Entendido

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POV Luiza

Hace tres semana que Valentina está de vuelta a la universidad y no hace más que evitarme. Para mi mala suerte solo tenemos una clase juntas, la peor de todas. Y la tal Fabricia sigue pegada a su cuello como si no lo hubieran dejado hace tiempo. La odio por acercársele de esa manera y a ella no parece importarle ponerme tan celosa. Parezco una acosadora, todo el día pendiente de lo que hace, a quien le sonríe. Se pasa las horas libres hablando por teléfono. Se comenta que está enamorada de una chica que conoció durante su viaje. Espero que no sea nada serio, solo rumores y que pronto pueda volver a conquistarla porque echo mucho de menos lo que teníamos. ¿Por qué no lo supe valorar? Dios la necesito de vuelta.

-¿No vas a comer?- pregunta Valentina al notar que estoy entretenida y no he tocado la comida.

-Ahora me hablas- no quiero sonar ruda pero es que estoy en mi peor momento literalmente.

-Me preocupo por ti, siempre lo haré. Pensé que estaba claro- habla Valentina segura de si misma.

-Lo que está claro es que no te intereso en lo más mínimo. Tu actitud habla más fuerte- respondo furiosa. Entiendo que quiera castigarme pero tampoco que actúe como si me hiciera un favor.

-¿Qué quieres que haga? Te doy dos palmaditas y te agradezco que me rompieras el corazón- reacciona Valentina calentándose por segundos. No sé si prefiero su ira antes que seguir como si no existiéramos la una para la otra.

-Al parecer ni siquiera estuve ahí dentro como para romperlo- la provoco.

-¿De que estás hablando?- pregunta Valentina toda roja de la rabia.

-Acaso es mentira que ya tienes a otra. Pocos meses te duró el amor- reclamo haciendo un show tremendo. Media universidad nos está mirando.

-No sabes nada. No tiene caso discutir contigo y sabes que. Piensa lo que quieras, come lo que quieras. Vive como quieras- ataca Valentina y no puedo evitar las lágrimas.

Estoy desesperada porque me siento indefensa. Incapaz de recuperarla, actuando tan infantil. Valentina nunca fue tan inalcanzable como ahora. Y la verdad es que tiene razón. En su lugar seguramente estaría insoportable. Pero joder, yo la quiero. Tengo que saber resistir y revertir la situación. Me paso toda la clase ausente, para nadie es un secreto que no soy la misma de antes.

-Lu, vamos te invito a estudiar en mi casa. Y luego nos tomamos unas cervezas- propone Giovanna para animarme. La discusión me dejó peor de lo que estaba.

-Otro día- niego mirando de reojo a Valentina. Se ve tan triste como yo.

-Sabes que cuentas conmigo. A cualquier hora que me llames. Para hablar, un trago, una cena. Lo que sea- repite la rubia mientras el profesor trata de conectar la computadora. Como se le ocurre a este señor un examen.

-Lo sé y gracias. No se que haría sin ti- le dedico una sonrisa antes de volver la atención a mi cuaderno.

Cansada de las discusiones, quiero proponerle una tregua. Hasta sanar lo que nos duele. No podemos estar todo el día como el perro y el gato. Era lo que solíamos hacer pero ahora es diferente. El sentimiento que nos une no es odio, es más nunca lo ha sido. Valentina significa el mundo para mi y yo sé que ella también me guarda en un lugar especial. Es hora de ser maduras y afrontarlo. Sabía que se iba a quedar hasta tarde estudiando porque escuché a Igor comentarlo con Duda. No quería estar en su casa, debido a las presiones de su madre. Así que decido quedarme para hacerle compañía. Compro una pizza para las dos y me siento a su lado. Gracias a dios esta sola.

-No tengo ganas de pelear- advierte Valentina cuando se percata de mi presencia.

-Tranquila sólo quiero compartir esta pizza y acompañarte. También necesito estudiar- levanto las manos en señal de paz.

-¿Tú? Pero si eres la chica más inteligente que conozco- contesta Valentina y las dos sonreímos ni ella se esperaba hacer ese cumplido ni yo escucharlo.

-No veas lo mal que me va con el procedimiento civil- bromeo para suavizar las cosas.

-Perdón por lo que te dije antes. No quería hablarte así- asegura Valentina cabizbaja.

-Yo tampoco quería sacarte nada en cara. Si eres feliz y de verdad encontraste a una persona capaz de darte lo que te mereces no me va a quedar mas remedio que aceptarlo- apruebo con un nudo en la garganta.

-Conocí a otra persona pero no estamos saliendo. Ella sabe lo que me pasa. Las cosas no cambian de la noche a la mañana. Puedes creerme o no pero es demasiado fuerte la conexión que tengo contigo- intenta explicar Valentina y yo siento alivio y miedo a la vez porque si logra superarme del todo me muero.

-Te creo Valentina. El problema nunca fue ese. No me creía a mi misma y ahora que te perdí me siento una completa idiota pero sabes que. Este no es el final. Si existe una posibilidad pequeña de que no muera lo que aún queda en ti. Voy a apostar por eso- decido tomando su mano.

-No puedo prometerte nada. Me jure a mi misma que ni te miraría a la cara. Pero el caso es que te veo y eres tú ¿sabes? La militante incorregible, capaz de provocar que maldiga y reviente de ternura a la vez- explica Valentina emocionada.

-Y tú la chiquilla mimada y rebelde que yo más adoro. Me sacas de mis casillas un millón de veces pero no sabes el infierno que es esto sin ti. No me ignores Valentina por favor. Voy a intentar controlar mis celos y no haré nada para presionarte- prácticamente le ruego.

-Es difícil ignorarte Lu- sonríe Valentina mirándome descaradamente.

-No lo hagas- insisto devolviéndole la provocación.

-Mejor comamos la pizza que se enfría- propone Valentina.

-Tregua- ofrezco mi mano en señal de bandera blanca.

-Tregua- firma Valentina correspondiendo el gesto.

Recuperamos la complicidad por un momento y pareciera que toco las nubes. Ella se ve tan sexy hasta comiendo. No puedo evitar desear ser esa pizza y disfrutar de su boca. Que difícil se me hará resistir. Valentina se atreve a limpiar la comisura de mis labios con una servilleta y mi corazón se descontrola al instante. Estudiamos y compartimos apuntes. Brindamos con agua por lo bien que se nos da y al ver lo tarde que es me doy cuenta de que estoy en un grave problema para regresar a casa.

-Tranquila, yo te llevo- promete Valentina al notar mi nerviosismo es increíble como me conoce y se da cuenta enseguida lo que estoy pensando.

-No quiero molestarte. Puedo pagar un taxi esta vez. Estuve trabajando en las vacaciones y conseguí ahorrar algo- comento viéndome tan ridícula.

-Lu compraste la pizza y la verdad es que estaba hambrienta. Además me ayudaste mucho con tus notas ¿Puedo retribuir ese gesto?- insiste Valentina.

-Solo quería acercarme un poco y arreglar las cosas. No me debes nada- tampoco pretendo que se sienta en deuda.

-Es increíble lo orgullosa que eres Luiza Campos. Quiero llevarte a casa y es lo que haré. Y mañana temprano te recogeré. Desayunaremos, iremos a la universidad. Sacaremos diez en ese examen y celebraremos después. Entendido- decide Valentina recogiendo los papeles de la mesa.

-Entendido....

Nota: ¿Será que mantienen esta postura? ¿Será que el nuevo amor de Valentina aparecerá pronto? ¿Podrá Luiza aguantar los celos? ¿Podrá Valentina olvidarse de Lu?

Aquel verano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora