Capítulo 27

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Winter and Spring

Louis estaba sentado en la cómoda cama que había sido su lecho durante las últimas dos noches, adornada con cortinas de seda que caían desde arriba en un bonito dosel y se mecían suavemente con la fresca brisa que entraba por las ventanas abiertas. La mañana estaba radiante y cálida, como solía ser cada mañana en el Freekingdom. El sol iluminaba con rayos dorados la habitación, decorada con bonitos tapices florales y preciosos muebles de madera clara, llenándola de calor y luz.

El monarca se encontraba callado y pensativo mirando sus propias manos sobre su regazo, su mente iba de un lado a otro, y aunque realmente era demasiado temprano para admitirlo, estaba un poco preocupado.

Ese era el gran día.

Después de dos mañanas y dos noches de absoluto descanso y relajación, Louis decidió que, aunque no tenía ninguna prisa, debía visitar al Rey Wilhelm para hablar sobre el motivo de su viaje. Incluso si estaba disfrutando de su estadía, seguía pensando día y noche sobre lo que se diría en esa charla. ¿Encontraría lo que había ido a buscar? ¿Tendría el apoyo y el amparo de ese Rey con experiencia? ¿Podría encontrar ahí un cimiento y una base para llevar a cabo lo que llevaba tanto tiempo en su cabeza?

Sintió una suave mano acariciar su espalda con suavidad. Parpadeó saliendo de su mundo y sin poder evitarlo, sonrió con suavidad. Giró su rostro encontrando la perfecta vista de su omega adormilado con rizos despeinados y pequeños ojos de recién despertar. Sus labios rosados en una sonrisa, su piel pálida resaltante con la luz en la habitación y el precioso verde de sus fanales brillando. Era hermoso. Tan hermoso que a Louis se le escapó un suspiro.

—Buenos días, mi omega —murmuró. Estiró una mano y acarició con suavidad el abultado vientre del joven debajo de las suaves mantas en las que seguía acurrucado—. ¿Has dormido bien? ¿Cómo te sientes?

Harry frotó su mejilla en la almohada y sus ojos bajaron al pequeño cachorro que se removía a su costado. Winter había dormido en medio de ambos, como ya era una costumbre y comenzaba a hacer un puchero que avecinaba el llanto mañanero. Harry fue rápido en bajar la tela de su camisón y acercar su pezón a su boca para que bebiera antes de que comenzara a exaltarse, su mano peinó su cabellito con lentitud cariñosa y sonrió, besando su frente con mimo al final.

Louis no pudo evitar soltar un suspiro con suavidad, Harry conocía tanto a su cachorrito que resultaba regocijante de ver. A Winter jamás iba a faltarle amor y cariño entre los brazos de su omega y eso le llenaba el corazón de un sentimiento puro y cálido.

—Buenos días, mi Rey —Harry volvió su mirada suave a él—. He dormido perfecto y me siento bien. —le respondió, sus ojos parpadearon flojamente y estiró su mano para acariciar la de Louis todavía en su vientre—. ¿Qué hay de usted? ¿Está todo bien? Le veo preocupado. —el omega llevó la mano de su monarca en dirección a sus labios y besó con delicadeza su dorso.

Louis sonrió de lado, complacido. Se acomodó en su espacio y después se inclinó para alcanzar los labios del joven omega en un beso delicado y suave. Harry le respondió, guardándose un suspiro y cerrando los ojos en el momento.

—No me llames Rey —Louis murmuró dejando otro pequeño beso en los labios ajenos antes de separarse. Observó a su cachorrito beber y presionó también un pequeño beso sobre su cabecita sin incomodarlo. Se incorporó de nuevo y observó a Harry, quién le veía con un brillo especial en su mirar.

—¿No es usted mi Rey? —el omega le cuestionó por lo bajo.

Louis ladeó la cabeza—. Sí, pero también soy tu alfa.

Harry volvió a besar la mano de Louis.

—Mi alfa —repitió por lo bajo—. Mi adorado alfa, sí.

Winter and Spring | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora