Capitulo 73

49 11 1
                                    

"......"

Ferzen contempló cómo el cuerpo de Yuriel caía tendido en sus brazos, al mismo tiempo que abría su subespacio y sacaba el ataúd de Isabel.

Yuriel afirmó que se había quedado hasta tarde preparando su examen final, pero cuando él miró alrededor del despacho no había ninguna señal de ello.

'Corleone......Ese viejo zorro, esto debe ser obra suya'.

Chasqueando su lengua, Ferzen comenzó a quitarle la ropa.

'Esto......'

Ni bien entró en la habitación, pudo percibir un aroma extraño.

'¿Incienso......?'

Un dulce olor parecido al durazno.

Cuando le desabrochó los botones de su camisa, percibió el fuerte olor que desprendía su cuerpo.

Ferzen, que tenía un sentido del olfato muy sensible, inmediatamente se sintió cautivado por su olor, sumergió su cabeza en su nuca y mordió su piel blanca.

"Hmhnn........"

Yuriel gimió al sentir dolor, sin embargo, Ferzen no pudo apartarse de ella.

Por lo general, cuando los humanos se acostumbran a determinados olores, ya no se perciben de forma consciente, pero el olor corporal de Yuriel no respetaba estas reglas.

Así que luego de dejarle varios mordiscos en la nuca, Ferzen a duras penas reprimió sus impulsos y se apartó de ella.

"......"

El ceño de Ferzen estaba fruncido, dado que su falta de autocontrol le resultó desconcertante.

Después de un rato, continuó quitándole la ropa.

'Ella ha cambiado ......Mucho'.

A diferencia de la muchacha que conoció en su infancia, la mujer que estaba frente a él tenía un cuerpo que podía seducir hasta al más tenaz de los hombres.

Incluso sus grandes pechos, que siempre desencadenaban su TOC cuando éstos se movían hacia arriba y hacia abajo, ahora le resultaban tentadores.

"Mmmm......"

Estiró sus manos hacia sus pechos, pero ni siquiera fue capaz de agarrarlos completamente debido a los grandes que eran.

Sus dedos se hundieron profundamente en su piel tan suave.

Sus pechos, a pesar de ser grandes, no estaban flácidos, al contrario, mostraban una sorprendente elasticidad.

"Ah......"

Yuriel gimió sumida en un delirio calenturiento mientras sus cejas temblaban bajo el tacto de Ferzen.

"......"

¿Pero qué estoy haciendo?

Suspirando, Ferzen terminó por quitarle toda la ropa a Yuriel.

Luego, ordenándole a Isabel, generó un torrente de agua e hizo que éste rodeara del cuerpo de ella, incrementando la temperatura del agua.

En la parte inferior de su cuerpo, la sangre empezó a mezclarse con el agua, desparramándose como si fuera pintura.

Después de hacer que se diera la vuelta para limpiar cualquier resto de sangre seca, Ferzen abrió sus piernas e inmediatamente soltó una carcajada al ver que tanto su feminidad como su otro agujero se estaban contrayendo de forma descontrolada.

Aunque no tenía intención de abrir aquellas puertas, le resultaba bastante irritante que la persona que estaba adentro siguiera dando vueltas al pomo repetidamente.

El villano que robó a las heroínasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora