One shots del videojuego Call of Duty: Modern Warfare II (no incluyo el MWIII)
Lector AFAB (assigned female at birth) con pronombre 'ella' a menos que se mencione lo contrario, o lector sea referido como 'él' en el caso de TM (trans man). Creare con...
[warnings/contenido: dry humping, contenido sexual no explícito, censurado por Wattpad, jerga austriaca/alemana, lenguaje explícito, mención de ansiedad, overstimulation
N/A: no se que andaba pensando cuando escribí esto, no era yo, fue Patricia Faltas de ortografía/gramática son mala mía]
Summary: König y su ansiedad, ni siquiera puede esperar para ponerte las manos encima.
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Estás en casa, esperando que König regrese del trabajo, ha pasado ya dos meses desde la última vez que lo viste, lo extrañas demasiado.
Intentas calmarte, no quieres llorar sin importar que sea de felicidad, porque si tú lloras, él hará lo mismo.
Esperas en la sala, pacientemente, hasta que escuchas sus pesados pasos, abres la puerta y vez que König está sosteniendo sus llaves en sus manos, realmente no estaba esperando que estuvieses despierta.
Ambos se miran por un momento, tu sonrisa se hace presente.
—Liebe— suspira tu nombre, entrando a la casa para abrazarte, cerrando la puerta, todo de forma apresurada.
Tú lo abrazas, sintiendo el calor de su cuerpo y él te abraza fuertemente.
—Te extrañe demasiado— se inclina un poco y coloca sus manos detrás de tus muslos, queriendo decirte que va a cargarte, colocas tus manos alrededor de su cuello y tus piernas ahora están alrededor de su cintura.
Va con dirección al sillón, y se sienta, tú encima de su regazo, ambos comienzan a besarse, todo empezó de forma inocente. Pero cuando colocas tus manos sobre su cabello y jalas un poco, suelta un pequeño gruñido.
Sonríes, viéndolo y él mete sus manos por debajo de tu blusa, tocando la piel de tu abdomen.
—Yo pensaba en algo diferente, hacer la cena y después dormir, debes estar cansado— le das un pequeño beso en sus labios.
—No puedo evitarlo, te extrañe demasiado, perdón si soy algo brusco... te necesito— te abraza por la cintura, acercándose mas a ti, tu pecho toca el suyo.
Aunque ambos están vestidos, puedes sentir el calor de su cuerpo, puedes sentirlo.
—¿Puedes...?— intenta preguntarte, pero solo levanta su cadera un poco, su entrepierna chocando con la tuya.
Suspiras, intentando calmarte, pero asientes, comenzando a mover tus caderas lentamente.
—Maldición... Esto se siente demasiado bien— algunas lagrimas de alivio salen de sus ojos.
Aunque su rostro muestra vulnerabilidad, sus manos aprietan tan fuerte tu cintura que sabes que dejará marcas. Pero no importa, estás más concentrada en el placer que el movimiento de tus caderas te brinda.
—Está bien, estoy aquí, al fin estamos juntos— te inclinas para besarlo y el asiente de nuevo, besándote.
—Liebe, no te detengas— te dice, sus caderas coincidiendo con las tuyas, aumentando aún más el placer.
Colocas tus manos sobre su pecho, para tener soporte ya que tu cuerpo se está cansando, pero no vas a detenerte, no ahora.
—Küss mich— su voz, su respiración es entrecortada.
Cada vez que tienen sexo, siempre termina maldiciendo, diciéndote lo bonita que eres, lo bien que te sientes en Alemán. Siempre cuando pierde el control y termina perdiéndose en el placer que le brindas.
Le haces caso, acercas tu rostro para besarlo. Cuando haces eso, sus manos van a tu cintura de nuevo, con mucha más fuerza, esta vez tomando control de tus movimientos, usando tu cuerpo para su propio placer.
En la habitación se escuchan sus respiraciones agitadas, el crujido del sillón por cada movimiento y los gemidos de ambos.
—Te... extrañe demasiado— apenas y puede formular una oración, pero te mira, con esos hermosos ojos.
Después de unos minutos, tus muslos comienzan a temblar, abres la boca pero no sale algún sonido. Recargas tu cabeza sobre su hombro, intentando regular tu respiración, tu cuerpo completamente cansado.
—Scheiße!— detiene sus movimientos, sus respiración está agitada, sus mejillas completamente rojas, sudor por todo su rostro y cuerpo.
Tu cuerpo sigue moviéndose por la sensibilidad, intentando encontrar una posición cómoda.
—Intenta no moverte— se queja un poco y coloca su mano sobre tu cuello para detenerte, él también está muy sensible y cualquier roce es en parte, incómodo.
Sonríes nuevamente, no puedes creer que acaban de hacer algo así con su uniforme puesto, ahora sus pantalones son un desastre y será difícil quitar las manchas.
—¿Estás bien?— te pregunta y lo miras confundida.
—Solo quería que supieras que no he terminado contigo— te mira fijamente, sonriendo.
Se pone de pie, aún cargándote, llevándote a la habitación.
