Winter and Spring | Larry Stylinson

Capítulo 19

Winter and Spring

Louis volvió casi sin fuerzas a su habitación, su único consuelo era que Harry y Winter lo estaban esperando ahí dentro. Después de tan largo día y de tan intensas emociones, lo único que quería hacer era ver a su cachorro y a ese joven que tanto deseaba llamar omega. En otra vida quizás hubiera estado ansioso por llegar y hundirse entre las sábanas de su lecho con ambos entre sus brazos para llenarlos de besos y luego marcarlos a ambos con su fragancia, reclamándolos suyos.

En otra vida sería solo un alfa impaciente y anhelante por llegar donde su omega y sus cachorros, para perderse en la tranquilidad y la calma de su dulce presencia. En otra vida nada de lo que habían tenido que pasar hubiera sucedido, en otra vida no sería visto como un Rey y Harry no sería visto como su sirviente, en otra vida podrían estar juntos, en otra vida podrían ser felices... En otra vida.

El monarca negó con suavidad y se pasó una mano por el rostro con frustración. No quería otra jodida vida, quería justo esa vida y quería que estuviera bien ante los ojos de los demás amar a Harry, quería poder tomar su mano y presentarlo delante del pueblo como su consorte, quería que fuese aceptado y respetado, que fuera querido y estimado. Recordó las palabras de Zayn, recordó lo sensato que habían sonado en sus oídos, recordó el sentimiento que le recorrió al aceptar que su amigo y fiel compañero tenía razón.

No debía temer a los cambios. No debía casarse con alguien que no amaba. No debía esconderse para demostrar su amor. Harry no debía ser un secreto.

Él era el Rey Louis Tomlinson.

Era el jodido Rey.

Al abrir la puerta de sus aposentos la familiar fragancia que él consideraba como la felicidad absoluta le llenó de inmediato los pulmones. Olía a Harry y a Winter, tan dulce, tierno y suave. El Rey se adentró luego de indicarle a sus guardias que no abandonaran su puesto y luego de cerrar la puerta se permitió deleitarse con la tierna imagen del omega sentado en la cama, con ojos cerrados mientras se mecía suavemente y alimentaba a su cachorro.

Louis sonrió, Harry se veía precioso, de rizos peinados y bien acomodados, piel pálida y un estómago redondo y abultado debajo de su ropa. Se veía demasiado cansado también, pero por supuesto siempre iba a tener fuerzas para sostener a Winter un segundo más cada noche. Siempre iba a tener tiempo para alimentarlo, para sostenerlo, para acurrucarlo y para demostrarle todo su amor. Porque Harry amaba con su corazón al príncipe y eso era algo que Louis sabía y el mundo debía comprender y aceptar.

El monarca se deshizo de su cinturón y también de su capa, volteando en varias direcciones en busca de alguna doncella, pero no había nadie ahí por lo que también se quitó la corona que usaba sobre su cabeza. Quizás Harry les había pedido a las doncellas que se retiraran, así que simplemente dejó sus cosas sobre un viejo baúl y se acercó al omega.

—Harry —lo llamó con suavidad.

El joven finalmente le dedicó una mirada, sus ojos bajando después para observar a Winter entre sus brazos, quién succionaba suavemente su pezón. Parecía no haberse dado cuenta realmente de la presencia de Louis hasta ese momento. Debajo de sus bonitos ojos verdes se dibujaban unas ojeras, producto de haber dormido muy poco en los días anteriores. Aún no se recuperaba por completo de las noches en aquella fría celda, pero al menos el color en sus mejillas estaba de vuelta junto al brillo en sus fanales, además de también sentirse seguro y cómodo en la habitación del monarca, finalmente cuidando y atendiendo a su niño.

—Lo siento, no le escuché llegar majestad —el joven se disculpó.

—Estás muy cansado —Louis ladeó la cabeza, su mano apartó con suavidad uno de los rizos de Harry que había caído sobre su frente sin poder evitarlo y le sonrió de lado—. Está bien, no tienes que disculparte.