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Fatou se mostró desagradablemente sorprendido cuando me reincorporé

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Fatou se mostró desagradablemente sorprendido cuando me reincorporé. Supuse que habría enviado a alguien al río subterráneo a recuperar mi cadáver y que, al no encontrarlo, seguramente creyó que la corriente lo había enviado a lo más profundo. Siguiendo el consejo de Darshan, abandoné mi habitáculo a la mañana siguiente y le acompañé al comedor. No obstante, no fue hasta que alcanzamos el patio, donde otros grupos ya estaban allí reunidos, practicando bajo las órdenes de nuestros instructores, cuando realmente estuve cerca de flaquear.

Fatou estaba allí, protegido en la poca sombra que proporcionaba el patio, observando con sus ojos negros todo lo que sucedía. A su lado se encontraba Rashiba y otro nigromante de su confianza.

Darshan me dio un discreto golpecito en la parte baja de la espalda, animándome a que diera un paso hacia la arena. El resto del grupo con el que entrenábamos ya estaba reunido en el espacio que se les había designado y esperaban con cierta impaciencia la llegada de nuestro instructor.

Pude sentir el instante concreto en el que la mirada del nigromante dio conmigo a través de la distancia. Me tensé de pies a cabeza, a la espera de que Fatou reaccionara a mi presencia; a pesar de los metros que nos separaban, casi pude percibir la fría rabia que envolvió al nigromante al verme aparecer viva. Incluso Rashiba, que se encontraba a su lado, no pudo ocultar la sorpresa.

Ninguno de ellos había esperado que sobreviviera.

Y el nigromante no parecía en absoluto alegre tras comprobar que todavía respiraba y que no me había hundido en aquel río subterráneo.

Rompí el contacto visual con Fatou y seguí cabizbaja a Darshan, intentando tener un perfil bajo. Mi compañero había sido testigo del intercambio de miradas, pero se había limitado a dejarme que lidiara con ello; la promesa que me había hecho de ayudarme a huir de Vassar Bekhetaar continuaba presente entre los dos.

Nuestro instructor, un nigromante que atendía al nombre de Manoj, nos ladró que nos colocáramos en formación, junto al resto del grupo. Gazan, quien se encontraba entre los otros, me lanzó un vistazo en mi dirección; todavía con el orgullo herido por lo sucedido en los baños, había mantenido las distancias... y parecía haber incluido en su lista de enemigos potenciales a Darshan, a quien también observó antes de devolver su atención al instructor.

LA NIGROMANTE | EL IMPERIO ❈ 2 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora