COD: MW2 (one shots) x fem! reader

"Storm" Pt.2

[warnings/contenido: estrés postraumático, lenguaje explícito, ataques de pánico, peleas maritales, mención de trauma infantil, confort, cliché, OOC Simon

N/A: en mi defensa, esto lo escribí en un mental breakdown, faltas de ortografía y gramática son mala mía]

Han pasado 9 días y ni él o tu, han sabido nada del otro. Ambos esperan que el otro de el primer paso, tú solo esperas que Simon regrese a casa y se disculpe, pues lo entiendes y tú dolor no te ha nublado la vista, puedes y quieres perdonarlo, pero él espera la solicitud de divorcio.
Piensa que se lo merece.

¿Cómo pudo abandonarte así sin más? Ambos se preguntan. Posiblemente sea miedo, ese miedo con el que te contaba lo horrenda que era su infancia. Su padre.

Aunque lo habían hablado ya muchas veces y le dijiste que él no es su padre, que Simon es diferente y es un buen esposo, que posiblemente se podría convertir en un buen padre. Pero huir de las sombras y fantasmas del pasado no es tan sencillo. Duele demasiado.

En un principio él solo necesitaba un poco de tiempo, pero entre más pasaban los días, no tenía ni idea cómo iba regresar a casa contigo después de haber sido tan cobarde, ¿cómo iba a ser capaz de mirarte a los ojos?

¿Querrás verlo? ¿Estarás furiosa? ¿Qué iba a decirte?

Ya no importa. Tiene que afrontar esto, ya no está solo, ahora te tiene a ti. Puede hacerlo pero, ¿y si ya no quieres estar con él? Ahora que lo piensa, no quiere perderte definitivamente. Tiene que hacer algo, ahora.

Mira su reloj en su muñeca, las 11:30 p.m. y no sabe que hacer, está lloviendo de tal forma que parece que el cielo se está cayendo, no quiere molestarte más si es que estás durmiendo, sabe que si alguien te despierta en medio de tu sueño, te pones de pésimo humor.

Cómo sea, se dice así mismo, suspira, se despide de su amigo y sale de la casa. Tiene que arreglar este desastre.

—Maldición...— Simon murmura, se queda un tiempo mirando la madera de la puerta principal.

Él siempre ha sido muy decidido, ¿pero? Tú eres su debilidad. En medio de su incomodidad, toca el timbre, aguarda 5, 10, 15 minutos y nada, siente que con solo mirar su reloj, va a volverse loco.

Tal vez te asomaste por una ventana, pero no quieres verlo o sigues dormida en sueño profundo. Aunque piensa que debe de respetar tu espacio y que ha perdido muchos derechos, algo no se siente bien.

Así que saca sus llaves, abre la puerta y mira en todos lados, va a la recámara principal y la luz se encuentra apagada, piensa otra vez en la posibilidad de qué estés durmiendo, pero guarda silencio por un momento y no puede escuchar absolutamente nada. No estás en casa.