Agua

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POV Luiza

Este bendito verano está acabando con mi paciencia. Es la segunda vez que me pasa esta semana. Tengo este sueño recurrente de que estoy en la piscina con Valentina y hacemos de todo. Aún despierta puedo sentir sus besos descendiendo por mi cuello mudando mi piel hasta convertirme en gallina. Me quita el bikini sin que me de cuenta y cuando abro los ojos ya me está comiendo los pechos. Si lo hace tan bien como lo imagino tendremos un problema. No paro de gemir cosas incoherentes. Y ella sube las manos por mi cuello para presionarme sin llegar a marcarme. Solo poniendo autoridad. Estoy perdiendo la cabeza, ya me pasa hasta despierta. No me puedo dormir. Veo su mirada en fuego pidiéndome permiso para entrar. Y todo simplemente termina. Voy a matar a Valentina, no puede estar metiéndose conmigo de esta manera. ¿Por qué tuve que besarla? ¿Por qué mi dios? Es tan caliente.

-Puedo quedarme aquí contigo- me meto en la cama con Carol para ver si consigo escapar.

-¿Qué pasa Luiza?- pregunta mi hermana preocupada.

-Tengo pesadillas- confieso acurrucándome con ella.

-Déjame adivinar, Valentina- sospecha Carol.

-Necesito alejarme de ella- acepto resignada haciendo una mueca de disgusto.

-Necesitas dejar que las cosas fluyan. Si reprimes lo que sientes será muchísimo peor- aconseja Carol.

-La odio Carol, como puede gustarme si no me agrada para nada como es- argumento.

-No sabes cómo es Luiza. Eres una chica inteligente y no tienes prejuicios. Pero a Valentina le has colocado una cruz en el hombro que no le quieres quitar porque sabes de sobra que ya no tendrías excusas y no la soltarías jamás- asegura Carol por más que tenga sentido lo que dice me molesta que se ponga en el lugar de Valentina y no me apoye en esta lucha interna por no rendirme a esa idiota.

-Voy a dormir en la sala mejor- me levanto enfadada.

-Vuelve aquí ahora mismo, pero no insistas en preguntar si no quieres saber la respuesta- Carol me detiene. Y me vuelvo a acurrucar con ella.

Al día siguiente voy a la biblioteca para prepararme para el próximo semestre y también mantener la mente ocupada. No quiero estar en casa cuando llegue Valentina. Se que estoy siendo inmadura, puede que hasta injusta pero no estoy preparada para este drama. Me atrae demasiado pero no puedo arriesgarme porque si surge algo más, ni siquiera pensarlo es bueno. Quizás deba aceptar salir con Gio, ella me comprende y esperaría a que me aclare de una vez por todas. Hoy es su fiesta de cumpleaños y estoy invitada. Puede que si me lo propone hasta acepte.

La celebración es en el hotel de su padre y muy íntima. Solo algunos compañeros de la facultad. Rezo porque la estúpida no aparezca pero es imposible que se pierda la oportunidad de molestar un rato. Hoy de una vez por todas acabará su persecución si acepto ser novia de la cumpleañera. Para mi sorpresa nada de eso ocurre. Giovanna ni me presta atención con la presencia de sus padres, parece otra. Me decepciona mucho ver que no es tan libre como predica. Y Valentina con esa belleza absurda se siente también inalcanzable.  Lo sexy que se ve, cámara en mano. Tomándole foto a sus amigas y ellas simplemente disfrutando y provocando. Duda viene a mi rescate, me acompaña toda la noche y bailamos para distraerme.

Me pierdo un poco buscando el baño y me detengo en frente de una piscina impresionante. Mi mente viaja hasta el maldito sueño hasta que me llevo un susto de muerte cuando alguien susurra en mi espalda. Pierdo el equilibrio y caigo al agua sin poderlo evitar. Valentina se caga de la risa, sus carcajadas provocan que arda en rabia. La odio, como puede gustarme alguien así. Como nota lo mucho que la estoy maldiciendo, se ofrece a sacarme brindando su mano. Aprovecho para devolvérsela y la empujo para que caiga al agua también. A veces eres tan inocente Valentina. Se molesta mucho y comienza a tirarme agua en la cara, yo la esquivo como puedo y la ataco mucho más. No podemos estar demasiado tiempo sin pelearnos.

Valentina se acerca poco a poco y sin querer me acorrala contra la pared de la piscina. Al ver lo cerca que estamos entro en chock. Paramos de pelear y reímos las dos a la vez ante la situación de vernos así toda mojadas. Tiene la sonrisa más bonita del mundo. Todo hay que reconocer. Para Luiza, que ya la estás cargando de nuevo. La verdad es que asi tan cerquita ya no me parece tan idiota. El corazón se me acelera. No quiero ser tan obvia. Valentina suspira prácticamente encima de mis labios.

-Te ayudo a salir- susurra y niego con la cabeza.

-Antes quiero hacer algo- no puedo dejar de mirar su boca y desearla. Es ahora o nunca. No puedo reprimirlo más.

-Luiza, yo. No quiero que huyas otra vez. Se que piensas que no tengo sentimientos pero- no para de hablar y pongo mis dedos sobre su boca.

-¿No quieres?- pregunto rozando mi nariz con la suya.

Su respuesta es alta y clara. Sella sus labios con los míos apretando mi cintura para fundirnos en la pasión que nos envuelve. Amo lo descarada que es, como se abre paso en mi boca siendo la que conduce la situación. Su lengua astuta me abraza y derrite a la vez. Chupa mi labio inferior y mis latidos se descontrolan. La respiración le falla pero la recupera en mi cuello y estas vez no la detengo quiero sentirla en todos los sitios. Nunca había experimentado en carne propia lo que es el placer de desear que te lleven a la luna y no exista viaje de vuelta. Levanta mi culo y enredo mis piernas en su cintura. Vuelve a mis labios y el beso se torna descarado. Cada vez gano más confianza y me atrevo a llevar el ritmo. Valentina está roja y puede que yo también. Completamente agitada. Estoy tomando una pausa para volver al ataque de nuevo pero oímos voces cerca y la empujo liberándome de su cuerpo.

Me toca fingir delante de mi mejor amiga que no ha pasado nada y solo discutíamos de nuevo. Ella pelea con Valentina por ser tan brusca ya que dije que me había empujado y la pobre ni siquiera tiene reacción para defenderse. La entiendo perfectamente a mi me tiemblan las piernas y no es por el frío. Igor también le recrimina a su hermana como si me hubiese intentado ahogar y ella se marcha molesta por el ataque de todos. Mi corazón me dice que no la deje irse así. Me excuso con ellos y la sigo hasta el baño. Está intentando secar su ropa. Lo último que me imaginaba era encima verla desnuda....

Aquel verano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora