Capitulo 84

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'¿Un carruaje......?'

Mientras Yuriel se estaba preparando para ir a trabajar, oyó el ruido de un carruaje en medio de la lluvia.

'Él...... hoy no debería dar clases.'

Alejando sus dudas, Yuriel se aseguró de que su aspecto fuera lo más impecable posible.

*Toc.*

*Toc.*

"¿......?"

Pero cuando escuchó los golpes en la puerta, Yuriel estaba segura de que esa persona no podía ser Ferzen.

Porque él jamás tocaría.

Pero si no se trataba de Ferzen, ¿entonces quién podría ser......?

'¿Geralt......?'

No, tampoco podía ser él.

Ya que él no debería ser capaz de salir de los dormitorios tan temprano.

Yuriel caminó hacia la puerta y la abrió.

"Ah......"

Y frente a ella, se encontraba un anciano que sostenía un curioso paraguas.

Yuriel se tambaleó mientras saludaba a su abuelo, el patriarca de la familia Alfred Corleone.

"Abu-abuelo......"

La vieja serpiente plegó su paraguas, y empujo a Yuriel a un lado, mientras entraba en la casa.

"El 9 de junio. Vas a volver a la mansión".

"......"

"Tu respuesta Yuriel."

"No... No entiendo..."

Yuriel no lo miró, mientras su voz titubeaba.

Pero......

"¿Y qué son esas marcas que tienes en el cuello, Yuriel?"

"Oh......"

Debido a sus palabras, Yuriel inconscientemente levantó sus manos y tocó su hermosa nuca, percatándose de que no llevaba un pañuelo para ocultar las marcas.

"Quita tus manos, Yuriel".

"......"

Al oír el tono molesto de la vieja serpiente, Yuriel bajó dócilmente sus manos, dejando al descubierto las huellas que Ferzen había dejado en su nuca.

"¿Quién ha hecho esto?"

"......"

"¿Geralt? O......"

" Lo hizo Ferzen......"

"¡Ja.......jajajajajajaja!"

La vieja serpiente soltó un sonido maníaco al oír la confesión de Yuriel.

"¡Uf!"

Haciendo uso de su bastón, Corleone jaló hacia abajo el cuello de Yuriel.

Y como es natural, ella no opuso ninguna resistencia a su abuso.

Debido a que Corleone ya había grabado en su alma tal comportamiento.

*¡Arrancar!*

Mientras abria los botones a la fuerza, las marcas en su clavícula y esternon se hicieron visibles.

Y cuando Corleone vio esto, las comisuras de su boca se curvaron en una sonrisa de satisfacción.

"Has hecho algo útil por una vez, Yuriel".

"......"

"Cuando un hombre deja esas marcas en una mujer, no hace más que reclamar su propiedad sobre ella".

El villano que robó a las heroínasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora