POV Valentina
Estar cerca de Luiza es un peligro, pero estoy dispuesta a correr ese riesgo porque honestamente se me hace imposible renunciar a compartir momentos con ella. Realmente cuando las dos ponemos de ambas partes somos un buen equipo. Pasamos el desayuno entre risas. Me parece surreal que se ponga tan insegura y nerviosa cuando obviamente es la mejor alumna de toda la facultad y siempre saca la mejor nota. También estuve estudiando toda la noche para impresionarla. Llegamos juntas y más de uno se sorprende pero me da igual. No le de debo explicaciones a nadie. Después del examen seguimos igual de amigables, guiños furtivos, intercambio de miradas. Mensajes cariñosos.
Los siguientes días nada cambia. Nos cruzamos por los pasillos y nos quedamos conversando sobre cualquier tema con tal de estar un rato en nuestro mundo. Ella está feliz y yo tampoco puedo ocultar mi entusiasmo. Parece inevitable lo de encontrarnos, a veces sin buscarlo. Hoy ponen las notas del examen y estoy nerviosa. Quedamos en que celebraríamos. Quizás no es una buena idea, no quiero que se confunda y piense que es una cita. Pero al mismo tiempo, se que será genial tomarnos unas cuantas cervezas y recordar lo bien que la pasamos. Cuando llego a la clase me la encuentro en frente del tablero de las notas.
-Felicidades, no esperaba menos de ti- comenta Luiza besando mi mejilla de manera espontánea. Ese gesto me deja paralizada.
-En cambio yo ya sabía que sacarías diez. Incluso yo creo que deberían agregar otro cero. Eres demasiado inteligente- respondo cuando me recupero. Creo que mi corazón siempre se va a sentir acelerado cuando ella esté presente. Mejor me acostumbro a ello.
-Entonces nos vemos esta noche- recuerda Luiza toda ruborizada. Cómo puede ser tan linda mi dios.
-Creo que ya se donde te llevaré- acepto el reto.
-Pásame un mensaje con la dirección y nos vemos allá- propone Luiza.
-Gracias por ayudarme a estudiar- aseguro de manera cómplice.
-Gracias por darme la oportunidad de tener una relación más cercana. Quiero formar parte de tu vida- comenta Luiza toda ilusionada.
Espero hasta su última materia para ahorrarle lo de esperar el autobús. Se que de noche es más difícil y no pasan tan seguidos. Recibo una llamada de Manu, inmediatamente puedo sentir la tensión por mi cuerpo. ¿Que me está pasando? No puedo empezar nada con nadie todavía. Encima la chica está haciendo todo lo posible por venir a visitarme.
-No deberías estar en casa ya Valentina- pregunta Duda.
-Estoy esperando a Luiza- confieso sin problema.
-Ya veo, se puede saber a donde van- comenta mi cuñada curiosa.
-Vamos a festejar una buena nota, chismosa- sonrío ante su cara de sospecha.
-Me alegra que ya no se estén peleando. Cuídala porfa, ella te quiere mucho y tú también a ella- me pide Duda.
A Luiza le brillan los ojos cuando me ve. Se apresura a saludarme sin importar que venía conversando con Giovanna. Se han vuelto más inseparables que nunca en mi ausencia. Debería no incomodarme pero en el fondo me molesta porque Gio es una persona increíble, lo ha demostrado y si aún espera por ella es que le importa y mucho. La rubia se despide de mi fríamente y sigue su camino dejándonos sola. Choca mi hombro y alucino con su actitud. Después arreglo cuentas con ella.
-¿A donde me lleva señorita?- bromea Luiza sin hacerle caso a la actitud infantil de Giovanna casi que me empuja al pasar por mi lado.
-Súbase y pronto lo descubrirá- le sigo el juego.
-Despacio- advierte Luiza para que no vaya a toda velocidad en la moto. Solo lo hice una vez para molestarla y aún no lo supera. Es increíble. Tampoco soy tan loca.
-Miedosa- me quejo.
Mentiría si dijera que nada ha cambiado. No soy la misma de hace unos meses, pero hay algo que nunca cambia. Luiza es esa chica de la que me enamoré perdidamente y no sé si pueda superar eso. La veo sonreír y aunque ya no somos nada. Tengo ganas de besarle esa sonrisa. Es un bar temático con varios juegos. Ella sabe lo competitiva que soy y me reta al billar. Pedimos una botella de tequila para que cada vez que falle beba. Me pide que le muestre como se debe colocar y escupo la cerveza. Solo con mirar como empina su culo hacia atrás y de repente sentir como choca hacia a mi a propósito todo deja de existir a mi alrededor. ¿Por qué tiene que ser tan provocadora?
Suspiro antes de acercarme justo detrás de su oreja y pedirle que suba más los brazos. La ayudo a hacer el movimiento y de repente la primera bola entra y ya está ganando. Me abraza para agradecerme y sin querer me aparto lo más rápido posible. Está causando tantos estragos en mi mente. Debo ser fuerte, más de lo que imaginaba. La electricidad me corre por las venas.
-Ahora tú sola. Confieso que no tendré piedad- advierto recuperando la distancia que había perdido. Tengo que calmar mis hormonas.
-Como quieras- responde Luiza guiñándome el ojo.
Le explico que debe hacer y le sale a la perfección. Dos o tres veces pero después falla y le toca beber. Hace de todo para desconcentrarme y lo logra. No es normal que falle tanto. Llevo solo dos shots pero ella ya va para el quinto. Luiza comienza a tambalearse y decido que es mejor parar. Vuelvo a rodear su cintura para que gane y el roce me vuelve loca. Será mejor pedir un taxi para volver a casa.
-Un rato más Valentina. Ven vamos a bailar- ruega Luiza colocando sus brazos alrededor de mi hombro atrapándome.
-Estás loca, ni siquiera se escucha la música- me hace reír. Creo que el tequila no le sienta nada bien. Hoy sus padres me matan. Tendré que llegar a escondidas.
-Escucha mi corazón. Palpita todo a tu ritmo- confiesa Luiza acercando mi mano a su pecho.
-Vamos, mañana te va a dolor mucho la cabeza- intento hacerla entrar en razón. Está borracha eso está claro. Y no se lo tomo en cuenta.
-¿Sabes lo que me duele?- pregunta sosteniendo mi barbilla.
-Luiza- susurro rogándole que no se acerque más.
-Extraño tanto besarte. No te imaginas lo difícil que es dormir por las noches. Pienso en nosotras. Todo lo que me haces sentir. ¿La besaste a ella? Dime que no por favor- repite sin parar y yo simplemente la abrazo para calmarla.
Por fin logro sacarla del lugar. Igor nos recoge para llevarla a casa. Se duerme en mis brazos como una niña pequeña y yo beso su frente sin poderlo evitar. ¿Por qué tengo que quererla tanto? ¿Por qué mi cabeza me dice que no debo ceder y mi corazón grita tan fuerte por ella? Estoy en una encrucijada. La despierto acariciando su nariz como ella hace conmigo.
-Perdón, creo que tomé de más- reconoce Luiza mientras la ayudo a salir del auto.
-Shh fue una gran noche. Solo que eres muy mala jugando al billar y yo muy buena. Es normal- le resto importancia.
-Mañana tendré una gran resaca- se teme Luiza viendo como Carol la espera en la puerta.
-Tendremos. No eres la única. La próxima vez apostamos otra cosa- sugiero.
-¿Habrá próxima vez?- pregunta Luiza entusiasmada.
-Todas las veces que quieras...
Nota: Capítulo para cerrar el fin de semana. Gracias por apoyar esta historia y animarme a escribir. Están que no se aguantan la tensión pero tendrán que solucionar algunos temas primero.