Casa del arbol

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POV Valentina

Cuando bajamos de la moto Luiza me pide que la lleve a la casa del árbol. No puedo evitar recordar el momento en el que le abrí mi corazón y ella simplemente me aseguró no sentir lo mismo. Mi novia lo percibe y me abraza. Respiro su olor y todos los malos pensamientos se escapan. Me refugio en ella porque también es mi paz. La chica que consigue sacarme un ratico del caos y me presta sus alas para que volemos lejos si estamos a solas. La quiero tres veces más todos los días. Me imagino que cumplo todos mis sueños a su lado y nunca nos soltamos. En cambio por ahora solo disfruto el presente. Se que el futuro es incierto y puede que mañana viajemos en otras direcciones. Más lo tengo claro, cada instante en sus brazos es mi definición de paraíso. Luiza se percata que la casita aún está decorada con nuestras fotos. Nunca tuve el valor de quitarlas, ni cuando más rabia sentía. Quizás siempre tuve la esperanza de que fuese una pesadilla y el tiempo retrocediera hasta volvernos a encontrar en la misma circunstancia. La buena noticia es que estamos aquí, un poco más maduras que entonces y perdidamente enamoradas. Hemos superado cada obstáculo y por eso somos más fuertes. Sus ojos están llenos de lágrimas. Mi corazón recibe una descarga eléctrica y no puedo evitar besar su mejilla para que deje de llorar. No puedo soportarlo. La miro a los ojos intentando decirle con algo más que palabras que no cambiaría un segundo de nuestra historia. Luego me roba un beso, uno con sabor a sal por nuestras lágrimas. Lo saboreo hasta la última gota, me calienta con sus locos gemidos y no hace más que crecer toda la bondad que tengo de estar con ella.

-Quiero entregarme a ti Valentina. En cuerpo y alma. Quiero ser parte de ti y que tú siempre seas mía- confiesa Luiza mirándome directamente como un rayo desarmándome de pura honestidad. Prácticamente rompiéndose en mis manos. Plenamente consiente de que sólo yo puedo construirla porque la conozco de principio a fin y jamás la abandonaría.

-Déjame hacerte el amor, besarte cada rincón. Estoy enamorada de ti. Te deseo y te quiero más que a nada- respondo sosteniéndola por la espalda para que no se separe de mi.

-Estoy nerviosa- admite Luiza mirando hacia abajo.

-Confía en mi- beso su frente con delicadeza y me contagia sus nervios.

-Se que hemos compartido muchos momentos íntimos y deliciosos pero nunca hemos llegado hasta el final y yo sé que estoy lista para vivirlo. Solo contigo- afirma Luiza con una sonrisa que no oculta el nerviosismo pero a la vez las ganas.

-Yo te voy a cuidar y además. Vamos a disfrutar muchísimo- prometo con una mirada más traviesa.

-Lo sé, eres peligrosa Valentina y me vuelves loca- reconoce Luiza.

-Pídeme lo que quieras- la provoco.

-Desnúdame- responde Luiza bien dispuesta a todo lo que tenga que pasar.

Juego con los tirantes de su vestido. Ella me mira con rabia sabiendo que busco desesperarla. Me tomo mi tiempo descubriendo cada pequeño lunar. Acaricio sus hombros. Es tan perfecta. Su piel está caliente como si la fiebre del amor nos estuviese cocinando a fuego lento. El vestido cae completamente dejándola en ropa interior frente a mi. Aprieto sus nalgas y le regalo un beso ardiente. Luiza me toma del cuello y profundiza cada circulación de su lengua que va en sintonía con la mía. Cuando nos separamos ya está sin sujetador y ni siquiera lo había notado. Entrecierra sus ojos con una mirada acusadora y sonrío en complicidad. Amo sus pechos, tan a mi medida. El cosquilleo en mis manos por acariciarlos es brutal. Ella me pone tan demente. Es que solo pienso en devorarla. Damos algunos tropezones hasta que caemos sobre los cojines y me acomodo para no aplastarla. Me pongo de rodillas para desvestirme mientras Luiza me observa con lujuria. Estoy tan hambrienta y tan mojada. Me abalanzo de inmediato a comerme su cuello y cuando nuestros pechos desnudos hacen contacto no puedo evitar sentirme tan perdida. Mi lengua viaja hasta su pezón y le dedico todas mis atenciones. Me encanta lo sensible que es. El rugido en su voz la convierte en una fiera y yo soy quien la gobierna y le da todo el placer. Se retuerce cuando chupo fuerte y me araña la espalda. Meriendo con gusto cada uno de sus pechos haciendo que suplique por que le regale un orgasmo. Es tan obvio cuando no puede mas.  Pero hoy no será tan fácil.

-Siente como me pones- me quejo en su oído llevando sus manos dentro de mis bragas. Se curva en torno a mi y comienza a masturbarme. Tengo que frenarla o no podré contenerme.

-Estoy empapada Valentina- declara Luiza repitiendo la acción. Ahora son mis manos la que hacen contacto con su sexo y paso mi lengua por su oído incitándola a más.

-No es necesario que me muestres. Yo sé bien cómo te pongo. Te voy a comer tan rico. Prométeme que vas a aguantar- juego con ella. Bajando como una gata en su tejado. Bajo el encaje con delicadeza y separo sus piernas para quedar de frente con la fuente de mis ilusiones.

Respiro sobre su coño inundado de excitación y Luiza sostiene mi pelo en respuesta. Comienza el festín. Adoro tanto probarla, su sabor natural, todas sus reacciones. Como sube y baja buscando más contacto. Beso y beso con más profundidad. Luego chupo con fuerza. Voy descubriendo poco a poco lo que le gusta y mantengo el control de sus piernas que cada vez me aprisionan más. No quiero que se corra, solo busco prepararla. Lentamente envuelvo su clitoris y Luiza deja salir todos sus gritos. Ella es muy emotiva, es apasionada y se entrega como si no hubiese un mañana. Acelero las descargas de mi lengua sobre su nervio y se pone tan inquieta.

-Valentina no puedo más- gime desesperada.

-Eres exquisita Luiza- respondo subiendo para besarla y que ella también pruebe un poco de esa poción mágica que me lleva a la gloria. Chupa con tanto gusto mi lengua que ahora soy yo la que estoy al borde sin siquiera ser tocada.

-Te necesito- llora de tensión y me quiebra.

Mis dedos la buscan desesperadamente. Tan candente que me provoca enloquecerla. Busco mi propia excitación para mezclarla con la suya. Estoy a punto de explotar. Examinó su mirada para saber si lo quiere tanto como yo. Toma mi rostro para besarme y aprovecho para enterrarme en ella. Primero con un dedo, explorando mi espacio. Mi corazón late tan de prisa. Jamás pensé sentir tantas emociones en una. Suelta todo el aire en sus pulmones y dejo que se relaje. Vuelvo a entrar hasta el fondo y Luiza se refugia en mi cuello. Me está volviendo loca. Está tan apretada, saco mi dedo y la pruebo.

-Más Valentina, no pares- se queja Luiza en medio de gemidos ahogados y el sudor que se comienza a mezclar. Somos una sola persona. Esa es la magia.

Entro despacio agregando otro dígito a la danza gozando de ese perfecto contacto visual de sus ojos encendidos que me hacen tocar las nubes. Luiza se siente más relajada y aprovecho para ser más profunda. Se siente tan perfecto, la conexión que tenemos. Como me recibe una y otra vez. Tiene más libertad de movimientos y eso me tiene a punto de alcanzar el orgasmo. Se que ella también está cerca. Presiono su clitoris sin dejar de entrar y salir con la misma intensidad. Decido buscar su punto, con movimientos circulares hacia arriba. Parece gustarle lo que hago porque aprieta mis nalgas en busca de más placer.

-Ahh amor, justo ahi Valentina- grita mi novia marcando mi espalda.

Bajo para chuparla a la vez que me interno constantemente en ella. Sube más sus caderas y aprovecho para curvar mis dedos dentro consiguiendo que estalle finalmente. Vibra asustada mientras intento calmarla sin salir en ningún momento. Mis dedos apretados en su interior. Es la imagen más idílica de todas. Su cuerpo en llamas, su respiración irregular, mi cabeza dando vueltas. Juro que jamás lo olvidaré. La primera vez que hago el amor. Quiero sentirme así por siempre. La abrazo con fuerza mientras salgo con delicadeza.

-Te quiero- murmuro sobre sus labios.

-Te quiero- responde Luiza acomodándose en mi pecho.

Nota: Solo dios sabe la vergüenza que me da escribir estas cosas y la poca idea que tengo. Pero bueno ellas se lo merecen. Feliz fin de semana 😘

Aquel verano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora