Solo te pido

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POV Luiza

Me levanto con un dolor de cabeza horrible y de repente recuerdo lo de anoche, lo que me hace sentir aún peor. ¿Por qué demonios tengo que comportarme como una novia celosa? Valentina y yo solo nos estamos conociendo. Ella es tan increíble, maldición. Es perfecta, me cuida. También me vuelve loca. Somos puro fuego cuando estamos juntas y a veces se nos va de las manos. Reconozco que cuando me apartó de los brazos de Diego con tanta rudeza, y me llevó en sus brazos, todo en mi palpitaba de excitación mezclada con rabia y enojo por culpa de su ex. Recuerdo que luego tuvimos un momento hot en el auto que Valentina tuvo que frenar. Me da vergüenza el solo imaginarlo. Propuso traerme a casa y luego no puedo seguir recordando. Trato de refrescar un poco la mente con una ducha fría. Bajo a desayunar y me encuentro a Valentina vestida con mi ropa, al parecer recién duchada preparando el desayuno al lado de mi madre y con toda la familia ya en la mesa. Que tipo de broma es esta.

-Buen día dormilona- comenta mi padre al reparar en mi presencia.

-Valentina, que haces aquí- pregunto nerviosa. Me sudan las manos. No sé qué decir.

-Ella te trajo anoche, ya era tarde así que le pedí que se quedara en agradecimiento- asegura mi madre al ver que Valentina está sin palabras aparentemente.

-Lo siento si te incomoda Lu- se disculpa Valentina algo agitada. Bajando la cabeza.

-Solo es algo raro- respondo sin poderlo evitar. Estoy aún confundida con toda esta situación. ¿Acaso durmió conmigo? Mis padres jamás lo permitirían si supieran lo que hacemos a escondidas.

-¿Raro por qué? pensé que ya se estaban llevando mejor. Que eran amigas- investiga Carol con algo de recelo.

-Somos compañeras de facultad- aclaro notando como Valentina se pone triste al instante.

-Yo quiero que Valentina sea mi amiga- exclama Sara abrazándose en la pierna de Valentina. ¿Acaso toda mi familia la ama?

El desayuno es algo tenso sobre todo porque aún no puedo ocultar mi torpeza, lo que me intimida que esté sentada en la mesa, en un desayuno familiar cuando nos están pasando tantas cosas que ni siquiera hemos aclarado. Ayer me emborraché porque moría de celos, antes de ayer tenía mi mano ocupada en darle placer, hace unas semanas me dio el mejor beso de toda mi vida y hace unos seis meses era mi peor pesadilla sobre la tierra. Creo que es demasiado, al menos para mi lo es. Mi hermana pequeña no deja de jugar con su pelo. Lleva diez minutos molestándola, peinándola y haciéndole de todo y Valentina solo sonríe. ¿Por qué tiene que ser tan tierna? Cuando le brillan los ojos no me puedo resistir. Se me contrae el estómago, siento cosquillas en los dedos y pienso que me gustaría mucho besarla en estos momentos y disculparme por ser tan estúpida. Darle las gracias por cuidar de mi anoche y por respetarme aún cuando quería mucho que no lo hiciera. Mi padre le pide que lo acompañe al jardín antes de marcharse para mostrarle las nuevas plantas y yo aún estoy paralizada en la mesa.

-¿Qué pasa sister? Tienes algo que contar- me llama la atención Carol cuando nos quedamos a solas

-Me asustaste-pego un brinco en la silla.

-Tienes a Valentina babeando por ti. Crees que soy idiota- comenta Carol.

-Valentina y yo somos muy diferentes- aclaro dándole a entender que no pasará nada.

-¿Y? Lo importante es que se quieran. ¿Sientes algo por ella además de atracción? La desnudas con la mirada, es inquietante- insiste Carol más que interesada en el asunto.

-No, quiero decir, me atrae es obvio. Una chica hermosa, pero no me gusta. No te ilusiones- respondo confusa.

-¿No será que eres tú la que estás ilusionada? No seas tonta y vive todo lo que tengas que vivir ahora- aconseja Carol dejándome allí sentada

Salgo al jardín para hablar con Valentina pero ella ya no está, se fue sin despedirse. Claro que más podría hacer si sigo tratándola de esa manera. Me siento como una completa imbécil. Hoy tengo clases de baile y voy a estar algo ocupada. Diego y yo debemos preparar una coreografía y no puedo fallarle. Me cae muy bien es un gran tipo. Es el único con el que puedo confesarme abiertamente de Valentina, ya que Giovanna que es la otra que sabe se siente algo extraña al respecto.

-Si me permites mi humilde opinión. Iría corriendo a besarla- asegura Diego deteniendo la música.

-¿Qué dices?- pregunto alarmada.

-No se que haces aquí. Este baile no es más importante que la chica ardiente de ojos verdes- comenta Diego regañándome.

-¿Y que le digo?- vacilo bastante nerviosa.

-Lo mismo que le dijiste ayer pero sin fingir que no ha pasado nada- responde Diego.

-Ella me intimida tanto, me sudan las manos. No me salen las palabras y cuando me salen no es lo que quiero decir solo me escudo con lo primero que se me ocurre- confieso.

-Cuéntale todo eso, sé sincera. Vamos yo te llevo. Luego salgo corriendo que no quiero que la tal Valentina me asesine por robarle a la enamorada- bromea Diego.

-Ella debe estar en las clases de fotografía. Tengo una idea- pienso algo tonto que haga que me perdone por no saber expresar lo que siento. Parece que no puedo superar mis miedos.

Escribo diez notas y las dejo pegada en su motocicleta para que las lea.

Nota#1 Me gustas mucho Valentina y no paro de pensar en besarte a toda hora.

Nota#2 Sabes que para mi no es fácil y no creo mucho en eso de estar en pareja y de los sentimientos.

Nota#3  Sin embargo quiero estar contigo en todo momento, extraño tú sonrisa.

Nota#4 Adoro como me cuidas, tus caricias, tu sensibilidad y lo fuerte que eres al mismo tiempo.

Nota#5 Siento celos porque no creo merecerte. Tú mundo parece ser perfecto y yo no tener lugar.

Nota#6 Siempre tengo que hacer algo para que esto no avance y la realidad es que ya no hay marcha atrás.

Nota#7 Solo quiero estar contigo. Cuando te vi con mi ropa, en mi casa, con mis padres. El futuro no me pareció tan malo.

Nota#8 Y no te digo que será perfecto, todavía me estoy reconociendo y estoy luchando por ser mi mejor versión.

Nota#9 Solo te pido que me acompañes. Que no me dejes huir y que me abraces fuerte como solo tú sabes hacerlo.

Nota#10 Perdóname.

Valentina termina de quitar todas las notas de su motocicleta las vuelve a leer detenidamente y puedo ver las lágrimas en sus ojos. Salgo de mi escondite con el único ramo de flores que me pude permitir y todas mis ganas de poder estar con ella, la chica más increíble y hermosa de todo este planeta. No quiero que se vaya jamás.

Aquel verano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora