Capítulo 10: Por un buen camino

69 13 0
                                    

Me hace el amor bajo el agua y me mantiene ahí envuelta en un abrazador placer hasta que no puedo recuperar más el aliento, me toma en sus brazos al estar completamente agotada y me recuesta sobre la cama nuevamente, besa mis labios y se recuesta a mi lado acariciando mi rostro con gran delicadeza hasta que mis ojos se cierran...

—Selene— me remuevo sobre la cama y abro mis ojos viendo los suyos enfrente de mí cuerpo desnudo, por inercia tomó la sábana y me cubro, lo que provoca una arruga en su entrecejo

—¿Tienes apetito?— pregunta apenas me ve incorporar

—¿Apetito de qué?— mi pregunta le provoca sonreír y se sienta en la orilla de la cama

—De comida, aunque no descarto la idea de algo sexual por tu comportamiento— dice aquello y besa mis labios dejando una electricidad por todo mi cuerpo

—Vamos que han traído algo de comer— lo veo irse con solo el bóxer cubriendo aquella parte de su cuerpo y me dejó caer sobre la cama, no puedo creer que esto esté pasando y lo bien que me hace sentir Desmond, todo es como un sueño, solo espero no se convierta en algún momento en pesadilla

—Hola— le digo tímidamente y abre la silla para que me pueda sentar, coloca diversa comida enfrente de mí y se sienta al otro lado de la mesa sin quitarme la vista de encima

—Espero te guste— tragó saliva al instante y no puedo dejar de pensar si se refiere a la comida o a él

—Yo— no termino la frase al darme cuenta que no tengo idea de lo que quiero decir y es él quien toma la palabra

—Yo sé que esto es nuevo para tí — abro mis ojos y siento mis mejillas calentarse

—Pero también lo es para mí— frunzo el ceño y lo miró intrigada

—Me refiero a convivir así con alguien, querer estar con alguien así vaya— se detiene por un momento y lo veo pensar en que debe de decir

—No quiero que te sientas incómoda y quiero que cualquier cosa que no te guste me la hagas saber— lo veo ponerse de pie y se sienta está vez a mi lado

—Tienes que enseñarme Selene— tomó su mano y sonrió

—Vamos por un buen camino, todo tu me gustaste ayer— siento calor en mis mejillas y aprieto mis piernas

—Yo quiero gustarte todo el tiempo — se sincera y bajo la mirada

—Lo haces, solo que no se si yo sea capaz de gustarte de igual manera— besa mi mano y después mis labios

—Tu me encantas— aquello me hace suspirar aliviada y comenzamos a comer...

—Tendré que salir en un rato, iré a hablar con mi tío acerca de los próximos pasos que haremos, por favor, necesito que te quedes aquí por tu seguridad Selene— asiento un tanto inconforme, pero se que en realidad corremos peligro

—Puedes ordenar lo que desees y necesito que por favor empaques todo lo que hemos comprado, cualquier cosa me marcas— apenas le contestaré escuchamos dos golpes en la puerta y aquella voz de nuevo

—Él es James, estará a cargo de nuestra seguridad pero más de la tuya, confío en él y cualquier inconveniente que surja él te mantendrá a salvo, toma— sostengo el celular que me da y un fajo de dinero con una tarjeta entre el, pero lo que capta más mi atención es aquel hombre llamado James y las cicatrices en su rostro

—El dinero es por cualquier cosa que necesites al igual que la tarjeta, esta contiene la clave escrita en ese papel, memorízala y el celular trae mi contacto y el de James— asiento y James solo le echa un vistazo a Desmond y sale de la habitación

—Comprendiste todo lo que te he dicho Selene — lo veo vestirse correctamente

—Algo así, pero lo que me intriga es quien diablos es ese tal James y como es que confías en él— me siento dejando las cosas que me ha dado sobre la mesa

—Él era mí protector cuando estaba en casa, el es fiel a mí Selene, pero de eso después te hablaré con más calma — abrocha su saco y entreabro mis labios al ver lo bien que se ve

—Y ¿por qué no te acompaña? así estarías más seguro— ríe de lado y se acerca a mi tomando mis manos

—Yo no importo, tu eres quién debe estar segura— besa mi frente y lo veo tomar su celular mientras camina hacia la puerta. Reaccionó al cabo de unos segundos y lo sigo impidiendo que salga

—Promete que volverás— tomó su mano y él acaricia la mía con dulzura

—Volveré, recuerda todo lo que te he dicho, duerme un poco para que te recuperes, quiero hacerte mía de nuevo— sonrió un tanto avergonzada y besa mis labios subiendo mi barbilla con su mano.

Lo veo irse y siento cómo de pronto la habitación parece enorme y el silencio abrumador, comienzo a pensar en todo lo que ha dicho Desmond, en lo que está pasando y lo que puede llegar a pasar, todos los escenarios más horribles recorren mi mente en cuestión de minutos y decido mejor concentrarme en lo que tengo que hacer hasta que él regresé...

Terminó de arreglar las maletas y dejó en un lado la ropa que usaré, intentó maquillar un poco mi rostro y rocío perfume sobre mi cuerpo desnudo, cuando escucho la puerta abrirse me cubro de inmediato y mi corazón se acelera, corro hacia allá y vuelvo a verlo. Me abalanzó sobre él y me gira hasta ponerme de nuevo en el suelo

—Veo que me extrañaste— sonrió y le doy un leve golpe en el pecho, ¿cómo puede dudarlo?

—Ya tengo todo listo, ya solo es cuestión de arreglarnos— lo veo negar y en un hábil movimiento me carga entre sus brazos

—Falta lo más importante— me lleva a la cama y comienza a desabrochar su camisa, me acerco a él y de un tirón escucho como los botones caen por todos lados. Me avienta hacia atrás y sube encima de mi rápidamente, comienza a besar mi cuello mientras abre mi bata y recorre todo mi cuerpo saboreando cada rincón de el, mis uñas rasguñan su espalda y lo escucho gruñir por ello, mis manos toman terreno y exploran su cuerpo grabando cada detalle de este, paso las yemas de mis dedos por aquellas curvas que forman su trasero y las aprieto acercándolas más a mí, lo que me hace sentir el gran bulto que crece y roza mi vientre, por lo que llegó hasta él, un gemido sale de sus labios cuando lo tomo entre mi mano y comienzo a moverlo de arriba a bajo

—Selene— susurra mi nombre cerca de mi cuello y me gira haciéndome quedar encima de él, ahora me es más fácil ver su rostro y su mirada fija en mí, pero también el nerviosismo se hace evidente en mi rostro y él lo nota

—Eres hermosa— lo escuchó decir y con mi mano lo meto dentro de mí, me quejo un poco al sentirlo y es entonces que sus manos comienzan a acariciar mis pechos, empiezo a moverme sobre él y conforme pasan los minutos mis labios se abren dejando salir sonidos irreconocibles, me apoyó sobre él y siento como comienza a mover su cadera hacia mí haciéndome sentir más placer, en segundos ambos comenzamos a gemir hasta que no lo soportamos más y caemos desde las nubes nuevamente; escucho su respiración y el latir de su corazón recuperarse rápidamente, lo contrario a mi que apenas puedo respirar

—Me provocas no querer abandonar está habitación—rio y me incorporo un poco para verlo

—Deberíamos quedarnos aquí— el semblante en su rostro cambia y acaricio su pecho

—Yo quisiera poder desaparecer contigo, pero eso no se puede— frunzo el ceño y pasa uno de sus dedos por aquella arruga que se forma en mi frente

—Me gusta esto— sonrió, pero tomo su mano y me acomodo a un lado de él, lo que le obliga a moverse para mirarme a los ojos

—Es necesario ir a Nueva York, ya no puedo seguir escondiéndome y dejando de lado todo lo que se ha ido acumulando con los años, debo ver a Aarón— 

Enamorada de su infierno, América Vázquez 🎭

Amor en la Oscuridad | Michele Morrone (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora