POV Valentina
Este último mes ha sido el mejor de toda mi vida. Dejé la facultad y comencé a trabajar en una agencia. Incluso reconociendo que mi familia no me apoya, puedo decir que me da igual. Tengo la confianza de saber que es lo que de verdad me gusta y me ilusiona. Luiza me inspira y me da tranquilidad. Cuando dudo ella suele impulsarme para que no me desanime. Falta un mes para su graduación y me da un poco de pena no vivir estos últimos momentos a su lado en la universidad. Pero ese día estaré allí como la novia más orgullosa. Estoy buscando un departamento porque no soporto los reproches de mi madre pero está muy difícil. Por ahora intento estar lo menos posible en casa. La mejor noticia es que mis suegros siempre me reciben con los brazos abiertos. Y yo les prometo no hacer nada. Aunque Luiza no colabora en absoluto. Siempre me está provocando. Desde nuestra primera vez hacerlo en cada sitio se ha vuelto una linda necesidad. Su piel me enciende y su humedad es un vicio tremendo del que no quiero escapar. Duda siempre bromea y nos llama conejas. Lo más curiosos de todo es que Luiza ya no siente vergüenza y se deja llevar. Hoy por primera vez tendremos una cena con mis padres en la que oficialmente será mi pareja. Escucharon una conversación con Igor y me regañaron por no contarles antes. Mi madre recuerda a Luiza del tiempo que estuvo trabajando para ella y la admira por su inteligencia. Solo accedí por mi padre. El está muy orgulloso de que por fin esté enamorada y de la forma en la que hablo de quien me ha robado el corazón.
-No me puedo creer que soy la primera chica que traes a casa Valentina- bromea Luiza siempre tan espontánea. Se ve tan linda con su vestido blanco. Solo me veo casándome con ella.
-Estaba esperando a la indicada. ¿Sabes que estoy enamorada desde la primera vez que te vi verdad?- aseguro abrazando su cintura. Siempre estamos pegadas.
-Eso no te impidió salir con toda la facultad- me regaña Luiza mordiendo mi nariz.
-Nunca me hacías caso, ¿que querías?- me defiendo.
-Quería que me besaras- confiesa Luiza atrapando mis labios.
-De haberlo sabido antes- interrumpo el beso.
-Crees que les guste- pregunta Luiza cuando me ve abrir la puerta.
-Sabes que si- respondo tomando su mano.
Nada más llegar la señora Catarina prácticamente secuestra a Luiza ignorando del todo mi presencia. Suspiro aceptando su estupida actitud. Desde que dejé su sueño de que fuese abogada es como si repente ya no fuera su hija. Me ve como una desconocida y no se molesta en disfrazarlo. Solo espero que no arruine la cena con ningún comentario tonto. Luiza intenta ser lo más cordial posible pero veo en su rostro que también percibe lo mismo y no le está gustando. Es mi defensora número uno y yo amo como lucha por mi, por nosotras.
-Igor me contó que ganaste un concurso y ahora tienes la oportunidad de trabajar para el bufete de abogados más prestigioso del país. Me encantaría que trabajaras para mi pero no puedo competir con eso. Aunque ahora que soy tu suegra- comenta mi madre con segundas intenciones.
-Catarina deja a la chica. No estamos aquí para eso- la regaña mi padre.
-Imagino que tus padres están tan orgullosos. Yo en cambio si no fuera por Igor- insiste con su maldad.
-A mi me parece que Valentina es una excelente hija. Hasta el punto de desperdiciar su verdadero talento que es la fotografía por darle una alegría a usted señora- responde Luiza sin poder morderse la lengua.
-Me vas a decir que estás de acuerdo con esa tontería. Si de verdad te imaginas un futuro con mi hija deberías convencerla de que cambie de opinión. Yo aún puedo hacer que se gradúe- comenta mi madre sin desviar el tema.
-Nadie me hará cambiar de opinión ni siquiera Luiza- interrumpo alzando un poco la voz.
-Valentina tiene razón, es una elección completamente suya- interviene mi padre.
-Mejor cambiemos de tema. No estoy siendo apoyada aquí. Al menos estoy feliz de que no eligieras como novia a una fotógrafa cualquiera- reconoce mi madre sin desperdiciar la ocasión para ofenderme.
-Catarina- vuelve a regañar mi padre percibiendo mi rostro de furia.
El resto de la cena ocurre más en silencio. Luiza descansa su mano en mi muslo en señal de apoyo. Siento tanta impotencia. Pero nada me va a detener. Tengo que seguir luchando para lograr mis metas. Propongo salir a bailar para animarnos un poco. Percibo que Luiza tampoco ha quedado muy conforme y no ha dicho más para no ser grosera. Agradezco todo lo que se contiene por mi.
-A donde me llevas Valentina- sonríe Luiza cuando ve como me pongo más cómoda
-Crees que voy a desperdiciar ese vestido que me llevas. Sabes lo excitada que estoy- bromeo devolviéndole todas sus provocaciones.
-No juegues con fuego- susurra Luiza mordiéndose el labio.
-Yo soy el fuego- contesto lanzándole mi chaqueta.
Vamos a bailar salsa cerca de la playa. Se lo mucho que le gustan estos planes. Estoy aprendiendo a dejarme llevar gracias a ella. Tomar cerveza, sentirme libre. Despeinada. Incluso quitarme los zapatos y danzar descalza. Parecemos dos locas, moviéndonos de un lado a otro. Besándonos en cada oportunidad. Me encanta apretar su trasero entre la multitud y ver cómo se estremece y me mira como si quisiera devorarme. Con la poca cordura que me queda la arrastro hasta un rincón apartado, uno con poca luz porque muero por hacerla mía. Luiza se da cuenta de mi intención y solo se muere de la risa, es tan traviesa. Ella solita se sube el vestido y empuja mi cabeza hacia abajo. Amo esta nueva versión descarada que me deja siempre boquiabierta y con ganas de más. Comienzo a besar su vientre toda apurada. Me encanta la forma en la que se sostiene con fuerza mis cabellos. A Luiza le encanta que la chupe y abre mas las piernas haciéndomelo saber. Rompo su ropa interior por torpeza y ni siquiera le importa. Al segundo que mis labios tocan su sexo, la respiración le falla. Mejor dicho se descontrola. Saboreo toda su humedad, es increíble como siempre está lista para mi. Su coño es delicioso, el manjar más sabroso del mundo. Bebo todo lo que tiene para ofrecerme. Ella misma se abre con las manos para darme más acceso. Es mi perdición. Rompo todos los esquemas. A un ritmo intenso. Sus piernas tiemblan pero yo la sostengo con gusto. Busca mis manos y me pide en voz alta que le meta los dedos. No puedo más que obedecerla. Haría todo lo que me pidiera. Insisto en estimular su clitoris mientras la penetro con fuerza. Comienza a gritar más alto y se que está a punto por más que se contenga. Mi lengua tiembla sobre ella hasta que encierra mis dedos y llega sonoramente mezclándose con la música de fondo. Limpio todo su orgasmo como una loba desesperada. Ahora si puedo decir que he saciado mi sed de momento. Subo para besarla y Luiza me chupa para compartir mi locura. Me abraza hasta recuperarse del todo. Y se va corriendo hasta la playa. No puedo evitar seguirla con una sonrisa y adentrarme en el mar junto con ella. Con todo y ropa. Y el frío de la noche. Pero feliz de estar juntas y de este amor que no hace más que crecer.
Nota: Gente mil disculpa por la ausencia. Dedicado a mi esposa MokaValenzuela que casi me tira de las orejas y a todas las que aún me siguen leyendo. Prometo no desaparecer más ❤️