Capítulo 7

5.4K 529 53
                                    

Apenas el sol salió, Harry comenzó su ir y venir por la habitación. Estaba impaciente y también hubo vigilado el horizonte hasta ver los primeros rayos asomarse, porque no había podido dormir muy bien durante la noche. ¿Cómo hacerlo? Si estuvo pensando a cada segundo sobre la sensación que los labios ajenos habían dejado sobre los propios.

Estuvo pensando demasiado en lo que dijeron, en lo que hicieron. Estuvo pensando en su Rey, quién se había acercado y le había besado. Estuvo pensando en él mismo, en sus actos, en la confianza que había tenido para decir lo que dijo y hacer lo que hizo.

Pensó en muchas cosas, a decir verdad. Pensó en lo bueno y lo malo de la situación, pensó en Winter, en su propio bebé, incluso si estaba un poco nervioso, se atrevió a soñar inocentemente en lo que aquel par de besos podrían traer a su vida, pero fue inevitable que los malos pensamientos no fuesen por encima de los buenos.

Harry sabía que no podía atreverse a soñar, no en su posición, no siendo quién era. Y por eso, necesitaba desesperadamente hablar con alguien, porque necesitaba oír de otra persona, lo que él en su interior se negaba aceptar. Aquello que había sucedido con el Rey, no significaba nada y no sucedería algo más al respecto.

Así que vistió cuidadosamente a su cachorrito con las más suaves y calientes prendas que pudo encontrar, diminutas y tiernas, justo como él. Lo envolvió en algunas mantas de algodón y luego lo amamantó para mantenerlo tranquilo.

Se vistió a sí mismo también, demasiado impaciente y apurado para esperar por las doncellas que le ayudaban a vestirse cada mañana y pronto abandonó la gran habitación, caminando con prisa por los pasillos, mirando de un lado a otro, nervioso por ser atrapado en su travesía.

Quizás era demasiado temprano para un paseo, quizás Winter todavía debería estar debajo de las mantas en la cama, acurrucado y descansando porque era una mañana fría, pero cuando le dio una mirada al pequeño entre sus brazos, él le veía con ojos grandes y brillantes mientras chupaba su manita. Atento a él, a sus rizos rebotando suavemente en cada paso, a sus ojos concentrados en el camino.

El pequeño lo veía con adoración pura, nada siendo más interesante que la persona que estaba a su lado cada día y entonces Harry se dio cuenta de que ahí, en sus brazos, en ese momento, era justo a dónde Winter pertenecía.

—Estás despierto —el omega le dijo, acarició su mejilla y le sonrió—. Muy despierto, mi pequeño príncipe.

Obtuvo un suave gorgoteo por parte del cachorro, quién se removió solo un poco y parpadeó. Harry estaba seguro de que cuando Winter aprendiera a dar sonrisas de manera consciente, las más hermosas iban a ser dedicadas a él. Podía sentir el amor de Winter en cada mirada, en cada movimiento, en cada apretón de dedos y Harry solo podía sujetarlo más fuerte, mientras le hablaba de forma linda y lo llenaba de besos, haciéndole saber que lo amaba de la misma forma que él hacía.

Cómo Louis había dicho, con el pasar de las horas, los días y las semanas, habían creado un lazo demasiado especial. Un lazo que iba más allá de cualquier otro, un lazo de omega y cachorro, un lazo por elección. Porque Harry sabía que Winter no era su cachorro, pero había elegido amarlo como tal, y Winter algún día sabría que Harry no era su madre, pero había total seguridad en que él elegiría seguir amándolo por igual.

Lo que tenían, sería algo que duraría por siempre. Y por siempre sería muy corto si Harry pasaba límites que no debía, cómo besar al Rey, por ejemplo. Pero entonces Louis había traspasado esos límites primero, porque era quien había hecho aquel primer movimiento, aún si Harry lo deseo, y entonces todo era un lío y Harry necesitaba urgentemente hablarlo con alguien, porque no quería ponerse en una situación incorrecta con el Rey y porque no deseaba ser apartado de Winter.

Winter and Spring | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora