capitulo 88

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Tras un largo rato, el contrato vacío se llenó mientras se aseguraban de que no hubiera lagunas.

Ferzen estampó su sello de sangre y Corleone estampó el sello de su familia para completar el contrato, y cada uno tomó posesión de una copia.

Acto seguido, sin vacilar, Ferzen se levantó y le tendió la mano a Yuriel.

"Yuriel".

"S-Sí......"

Él le tendió la mano.

"......"

Era la mano de hacía tres días, la que le dijo que se la iba a llevar con él.

Yuriel se preguntó si esta era la respuesta a todo su enfurruñamiento.

A pesar de que el resultado ya estaba definido, Yuriel colocó tímidamente su mano sobre la de Ferzen, como pidiéndole permiso.

"¡Ah......!"

Ferzen la atrajo inmediatamente hacia sus brazos.

Yuriel se tambaleó sobre sus pies, pero Ferzen le pasó suavemente la mano por la cintura para devolverle el equilibrio.

Yuriel sintió por un momento vergüenza ante su contacto casual, incluso con todo el mundo mirando, pero se sonrojó al sentir la mano de Ferzen contra la suya.

*Presionar.*

Su aroma le invadió las fosas nasales.

Agarrando el dobladillo del traje de Ferzen, Yuriel enterró su cara en él.

"Vámonos".

"De acuerdo......"

Siguiendo los pasos de Ferzen, Yuriel dio un paso adelante.

*¡BUM!*

"¡No sean ridículos!"

Pero al verlos, Geralt se levantó, dando un violento golpe sobre la mesa.

Geralt había presenciado cómo se redactaba el contrato, con la confianza de que sus condiciones serían mejores que las que propusiera Ferzen, pero todo aquello era simplemente ridículo.

¿El nacimiento de un hijo varón, la entrega de la custodia de ese niño y la garantía de la vida del niño durante su nacimiento valían más que todo lo que él había ofrecido?

Geralt no podía aceptar eso.

Sin embargo, Ferzen no dejó de caminar, como un hombre que deja ladrar a un perro, se marchó de aquel lugar con Yuriel.

Los antiguos Jefes de Brutein siguieron a la pareja en silencio.

"¡Mi señor!"

Geralt se enfrentó a Corleone.

No, lo fulminó con la mirada.

Pero la vieja serpiente guardó silencio.

Como si todavía disfrutara del efecto de la euforia de su clímax.

"¡Corleone Wayne Barreta Alfred!"

Pero entonces Geralt gritó su nombre completo.

Cuando el tono lleno de rabia de él invadió sus oídos.

Las divagaciones de la vieja serpiente se vieron interrumpidas, y entonces, miró al pequeño ratón que estaba frente a él.

El desdén en su mirada era muy evidente.

Corleone miró a Geralt de la misma manera que el Brutein miraba a los Alfred.

Y entonces, la vieja serpiente entreabrió su colmilluda boca, pronunciando una única frase.

El villano que robó a las heroínasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora