11 Querré más

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Al despertar al día siguiente Daryl ya se había levantado y estaba haciendo el desayuno. Parecía haber revivido, si comparamos cómo estaba el día anterior.

- Hay que salir de esta casa cómo sea. Y cómo sea es que nos crean. - me dijo en voz muy baja sentándose en la mesa y continuo subiendo mucho el tono. - Hoy estas preciosa.

Asentí y le di un bocado a la tostada que me había preparado. Él siguió con el tema.

- Puedes estar tranquila, haremos que se lo crean muy rápido y saldremos de aquí. Y sacaremos a todos con nosotros. - susurró de nuevo muy cerca de mi cara y volvió a subir la voz. - ¡Esta noche vamos a hacer un bebé!

Me atraganté con la tostada y comencé a toser. Daryl me pasó el agua y más feliz de lo normal me guiñó un ojo.

- Creo que aquí no hay micrófonos.- dije con tono normal. - El problema es la habitación.

- Sssh. - me mandó callar y siguió susurrando - Ya lo sé, pero por si acaso. Toda precaución es buena. Vamos a salir pronto, ya veras.

No sabía por donde iba el asunto, estaba perdida. La energía positiva con la que había amanecido Daryl me dejaba más que confundida y su "esta noche vamos a hacer un bebé" más todavía.

- Desayuna y vamos a la habitación.- dijo muy tranquilo y mostrándome una libreta y una bolígrafo.

¿¿¿¿Quééééééé???? Grité dentro de mi, creo que mi cara reflejó lo que estaba pensando porque Daryl me hizo un gesto con la mano para tranquilizarme. Cómo si algún tipo de gesto me pudiera tranquilizar. Estaba muy nerviosa, mi cuerpo se tensó y me invadió el pánico. Primero que nos iban a creer y ahora que fuésemos a la habitación, la situación era extraña, pero conociendo a Daryl todo se volvía más inverosímil.

- Pero.. - comencé a decir, pero Daryl se levantó de la mesa me indicó que lo siguiera hacia la habitación.

Así que le seguí.

Iba un paso por detrás de él, me sudaban las manos y se me notaba que estaba nerviosa. Pero él apenas me miró, se encamino hacía la cama, abrió el bolígrafo y escribió algo y me enseñó la hoja.

"Ahora vamos a decir que vamos a acostarnos"

- Hola Beth, vamos a hacer el amor. - dijo separando las palabras como si fuera un robot.

Abrí mucho los ojos, comenzaba a entender lo que quería hacer Daryl. Ibamos a interpretar un teatro para que los del otro lado del micrófono pensaran que estábamos haciéndolo de verdad.

"¿¿Hola Beth??" eso no se lo iba a creer ni el más célibe de los curas de esa secta. ¿Quién empezaba un encuentro sexual con su mujer diciéndole hola? La situación no podía ser menos sensual de lo que ya era, pero ahí estaba yo para mejorar el asunto.

- Vale. - respondí, no había sido una respuesta muy buena para el contexto en el que se suponía que estábamos, pero no se me ocurrió nada mejor.

Daryl comenzó a empujar la cama para que chocara con la pared y comenzó a gemir, muy mal por cierto, eso parecía cualquier cosa menos placer y deseo. Parecía el sonido de un ciervo en celo. Horroroso. Me hizo gracia, me intenté contener, pero al final no pude y se me escapo una carcajada.

Corrió hacía mi y me agarró la boca para que me callara. Me sobresalté y dejé de reír. Estaba serio y no paraba de negar con la cabeza. Se había pegado más de lo necesario a mi cuerpo y sentí un cosquilleo. Me agarraba por la cintura con firmeza. Poco a poco aparto su mano de mi boca, pero aún así me indicó con un gesto que no hablara.

Mi risa desapareció, el deseo reapareció como un huracán, incontrolable. Las riendas de mi cuerpo ya no las llevaba yo, por lo menos no era la Beth amable, tímida, que siempre hacía lo correcto o lo que esperaban de ella. Era otra Beth.

No podía controlar mi respiración, sentía su mano en mi cintura, firme y a la vez delicada, su aliento en mi boca. Dos alientos fundiendo se en uno, demasiado cerca y sin duda demasiado lejos. Me acerqué a su oido y deje hablar a la otra Beth.

- Vamos a hacerlo. - le dije en un susurro.

Daryl apretó la mandíbula, pero no me soltó ni aflojó la fuerza con la que me tenía cogida.

Me acerqué un poco a su boca, pero comenzó a tensarse y a negar con la cabeza. Sabía que él no quería, bueno, su cuerpo sin duda quería, pero su mente por una estúpida razón no le dejaba. Yo estaba encendida, habría llegado hasta el final, pero tampoco me gustaba pensar en los micrófonos. Por otro lado necesitábamos que los que estaban al otro lado lo oyeran pero, tal y cómo habíamos comenzado antes con el sexo falso no íbamos a tener éxito.

Así que se me ocurrió una idea y comencé algo que iba a ser falso pero no.

- A tú manera. Tranquilo. - dije en voz alta y pasé una mano por su brazo que se tensó al instante, y subí acariciando su cuello.

Acerqué mi boca a su cuello y lo bese despacio. No sabía mucho lo que hacía, pero la Beth atrevida parecía tenerlo controlado, así que me deje llevar. Noté como su respiración se aceleraba y se le escapó un gemido. Su sexo creció un poco más y me intenté pegar más a él para notarlo con más intensidad. Noté como ese gestó lo despertó un poco del trance en el que estábamos y quiso parar.

- No.- dije con voz más autoritaria de lo que pretendía. - A tú manera, nada más. Solo tu y yo, cerca, como una ilusión. - susurré cerca de su oído mientras empujaba su mano que estaba en mi cintura hacía abajo.

Se volvió a relajar y volvió a apretarme contra su cuerpo, esta vez bajó sus dos manos a mi culo y me subió. Yo gemí y le abracé con mis piernas, volví a notarlo, totalmente despierto, fuerte. Era su deseo, inconfundible, hablándome y pidiéndome más.

La delicadeza y casi miedo que notaba en sus manos cada vez que me tocada desapareció por completo. Comenzó a besar mi cuello, volví a gemir. Intenté que fuera más alto para que nos oyeran, estaba yendo bien, estaba yendo muy bien.

Entonces me besó, un beso húmedo y ansioso. Sentí su lengua y una electricidad pasó por mi cuerpo, de cabeza a pies. Me miró a los ojos y pude ver su lujuria, ese deseo sin contención avivo más aún el mio.

Bajé al suelo y mi sed de él, de probar más, hizo que bajara mi mano por sus abdominales para tocarlo, pero entonces me cogió la mano y dejó de besarme. Como si hubiera estado sonámbulo y despertará, se enfrió en menos de un segundo.

- Hemos hecho suficientes bebés por hoy. - susurró mirándome a los ojos y me soltó.

Se había acabado. Le sonreía y asentí. No iba a forzar más, me devolvió la sonrisa aun que es escondía algo en ella que no supe descifrar. Agarrándose los pantalones, para que no le viera salió de la habitación. Había sido increíble y me valía. Por ahora. 

 

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¡He vuelto!

He pasado dos semanas muy intensas, muchas cosas y no he tenido tiempo de actualizar. Pero aquí estoy y nuestros queridos Daryl y Beth también. 

¿Qué os parece? 

A mi me hubiera encantado ver esto entre los personajes...aaaaahhhhh los amo.

Muchas gracias por pasarte :D, cualquier opinión, comentario o queja será bienvenida. Todo me anima un montón. 

¡Besos mis Walkers!

En llamas [Daryl y Beth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora