Winter and Spring | Larry Stylinson

Capítulo 13

Winter and Spring

La primera princesa en llegar al castillo, fue la princesa Dakota Fanning del reino de Greengarden. Fue recibida en el puerto de Lakefairy por los Lakefairenses con alegría, nostalgia y algunas cuantas lágrimas. El pueblo tenía en lo alto a la familia Fanning, recordando a la antigua reina con amor y cariño, pues ella había sido más que buena con todo aquel que necesitó alguna vez de ayuda.

La hermana menor de la reina era tan hermosa como ella, de bonita piel pálida como la más blanca leche, de preciosos y enormes ojos azules, de cabello rubio brillante como el oro, de labios naturalmente rojos y sonrisa perfecta. Eran bien parecidas, compartían esa actitud suave y esa fragancia dulce, viéndose inocentes y frágiles. Bellas omegas que no tenían comparación con nadie más.

La joven saludó al pueblo desde el puente de madera que descendía desde el barco hasta la orilla del puerto, donde Lord Frank y otros nobles le esperaban con una pequeña sonrisa. Ella alisó con suavidad su vestido cuando llegó frente a ellos y los hombres rápidamente se inclinaron en una respetuosa reverencia.

—Bienvenida a Lakefairy, princesa Fanning. Esperamos que haya tenido un buen viaje —Lord Frank le sonrió, inclinando suavemente la cabeza.

Ella apretó los labios mirándolo severamente y luego sujetó la tela de su vestido, con intención de caminar—. Ha sido un buen viaje, Lord Frank —musitó. Levantó la barbilla y comenzó su camino a través del puerto, los hombres siguiéndola de inmediato, junto a sus doncellas y los guardias personales que le acompañaban—. Dígame, ¿dónde se encuentra mi futuro esposo? Pensé que estaría aquí para recibirme.

Frank sonrió apenas mientras compartía una mirada cómplice con la princesa, quién volteó sobre su hombro para dedicarle una corta mirada. Aquello era algo que solo ellos compartían, algo que habían estado hablando por cartas desde tiempo atrás, algo en lo que tendrían que trabajar juntos para conseguir.

—Le ha surgido un inconveniente —Frank le dijo, siguiendo a la princesa de cerca—. El pequeño Winter ha enfermado y tuvo una mala mañana, el Rey ha querido quedarse con él.

La joven escuchó atentamente, siguió caminando con pasos delicados y levantó su mano para saludar a las personas que se arremolinaban al otro lado del puente con la intención de verla.

—Oh, mi adorado y dulce sobrino —sonrió apenas, parpadeó con suavidad y colocó una mano sobre su pecho con delicadeza—. Ansío conocerlo. ¿Se parece a mi hermana? ¿Tiene su precioso cabello rubio?

—Se parece al Rey Louis, princesa. —Frank le comentó.

Ella hizo una mueca—. Hm, qué desafortunado. —volteó a ver a Lord Frank—. Puede comenzar a llamarme su majestad, ¿no lo cree?

Frank apretó una sonrisa, siguió mirando al frente y lamió sus labios antes de responder—. Tan pronto el Rey tome su mano delante de los dioses... —murmuró—. Su majestad.

Dakota sonrió con orgullo, mirando a todas esas personas emocionarse por ella, era una pena sentir el amor y el cariño en el aire porque lo único que ella sentía por ellos era desprecio.

[...]

Dakota admiró en silencio el gran castillo delante suyo cuando bajó con ayuda de un guardia del carruaje que le había llevado hasta las escaleras principales del lugar. Sus bonitos y brillantes ojos azules se abrieron más de lo normal con impresión y guardó cada pequeño detalle en su memoria. El castillo de Lakefairy era precioso, digno del honorable título de hogar del Rey. Lo rodeaban preciosos jardínes, un lago de agua cristalina y plantas verdes de flores hermosas, el aire que se respiraba era fresco, el ambiente se sentía suave y muy cálido.