"WHO DO YOU LOVE?" König

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[contenido/TW: +18, contenido sexual explícito, lenguaje vulgar, mención explícita de fluidos corporales, pain kink, sexo en lugares públicos, voyeurism, dry-humping, clothed sex, name calling (zorra), squirting
Häschen=conejito, ja=si
No editado]


[contenido/TW: +18, contenido sexual explícito, lenguaje vulgar, mención explícita de fluidos corporales, pain kink, sexo en lugares públicos, voyeurism, dry-humping, clothed sex, name calling (zorra), squirtingHäschen=conejito, ja=siNo editado]

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—¿A donde vamos?— sonríes, sintiendo la mano del hombre acariciar tu cintura.

El hombre no responde, llevándote hasta su camioneta, al llegar a la puerta del copiloto, te acorrala contra ella. Se inclina y te besa nuevamente, esta vez abrazándote, sus cuerpos presionándose uno contra el otro.

—Häschen...— murmura tu nombre, sus manos recorriendo tu cuerpo, las curvas de tu cintura, cadera.

Una de sus manos en tu nuca, acercándote aún más a él, mientras que pasa su otra mano por tu cuello, bajando hasta tus pechos, haciendo presión. El beso se vuelve más apasionado y desesperado, su mano que recorre tu cuerpo, baja hasta tus muslos, subiendo descaradamente tu vestido, apretando y acariciando la piel de tu trasero.

—König... alguien podría vernos— hablas entre besos, pero no haces nada para romper el beso.

El hombre murmura algo en alemán que no logras entender para después separarse de ti y abrir la puerta de su camioneta, diciéndote que entres.

Minutos después de estar conduciendo, König coloca su mano sobre tu muslo, acariciando la piel, subiendo tu vestido nuevamente, dejando al descubierto tus bragas. Cómo puede y sin dejar de prestar atención a la calle, con su dedo índice comienza a acariciar tu vulva, desde la hendidura de tu vagina hasta tu clitoris. Te acomodas en el asiento del pasajero para darle aún más acceso, abriendo tus piernas.

Cuando tus gemidos se hacen aún más audibles, König no puede contenerse más, se estaciona después de que ambos se desabrochen los cinturones de seguridad, recorre su asiento hacia atrás, para después hacer que te sientes en su regazo. Comenzando a mover tus caderas de atrás hacia adelante, la fricción en tu clitoris genera que sientas placer, sintiendo su erección aún ambos estando vestidos.

Vuelven a besarse, esta vez con una desesperación que nunca antes habían experimentado. Posiblemente es el thrill de tener sexo en un lugar abierto, la adrenalina de la posibilidad de ser descubiertos y las posibles consecuencias. Aún así, permites que el hombre literalmente te arranque las bragas, para después bajar sus pantalones hasta liberar su erección.

Bajando los tirantes de tu vestido, lo baja hasta tener acceso sin problema a tu busto, no desperdicia ni un segundo más, con una sola mano junta ambos senos para después soltarlos y ver cómo rebotan suavemente. Se la pasa de esa manera por un par de minutos, apreciando la forma de tu pecho, acariciando, estrujando y dando pequeños golpes hasta dejar marcas rojas, dándote un tipo de doloroso placer.

El tener sexo en el asiento del conductor es un tanto incómodo pero a este punto no importa, incluso la temperatura dentro del auto podría ser molesto en una situación distinta. Solo que, al mirar a König directamente a los ojos, sus hermosos ojos azules reflejando la pasión y deseo, sus pupilas dilatadas, hace que simplemente puedas pensar en su cuerpo contra el tuyo, en la grande de su pene rozando contra tu clitoris.

Sin pensarlo más, König con una embestida esta dentro de ti por completo. No puedes evitar gritar ante el repentino movimiento, una mezcla entre dolor y placer que lleva lágrimas a salir de tus bellos ojos.

Ocasionalmente tu cabeza choca con el techo del auto, pero eso queda en segundo plano. König al darse cuenta, hace que lo abraces, quedando tu pecho contra su cara a lo que él toma como oportunidad para llevarse uno de tus senos a su boca, su lengua jugando con tu pezón, sus dientes ocasionalmente mordiendo suavemente la piel de tu pecho.

—Schatz... déjame correrme dentro tuyo, ¿ja?— sus gemidos son mucho más fuertes.

Si alguien pasase cerca de la camioneta, no sería difícil saber que está pasando dentro del auto, las ventanas completamente empañadas, los gritos, gemidos y chillidos siendo completamente audibles.

—Solo mía, nadie va a poder cogerte de la manera que yo lo hago... ¿cómo una mujer tan pequeña como tú puede tomarme tan bien? Tan profundo— König comienza a balbucear entre dientes , sus palabras saliendo entrecortadas.

—Voy a follarte cada vez que sea necesario para que no se te olvide a quien le perteneces, mi pequeña zorra— sigue hablando, dejando salir pequeños lloriqueos, sus movimientos siendo más erráticos.

Con tu mente nublada por el placer, solo puedes asentir, decir que si y gemir su nombre una y otra vez.

—Eso te gusta, ¿no? Saber que voy a correrme tan profundo en tu coño, que voy a marcarte como mía— dice entre gemidos, con un tono de desesperación, tu clímax se acerca, König y tú pueden sentirlo.

—Puedo sentir como me aprietas cada vez que te digo que eres mía, scheibe...—se ríe, cómo burlándose.

Al sentir tu orgasmo llegar, comienzas a besar a König, quien con gusto devuelve el beso. Abrazándote y acercándote aún más a él.

Tus gemidos se vuelven gritos de placer, después de tu orgasmo lo único que puedes hacer es tomar lo que König te de incluso a pesar de la gran sensibilidad de tu cuerpo tembloroso.

—¡König! Por favor... no creo poder correrme más... yo...— él te interrumpe, dándote una abofeteada en tu mejilla y después deteniendo sus movimientos, tu cuerpo reacciona, tus paredes vaginales apretando aún más su pene.

Incluso aunque pensabas no podrías correrte más, puedes sentir algo en tu vientre bajo.

—No recuerdo haberte preguntado, hasen— sonríe, disfrutando tu reacción.

Reanuda sus movimientos, al principio yendo lento hasta resumir sus rápidas embestidas.

—¡König! König... creo que voy a...— abres tu boca en forma de grito silencioso, tu orgasmo siendo aún más fuerte que el anterior.

Puedes sentir tus muslos y los de König, además de su abdomen empapados por tus jugos, pero eso no lo detiene, sigue sus movimientos hasta llegar a su propio orgasmo. Mientras se corre dentro tuyo, puedes sentir las uñas de sus manos enterrarse en la piel de tu cadera, sabes que dejará marcas.

-

Mientras ambos regulan su respiración, sigues sobre König, sus manos acariciando tu cabello y espalda.

—Lo hiciste muy bien, liebling...— de aleja un poco, dejando besos sobre tu cuello y clavículas.

Después de un par de minutos, aún estando sobre tu regazo, König comienza a limpiar el desastre que ambos dejaron.

Cuando abres los ojos y el placer se va disipando, remplazándolo con satisfacción. Sientes sudor frío recorrer tu cuerpo al momento de ver una silueta a lo lejos, unos metros más atrás de donde está estacionada la camioneta. Al identificar que es Soap, sientes vergüenza al saber que alguien los observaba, y también un poco de culpa al saber que era él.

—¿Estás bien?— pregunta, ayudándote a regresar a tu asiento y a colocarte nuevamente tu vestido.

—Yo... quiero que... que me lleves a casa, necesito ir al baño— apartas la mirada de Soap rápidamente.

—Claro, Engel, una ducha nos caerá bien— te da un último beso.

Mientras tú te acomodas en tu asiento, König no puede evitar el mirar a ambos hombres por el espejo retrovisor.

COD: MW2 (one shots) x fem! readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora