Capítulo 21: Parque de diversiones

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El día soleado y radiante daba la bienvenida a Harley, Ivy, Lucy y sus amigos mientras se dirigían emocionados hacia el parque de diversiones. Era el regalo perfecto para celebrar el cumpleaños de Lucy, lleno de emociones, risas y recuerdos inolvidables.

Ya habían celebrado parte de su cumpleaños el día anterior, donde partieron el pastel y antes fueron al cine, pero la rubia sabía que eso era poco para celebrar a su pequeña que tanto amaba, así que hizo un plan con su esposa y al final decidieron ir a un parque de diversiones, así se divertiría la pequeña Lucy.

A su llegada, el parque se desplegaba ante ellos, vibrante y lleno de color. Los juegos mecánicos, las atracciones y los puestos de comida invitaban a la diversión y la aventura. Lucy no podía ocultar su entusiasmo, sus ojos brillaban con cada nueva atracción que veía.

—¡Vamos, chicos! ¡Es hora de disfrutar de todo lo que este parque tiene para ofrecer! —exclamó Harley.

El grupo se dividió entre las diversas atracciones, ansiosos por experimentar la adrenalina y la emoción. Ivy y Harley acompañaron a Lucy en cada paseo, asegurándose de que se divirtiera y estuviera segura en todo momento.

Subieron a la montaña rusa, donde las risas y los gritos llenaron el aire mientras el tren serpentaba por las vías a gran velocidad. Después, se aventuraron en una rueda de la fortuna, disfrutando de las vistas panorámicas del parque y la ciudad.

—¡Esto es increíble! ¡No puedo creer lo divertido que es todo! —exclamó la niña.

—¡Eso es solo el comienzo, Lucy! Aún tenemos muchas más sorpresas para ti — le dijo una muy entusiasmada Harley.

Después de un tiempo lleno de emociones, el grupo decidió hacer una pausa para recargar energías. Se sentaron en un área de descanso, rodeados de globos y decoraciones festivas.

—Lucy, cariño, quiero que sepas lo especial que eres para nosotras. Tu cumpleaños es un recordatorio de cuánto amor y felicidad has traído a nuestras vidas —dijo la pelirroja.

Lucy sonrió, sintiéndose amada y valorada en ese momento.

—Mamá, mami, ustedes también son especiales para mí. No puedo imaginar mi vida sin ustedes.

—Eso es lo que llamamos un amor mutuo, ¡somos la mejor familia del mundo! —le respondió la rubia.

Después de disfrutar de un delicioso almuerzo, el grupo se dirigió a una zona de juegos temáticos, donde participaron en desafíos divertidos y juegos de habilidad.

Las risas resonaban mientras intentaban lanzar aros en los cuellos de botellas o derribar pilas de latas con pelotas.

La tarde continuó con más atracciones, espectáculos en vivo y golosinas que deleitaron los paladares de todos. Lucy se sentía como en un sueño, rodeada de amor, diversión y momentos inolvidables.

A medida que avanzaba la tarde, el grupo se encontró con un carrusel encantador con caballos de colores brillantes. Lucy no pudo resistirse y pidió a Harley e Ivy que la acompañaran en este clásico paseo.

Mientras subían al carrusel y se acomodaban en los asientos, Ivy se sentó junto a Lucy y Harley se situó al otro lado.

—¿Lista para disfrutar de un paseo mágico, Lucy? —le preguntó Ivy.

—¡Claro que sí, mamá! ¡Estoy emocionada!

El carrusel comenzó a girar suavemente, elevándose y descendiendo en un movimiento hipnótico. La música alegre llenó el aire, y Lucy no pudo evitar sonreír y extender los brazos, sintiéndose como si estuviera volando.

—¡Miren, chicos! ¡Podemos saludar a nuestros amigos desde aquí arriba! —exclamó Harley.

El carrusel pasó cerca de donde estaban King Shark y Clayface, quienes saludaron y animaron a Lucy desde abajo. Lucy les envió un beso y una gran sonrisa, sintiéndose querida y especial.

Después del paseo en el carrusel, el grupo se aventuró en una montaña rusa temática de superhéroes, llena de giros y vueltas emocionantes. Ivy y Harley estaban emocionadas por compartir esta experiencia con Lucy, mientras se sujetaban de las barras de seguridad con emoción.

—¡Aquí vamos, Lucy! ¡Prepárate para una montaña rusa llena de emociones! —le dijo la pelirroja.

—¡Sí, mamá! ¡Estoy lista!

El recorrido comenzó, y Lucy se aferró a Ivy y Harley mientras la montaña rusa ascendía y luego se precipitaba en caídas vertiginosas. Los gritos de emoción y las risas llenaron el aire, y al final del recorrido, Lucy no pudo evitar soltar un grito de euforia.

—¡Eso fue increíble! ¡Quiero volver a hacerlo! —en verdad estaba emocionada.

—¡Esa es mi chica valiente! Tal vez podamos repetirlo antes de que termine el día —le respondió su madre Harley.

La tarde continuó con más aventuras, desde atracciones acuáticas hasta juegos interactivos. Lucy y sus amigos se sumergieron en un mundo de diversión sin fin, creando recuerdos que atesorarían para siempre.

Al caer la noche, el parque se iluminó con luces brillantes y los fuegos artificiales pintaron el cielo con colores vibrantes. Harley, Ivy y Lucy se acurrucaron juntas en una zona reservada para ver el espectáculo.

—Mira, Lucy, los fuegos artificiales son como pequeños destellos de magia en el cielo. Cada uno de ellos representa la felicidad que hemos compartido hoy —dijo Ivy.

—Mamá, mami, las amo. Gracias por este día tan especial.

—Y nosotros te amamos, Lucy. Eres nuestra fuente de alegría y nuestro mayor regalo —respondió Harley.

Mientras los fuegos artificiales estallaban en el cielo, Harley, Ivy y Lucy se abrazaron, sintiendo la conexión y el amor que los unía.

La celebración de Lucy en el parque de diversiones fue un día lleno de risas, emoción y momentos inolvidables. A medida que se despedían del parque y regresaban a casa, sabían que ese cumpleaños había sido una experiencia mágica que fortaleció aún más su lazo como familia.

La pequeña era bastante especial para ambas, sabían que se merecía más que solo eso, pero hacían su mejor esfuerzo para demostrárselo. 

Lucy | HarlivyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora