Winter and Spring
Harry ni siquiera dejó que la joven Maricella le ayudara a abrocharse los botones de su camisa recién puesta, que olía a las fragancias florales que solía impregnarse en la ropa limpia y se sentía cómoda sobre su piel. Terminó de abrocharlos él mismo y agradeció haber sido rápido en ponerse los zapatos antes, pues apenas estuvo vestido un poco decente, salió con rapidez de aquella habitación rumbo a los aposentos del Rey con el Lord Comandante detrás escoltándolo de inmediato en silencio.
—No me permitió secar su cabello, joven Harry —Maricella dijo, caminando a su costado con prisa—. Podría enfermar.
Harry negó—. Estaré bien.
Y es que la verdad era que poco le importaba si enfermaba o no, lo único que deseaba era llegar a los aposentos del Rey donde sabía encontraría su paz absoluta luego de tanto tormento, donde podría hundir su nariz en el cuello de su pequeño cachorro, quien Maricella le había dicho se había notado demasiado triste en su ausencia, apenas queriendo comer. Harry jamás había sentido algo tan amargo llenarle el pecho como el sentimiento de estar distanciado del pequeño príncipe, había llorado horas y horas por él, así como Winter lo había hecho también. Había pedido a los dioses cada día por el bienestar del niño y estuvo a punto de realmente rendirse, pero se mantuvo sereno y positivo porque sabía que tenía que volver a su lado, que tenía la obligación de cuidarlo, que no podía dejarlo y que era su deber estar bien para él.
El en fondo de su corazón siempre supo que su lugar no era en una celda de las mazmorras, siempre supo que volvería a ver el sol, que no daría a luz entre esas pequeñas paredes malolientes y que volvería a sostener a Winter entre sus brazos. Porque él no era una persona mala, porque siempre confió en los dioses y también en Louis.
No se martirizó demasiado por pasar un par de noches en ese lugar, sin compañía, sin hablar con nadie más que a veces algún guardia, o el Lord Comandante, quién con mirada apenada se acercaba con una mamila para que pudiera llenarla de leche para el príncipe. Recordaba haber derramado un par de lágrimas mientras lo hacía, solo porque extrañaba tanto a su niño, extrañaba asegurarse de que estuviera seguro, de que comiera bien, que durmiera bien, que no llorara jamás. Pero el Lord Comandante le decía que Louis cuidaba de él, que nadie más aparte de Maricella o él se acercaba al niño, y Harry se había mantenido tranquilo con ello, pero no había podido evitar sentir el desespero y la ansiedad por volver con Winter. ¿Qué podía decir? Era un omega que había sido separado de su pequeño cachorro, por supuesto que le consumía el alma, por supuesto que quiso perder la cabeza, que pensó muchas cosas malas, pero finalmente volvía a tener su libertad y por supuesto que su primer objetivo sería ir a donde estaba su niño.
Así que estaba casi corriendo, ansioso por sostener a Winter entre sus brazos, por besarlo, abrazarlo y llenarlo de sus besos y no le importaba nada más. No quería pensar más en las mazmorras, no quería pensar más en los sentimientos negativos, no quería pensar en el pesar que se había instalado profundo en su pecho, no quería pensar más en esa cruel princesa, no quería pensar más sobre el juicio ni en nada de lo que había vivido. Solo quería ver a Winter, daría su último respiro por ello.
Maricella abrió la puerta de la habitación real y Harry entró deprisa, buscando con sus ojos por todo el lugar rápidamente para ubicar a su pequeño cachorro. Había dos guardias de pie al borde de cada lado de la cama, en posición firme y casi estoicos. Mantenían una de sus manos sobre la empuñadura de sus espadas, listos para atacar y Harry entendió entonces que estaban custodiando al príncipe.
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Winter and Spring | Larry Stylinson
Fiksi PenggemarEl Rey Louis se ha quedado solo con un cachorro recién nacido y Harry es el único omega embarazado en el castillo que puede ayudarlo siendo el nodrizo que amamante al pequeño príncipe. • Larry Stylinson. • Omegaverse. • No se aceptan copias o adapta...