POV Valentina
Nunca imaginé que Luiza me besara y que fuese tan intenso. No puedo controlar las mariposas en mi estomago. Ella me vuelve loca. Sentir su gusto y el mío mezclándose cuenta como el mayor de los placeres. Cuando Carol me dijo que su padre estaba buscando una persona que se ocupara de cuidar de las plantas me ofrecí sin pensarlo dos veces y hasta gratis. Solo por estar cerquita de ella, respirando el mismo aire. Aunque nos llevemos como perro y gato. Ahora se que fue la mejor decisión que pude tomar. Se que poco a poco y esforzándome puedo conquistar su corazón. Sus palabras y su cuerpo no dicen lo mismo. Solo tengo que lograr que se deje llevar y me de una oportunidad. Que pare de pensar que soy esa idiota que sólo por molestarla es capaz de transformarse en una abogada clasista. Ganarme su confianza y demostrarle que puedo hacerla muy feliz. Y si para eso tengo que calmarme un poco y tener paciencia, no me importaría cambiar mi estrategia porque finalmente funcione. Voy a parar de meterme con ella. Se que todo puede pasar. Aunque me dolió su comentario puedo entender la confusión y el estado en que el que está. No voy a detener mi afán de conquistarla pero tampoco forzaré las cosas. Se pasa toda la noche mirándome pero no se atreve a venir donde estoy. Un par de chicas se acercan pero me encargo de rechazarlas de una manera cortés pero directa. Mi fama juega totalmente en mi contra. Se que ella prefiere a la tal Giovanna. Una chica discreta, estudiosa y sin mucho ruido. Pero también se que no tienen química alguna y ni siquiera una relación. De vez en cuando nuestras miradas se cruzan y le sonrío. Eso la pone tan nerviosa. Imagino todo lo que le debe estar pasando por la cabeza. El conflicto de sentirse atraída por quien jura odiar a muerte. Comprendo su enojo pero eso pronto va a cambiar. Igor está tomado y me pide que los lleve a casa. Por supuesto acepto sin dudarlo. Estratégicamente dejo a la pareja en su casa para después llevar a Luiza y quedarnos a solas. Estamos completamente en silencio. Quiero que sea ella la que lo rompa y aguanto todo lo posible.
-No vas a decir nada- protesta Luiza toda brava con mi actitud. Ella se ve tan linda.
-¿Qué quieres saber?- pregunto haciéndome la loca.
-Vas a fingir que no ha pasado- comenta sin bajarse del auto aún cuando ya hemos llegado. Se que Carol y Roger ya están en casa porque veo mi moto parqueada en frente del portal.
-Habla por ti, para mi fue increíble- respondo sin pestañear.
-Quien dijo que para mi no lo fuera- se contradice quizás efecto de la cerveza.
-¿Lo fue?- la interrogo.
-Fue diferente- contesta con un brillo tan bonito en la mirada. No me quiero ilusionar de más pero estoy completamente pillada.
-Diferente bueno o diferente malo- la molesto con cara de idiota.
-Estuvo bien pero no sé va a volver a repetir. Así que por favor para de usar tu encanto y vuelve a ser la estupida que siempre fuiste- decide Luiza bajándome a la tierra en un instante. Puede ser tan dura cuando quiere.
-Eso no va a pasar. No voy a volver a molestarte. Puedes bajar- respondo lo más fría posible.
-¿Por qué finges que te importa Valentina? No ves que me confundes, me alteras, me enloqueces- repite sin parar toda afectada.
-¿Te gusto?- la interrumpo.
-Si, no, no sé .Será mejor que me vaya- se arrepiente al instante pero puedo ver la transparencia en su mirada. Le gusto, es un comienzo.
-Espera- tomo su mano cuando amenaza con irse.
-Que fue- se asusta por la cercanía.
-Puedes decirle a Roger que estoy aquí- le pido amablemente pero se quedó esperando que le dijera otra cosa.
-Gracias por traerme Valentina- suspira mirándome. Hay una tensión insana en el ambiente.
-No beses a nadie por ahí- le grito para molestarla pero en cambio sonríe. El clima entre las dos se vuelve diferente.
Me ausento por su casa algunos días debido a un curso de fotografía, ya lo había acordado con sus padres. Cuando vuelvo me la encuentro muy acaramelada con la tal Giovanna. Decido no reparar mucho en eso y me dedico a las labores de la jardinería. Apenas hablábamos en todo el día pero ha sido verme y cambiarle la expresión. Yo simplemente actúo con normalidad no es como si tuviésemos algo y me tuviese que dar explicaciones. Aunque me gustaría serlo todo. Giovanna se acerca a preguntarme cosas de las flores y ni siquiera la escucho mucho. Me parece ridículo como ahora intenta copiarme hasta el look. Luego dice Luiza que no soy para nada su tipo. No sé a quien intenta engañar. Carol me invita para que almuerce con ellas y no me opongo. Me pide que le muestre alguna de las fotos que he ido tomando después de clase. La verdad estoy adquiriendo más técnica y estoy amando aprender más de este mundo. Es lo que realmente me apasiona.
-Que tanto secretean ustedes dos- pregunta Luiza después de despedir a su amiga especial.
-Olvidé decirte que estamos tomando un curso de verano juntas- responde Carol.
-Y se puede saber de qué- insiste Luiza sin quitarme la vista de encima. Es muy obvia y yo adoro provocarla. Voy en sujetador en parte por el calor del verano y porque así es imposible que ella se concentre. Tiene una obsesión con mis pechos.
-Fotografía- informo enseguida derretida también. No puedo no ver lo hermosa que es. Infierno, quiero pasarme toda la vida encima de ella.
-Guau. Tú madre tiene que estar dando saltos de alegría- bromea con un tono demasiado hiriente. Decido marcharme y me disculpo con Carol. No quiero decir nada cortante para ella. Sabe que es un tema difícil para mi. No da para que lo use solo por provocarme.
Estoy arrancando la moto cuando la escucho llamarme a lo lejos y decido esperarla.
-Disculpa- dice Luiza sin aliento debido a la carrera por alcanzarme.
-No era mi intención tampoco arruinar la cita con tu novia- asiento aceptando su gesto.
-No es mi novia- asegura toda avergonzada.
-La chica está prácticamente rogando porque le des una oportunidad- comento percibiendo a donde nos está llevando la conversación. Quizás pude haberme quedado callada.
-Debería, pero no puedo- confiesa Lu mirándome descaradamente la boca.
-Mis ojos están aquí- me divierto con el poder de atracción que tengo sobre ella.
-Eres una creída- protesta Luiza golpeando mi hombro.
-Vuelvo mañana- anuncio volviendo a encender el motor.
-¿Y?- responde con su pose molesta.
-Para que no me extrañes demasiado- lanzo una beso al aire y la dejo perpleja mirándome.