Capítulo 5

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Winter and Spring

Louis suspiró, se colocó una mano sobre el rostro y negó con frustración.

—No —el alfa espetó, fuerte y claro.

—Su majestad, es lo que se debe hacer —Lucas, uno de los consejeros, dijo.

—No, ¿por qué? —Louis cuestionó con irritación—. ¿Por qué se debe hacer? No tiene que ser así.

—Ciertamente, tiene que ser así, su majestad —Frank, otro de los hombres en la habitación, habló—. Eso es lo que da la estabilidad al reino.

Louis se puso de pie, echó atrás su túnica para que no estorbara y dio pasos firmes hasta estar delante de una de las ventanas de la sala del concejo real.

—Soy yo quién da estabilidad al reino —fue inevitable que al alfa se le escapara un gruñido al hablar, pues la tensa situación lo frustraba por completo.

—Un trono vacío a su lado deja una enorme puerta abierta para todo tipo de conflictos, su majestad. Usted sabe que pronto comenzarán a llegar candidatos para ocuparlo y cuando no acepte a uno u otra, comenzarán las disputas sobre quién es más digno de gobernar a su lado. Habrá insultos, conflictos e incluso, yendo hacia lo más extremo... Una guerra. —Lucas explicó, consternado y manteniendo un tono adecuado al dirigirse al Rey.

—Nos ahorraría muchos problemas si anunciara cuanto antes a su próximo consorte, tenemos algunos cuantos para considerar. En este punto, usted todavía puede elegir a quien quiere tener a su lado, su majestad. —Frank continuó.

Louis observó en dirección a los jardínes, la planta de flores que la antigua Reina había sembrado podía distinguirse por sobre todas las demás, hermosa, muy grande y de flores llamativas. Un extraño sentimiento de pesar le invadió y tuvo que cerrar los ojos. Sabía que lo que estaba escuchando no era nada más que la verdad, supo desde el primer día que perdió a su Reina que tendría que volver a casarse, incluso si su corazón y su alma no estaban preparados para eso.

—Es demasiado pronto —espetó con molestia. Colocó una mano en su pecho, cerró los ojos y apretó entre sus dedos el antiguo collar que le perteneció a la reina Elle y se había quedado como un nostálgico recuerdo alrededor de su cuello—. No se siente correcto.

—Su majestad, ningún otro Rey ha pasado tanto tiempo sin una Reina a su lado. —Lucas volvió a decir—. Están empezando a cuestionar... El pueblo se siente inquieto, temen a la discordia.

—Su reinado no ha sido más que de paz, su majestad. —Frank dijo—. Ha traído tranquilidad y prosperidad, ha hecho que todos lo amen y confíen en usted... No haga que eso cambie.

El monarca tragó saliva, soltó un agobiado suspiro y volvió a abrir los ojos. Los sentía húmedos, pero parpadeó con suavidad para evadir las lágrimas. A lo lejos, a la orilla de la fuente a mitad del jardín, distinguió a cierto rizado, sonriente y feliz, quién cargaba al pequeño príncipe entre sus brazos y señalaba en dirección al agua, seguramente hablándole sobre los lindos peces que habitaban ahí.

Louis tuvo que sonreír ante la tierna imagen, al menos, por un momento, aquello podía ser el ungüento sanador sobre su lastimado corazón.

Le hacía feliz ver a Harry disfrutar de lo que para cualquier otra persona sería nada más que una carga, el Rey adoraba que el joven cuidara del pequeño príncipe como si fuese un cachorro propio. Louis no se cansaba de agradecerle a Harry una y otra vez por lo que hacía, porque él mismo notaba el lazo que el joven y el niño estaban formando poco a poco. Saber que Winter no resentía la perdida de su madre le reconfortaba, porque aunque era triste que Elle ya no estuviera ahí para su cachorro, él aún podía crecer rodeado de el amor maternal que tan indispensable era.

Winter and Spring | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora