarnos de nuestra humanidad, ¿en qué nos convertiría dejar a esos niños ahí?
Una parte de mi también quería irse de allí sin mirar atrás y de alguna manera creía que Andrea tenía razón. Pero me alegraba saber que todavía no me había insensibilizado tanto como para poder cerrar los ojos y pasar de largo.
—Creo que lo correcto sería llegar hasta ellos. Deberíamos intentar ayudarlos —dije casi en un susurro.
Jesús asintió levemente dejando claro que también iría a por los niños.
—Está decidido —el tono autoritario de Daryl dejó en silencio la habitación. —El plan ha cambiado, pero yo debo volver para hablar con Rick y mostrarles el mapa. Esperemos que la zona de los niños esté menos vigilada y podamos hacernos con ella o infiltrarnos hasta que vayan viniendo los demás. Si hemos entendido bien el mapa no estamos lejos de la entrada a esa zona y si es correcto solamente hay una entrada desde la muralla. Puede salir bien. Iremos hasta allí y yo volveré con el mapa.
— No — susurró Andrea sorprendiéndonos a todos. — Volveré yo. Te necesitan más que a mi y esos niños no despiertan ni un ápice de compasión en mi.
Me alivió ver que Andrea se ofrecía para volver a Hope en vez de Daryl. Mi pulso se aceleró y pedí con todas mis fuerzas que Daryl aceptase y se quedase conmigo.
Hubo un momento de duda, vi como su mente se debatía por la lealtad que sentía por Rick y por el hecho de separarse de mi. Andrea tuvo que insistir una vez más y Daryl finalmente aceptó quedarse.
Un alivio recorrió mi cuerpo, fue como volver a respirar. Intenté que no se me notara.
Abracé a Andrea antes de que saliera, esperando que todo fuera bien y poder volver a verla pronto.
— Espero que lo que estáis haciendo os traiga paz y no desgracias — su tono era triste como su mirada —.A veces arriesgar para hacer el bien sale muy caro, espero que no os salpique. Yo no tengo nada que perder, pero vosotros sí.
Sus palabras removieron el miedo en mi interior, pero pude acallar las dudas en cuanto salió por la puerta.
Caminar los cuatro por los pasillos de la muralla podría ser peligroso, así que decidimos ir de dos en dos. Cerca del acceso a la zona de los niños había una puerta en la que no había ninguna indicación de su uso, al contrario de muchas otras que aparecían en el mapa. Así que decidimos esperarnos allí como primer destino y continuar después juntos, para estar más seguros en el momento de entrar al sector.
Primero saldríamos Daryl y yo. Gabriel y Jesús esperarían una media hora y saldrían hacia nosotros. Memorizamos el mapa por partes, era lo único que teníamos. El plan era apenas un esbozo, más improvisado que definitivo. Íbamos a improvisar nuestros pasos igual que un escritor brújula dirige los destinos de sus personajes. Esperaba que todo saliera bien, y nuestras decisiones, sin muchos sobresaltos, nos lleven a un final feliz.
¡Hola mis walkers!
La semana que viene el jueves me voy de viaje y estaré fuera hasta mediados de octubre. Así que haré un pequeño parón.
Por cierto, ¿vosotros habríais seguido hasta salir de la muralla o también iríais a por los niños?
ESTÁS LEYENDO
En llamas [Daryl y Beth]
Hayran Kurgu"Eramos unos cobardes, como esos perros que no dejan de ladrarse uno al otro cuando están separados con una barrera y dejan de hacerlo inmediatamente cuando ésta desaparece. Haciendo cómo si nada hubiera pasado. Ojalá dejar de fingir." Después de la...