Una boda sin amor. [ZoroxRobin]

Capítulo 4: Bienvenida A La Resaca

Capitulo 4: Bienvenida A La Resaca

Nico Robin.

Zoro era un buen chico, mucho mejor persona de lo que yo había creído qué era tras haberlo visto por primera vez.

Justo ahora me daba una pequeña sonrisa cómplice mientras lanzaba hacia mi el saco de su traje, el cual impacto en mi rostro y me hizo reír.

-Andando, me debes eso y mucho más.- Dijo sacándose los zapatos y levantandolos.- Te toca hoy lavar la ropa.

Volví a reírme con más fuerza, viendo como se quitaba los calcetines para lanzarmelos.

-¿En serio?- Me acerque a él mientras lo veía desabrocharse los botones de la camisa.- ¡Te lo acabas de poner! ¿Por que vas a mandarme a lavarlo?

-Por que soy el mejor esposo del mundo, y te apuesto que lo que te voy a decir es mucho más de lo que creías poder conseguir en algún momento.- Elevé mis cejas mirándolo realmente curiosa, su sonrisa creció aun más y me dio la camiseta, quedando únicamente en pantalón y camisa de arca.

-¿Qué es lo que me tienes que decir?- Elevé una ceja realmente curiosa al ver su alegría, se acercó a mi y tomando mis hombros comenzó a empujarme suavemente.

-¡Te conseguí un puesto de ejecutivo deluxe!- Abrí mucho los ojos cuando lo escuche decir eso.- Tendrás tu oficina privada en la zona exclusiva de ejecutivos, ¡Serás la primera mujer en hacerlo!

No pude evitar gritar con alegría y dar saltos extasiados al escuchar eso, ¡era una noticia enorme! Era mucho más de lo que hubiera podido pedir para obtener un puesto, ¡era un sueño!

No pude evitar saltar a sus brazos y rodear su cadera con mis piernas, y su cuello con mis brazos, haciéndolo retroceder de manera peligrosa hacia una potencial caída, pero logró mantener el equilibrio y sostenerme con fuerza de la cintura.

Lo escuche reír un poco ahogado por la presión qué yo estaba generando contra él, pero me era imposible controlar la emoción que desbordaba mi cuerpo al darme cuenta de esa noticia.

Yo, Nico Robin, una mujer joven, iba a obtener uno de los puestos moderados exclusivamente por hombres en toda la historia de la empresa, y lo había logrado gracias a un matrimonio arreglado específicamente para que yo no liderara uno de esos puestos.

¡En tu cara, papá!

Me bajé de sus brazos sintiéndome realmente apenada tras haberme dado cuenta de que realmente no quería soltarlo, él hizo lo que había hecho conmigo durante estas dos semanas, recolverme el cabello para hacerme molestar a modo de cariño.

-¡Más te vale estar lista en la noche! Tenemos un evento importante, una cena en donde vamos a decirle al mundo qué estas formando parte de esto, así que vístete decente y prepárate para las cámaras, por que me vi envuelto en un embrollo al proponerlo en la junta del día de hoy.

Asentí sin poder realmente formular palabras y me guiño un ojo encantado, pero señaló la ropa en el suelo.

-Pero enserio, te toca lavar la ropa.

-¡Sólo te lo pusiste para la reunión! ¡Fue una hora!- Le dije realmente incrédula.

-¡Sólo ve al maldito cuarto de lavado!- Me tomó del brazo con suavidad y me arrastró por la casa, claro que no puse resistencia y me dejé llevar.

Salimos al patio y miré con sospecha como me jalaba con insistencia hacia el cuarto de lavado, que estaba hasta el fondo del patio.

Entramos y me encontré con un vestido enfundado en uns tela protectora color crema, lo miré sin comprenderlo realmente, ¿qué quería mostrarme? ¿Un vestido?