Capítulo 2

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Winter and Spring

La cacerola pesaba demasiado cuando intentó subirla por sí mismo al fuego del horno, llena de agua, carne y verduras, era demasiado pesada para sus débiles brazos.

—¡Oh Harry! —exclamó su madre, acercándose con prisa hasta él para ayudarle a sostener la enorme cacerola que peligraba en sus brazos—. Tienes que tener cuidado, vas a lastimarte. —ella dijo. Ambos pudieron colocar la cacerola en su lugar y finalmente el joven tomó un profundo respiro.

—Gracias, madre. Creí que podía sostenerla.

—Pero cariño —ella se acercó y acarició su mejilla, peinando algunos de sus rebeldes rizos detrás de su oreja—. Es demasiado pesada para ti, puede hacerte mal a ti y también al cachorro.

El omega se dejó mimar por su progenitora y después se rindió, aceptando que quizás se había precipitado un poco y debió haber pedido ayuda. Bajó su cabeza y encontró el pequeño bulto en su estómago sobresaliendo y empujando con suavidad el delantal que estaba usando.

Sonrió de lado y se pasó una mano por el vientre, sintiendo la curva bajo su palma.

—No volveré a hacerlo, madre. Te lo prometo.

Ella sonrió con cariño, observando como su cachorro mimaba también al propio. Estaba completamente segura de que su hijo sería una buena madre también.

—Anda, busca las especias. Sabes cómo se pone el Lord Comandante si le falta un poco de sabor a su comida.

Harry rió, asintiendo. Dio la vuelta en su lugar y comenzó a caminar en dirección a la bodega de especias. Zayn Malik, el Lord Comandante, no era especialmente grosero cuando se quejaba de que a su sopa le faltaba sal o comino. Harry sabía que solo lo decía demasiado alto para que Gigi corriera en dirección a él con un salero en manos y así podría hablar con ella al menos unos instantes. Era triste, cuando dos personas se querían pero no podían estar juntas.

Y no podían porque Zayn era un Lord y Gigi no era una Lady.

Suspiró. Llegó a su destino y ubicó los estantes de dónde tomaría lo que necesitaba, pero antes de hacerlo, un torbellino llamado Niall, su mejor amigo, llegó a su lado jalando su brazo descuidadamente.

—Auch —Harry se quejó, dándole una mirada confusa—. ¿Qué ocurre?

Niall tenía las mejillas rojas, el cabello desordenado y definitivamente había estado corriendo. Niall nunca corría, ni siquiera cuando su pan estaba en riesgo de quemarse, así que eso le resultó extraño a Harry.

—Es una emergencia —Niall balbuceó primero. Harry le prestó toda su atención—. El príncipe- El príncipe Tomlinson ya ha nacido —dijo tomando aire.

Una suave sonrisa se extendió en el rostro de Harry. Su corazón se sintió cálido y solo pudo pensar en su propio cachorro en sus brazos, cuando también naciera.

—Lo sé, todos hemos oído las campanas en el pueblo. —comentó—. Ojalá podamos verlo mañana en la ceremonia de presentación.

Niall volvió a tomar otro respiro, se pasó las manos por el rostro y luego sujetó a Harry por los hombros, quién volvió a fruncirle el ceño con suavidad.

—La Reina Elle está muriendo, Harry —le dijo sin más.

Eso se sintió desolador y algo muy difícil de aceptar, pareció como si un balde de agua fría, ahí en pleno invierno hubiese sido arrojada encima suyo. Un escalofrío le recorrió por completo e incluso estaba seguro de que sus mejillas habían perdido algo de su color.

Winter and Spring | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora