Capítulo 55: Pasar página

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Os dejo la canción por aquí. Podéis escucharla cuando queráis pero sale al final del capítulo. Disfrutad tanto como yo escribiéndolo.

Look After You - The Fray

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Iris

Navidad.

Ya llevaba unos cuantos días en casa. En mi pueblo con mi familia. Siendo honesta, al principio fue raro, después comencé a sentirme diferente. Como si nunca me hubiese ido de aquí. Anoche estuve cenando con toda mi familia; mi abuela, mis tíos, mis primos, mi padre y mis hermanos. Llevaba tanto tiempo sin estar con ellos que en parte necesitaba rodearme de su compañía para saber que siempre van a estar para lo que necesite.

Hoy iríamos a comer todos juntos a casa de mi tía para pasar el día de Navidad en familia. De hecho, venían algunos de mis tíos y primos que no pudieron estar ayer.

Me incorporé de la cama para mirar el móvil. Sonreí en cuanto vi la foto que anoche me envió Jaime. Llevaba un gorrito. Estaba con Luis y Paula al lado del árbol. Los tres aparecían sonrientes y me emocioné demasiado pensando en que Jaime iba a ser tío, aún me acuerdo de cuándo me lo contó.

Fue un día que vino a mi casa para comer juntos después del trabajo, el muy puñetero eligió el momento de decírmelo cuando estaba colando los macarrones.

Ya os podéis imaginar la que lié. Acabé empapada de agua caliente. Repito, agua caliente. Tuve que desnudarme en mitad de la cocina porque me estaba abrasando el estómago mientras mi novio me miraba sin entender absolutamente nada. Menos mal que fue buena persona porque corrió por toda casa conmigo en brazos para llevarme a la bañera y literalmente meterme dentro para rociarme con agua helada. Retiro lo de buena persona. Casi pillo una pulmonía, claro que luego... Ejem.

Comimos más tarde de la cuenta porque a él también le apetecía darse una ducha que fue de todo menos fresquita.

El caso es que, cuando procesé la información me puse a dar saltos de alegría porque iba a ser el mejor tío del universo.

Volví al móvil y comencé a escribir.

Iris 11:00

Feliz Navidad <3

Me levanté de la cama al rato y fui al armario para rebuscar la ropa e ir al baño.

En el trayecto, que no era excesivamente largo, me di cuenta de que mi dormitorio era demasiado pequeño. Tenía las paredes de un rosa palo que me gustaba bastante. Los muebles eran blancos y la cama individual estaba repleta de cojines, me gustaba tenerlos porque sentía que así vivía entre algodones, y tenía un armario empotrado lleno de ropa que, a decir verdad, casi toda era de mi hermana.

Saqué lo que me iba a poner y lo dejé encima de la cama para caminar hacia la ventana y correr las cortinas.

Tenía las ventanas llenas de pegatinas de estrellas que yo misma fui colocando, aún recuerdo cuando mi hermana me regañó por hacerlo. Decía que el pegamento se iba a quedar en el cristal y que sería imposible quitarlo. Pero me daba igual porque a mí me gustaba.

Di un respingo en cuanto dos golpes en la puerta de mi habitación me sorprendieron.

—¿Puedo entrar? —escuché la voz de Mara mientras pasaba dentro.

—Ya lo has hecho —sonreí y me crucé de brazos.

—Es lo que tiene ser tu hermana mayor.

—No creo que eso funcione así —ladeé la cabeza.

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