Capitulo 69

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*Ruido sordo*......

*¡Ruido fuerte!*

Lizzy se lanzó al suelo.

Mirándola, Ferzen se echó a reír.

"Ni siquiera te puedes controlar......Incluso en este momento lo máximo que puedes hacer es controlar tu vejiga.....¿Qué puedes incluso lograr en este estado, Lizzy Poliana Claudia?"

" ¡Ugh, ah, maldita sea......!"

"Eres patética".

Ferzen extendió su mano.

Y acarició su pálida mejilla.

Aquel acto horrorizó a Lizzy, y lágrimas brotaron de sus ojos.

"¡Si mis piernas estuvieran intactas, ya habría huido de ti!".

Pero Ferzen, sujetó su barbilla, poniendo fin a su lucha.

Y la miró fijamente.

Sus ojos violetas temblaron de miedo.

"N-No.....No......."

Con su otra mano, agarró su muñeca.

Y la levantó a la fuerza.

Ella no pudo hacer nada.

Envolviendo una mano alrededor de su cintura, Ferzen bailó con ella.

Sí, igual que aquel nefasto día.

Luego, agachando su cabeza, le susurró al oído.

......♪♪♩.

La misma melodía de aquel día.

"¡No.....No.....NO.....!"

Los recuerdos de aquel día hundieron a Lizzy en el abismo.

Por más que luchaba, no podía escapar.

Poco después, como si fuera una marioneta a la que le han cortado los hilos, colapsó.

Lizzy se movía al compás de los movimientos de Ferzen.

Y como aquel día.

*Pisar.*

Ferzen le pisó suavemente el tobillo.

"Ah......"

Este fue el detonante para que los recuerdos reprimidos y sus traumas inundaran su mente ......

"¡Lo siento!...... ¡Lo siento!...... ¡Lo siento.....!"

Todo se le vino abajo.

"Me duele....... Lo siento...... Me duele......"

Lizzy lloraba ya que las alucinaciones de ese día le causaban dolor.

"Lizzy."

Después de eso, Ferzen le pisó el otro tobillo y puso su cuerpo sobre el escritorio.

Después, le secó delicadamente las lágrimas y le susurró al oído una vez más.

"Los humanos tenemos instintos".

Y entre ellos, el miedo está directamente conectado con la necesidad de supervivencia del cuerpo.

"Síguelos, ten confianza en ellos, no los rechaces".

Pudo oler un hedor familiar proveniente de ella.

Enfadado, Ferzen bajó la cabeza.

Aunque ella no se ensució como aquella vez, la clara mancha en la zona de su entrepierna era innegable.

El villano que robó a las heroínasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora