Capítulo 19: Vamos a la guerra

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Narra Desmond

—Elizabeth— digo su nombre y se abalanza sobre mí, apenas puedo mantenerme de pie, intenta besarme pero me aparto antes de que lo haga

—Desmond mi amor, sigues igual— volteo a ver a Ramsés que claramente se encuentra satisfecho por su buena jugada

—Cuéntame que ha pasado contigo, te he extrañado mucho y tú ni siquiera te has molestado en mandarme un mensaje, llamar o buscarme— giro mis ojos al ver el berrinche que está haciendo e intentó irme, pero nota la venda en mi cabeza

—No puede ser, estás lastimado amor— la apartó antes de que me toque y me giro hacia Ramsés

—Necesito hablar contigo— los dejo ahí y salgo a buscar a James, no sé en dónde carajos se ha metido, hasta que viene a mi cabeza de nuevo las palabras de esa mujer

—¿Dónde está James?— le apuntó con mi arma a uno de los hombres de Ramsés y este solo niega, ahora sé que James está muerto

—Mierda— maldigo enojado, puedo sentir como cada segundo me convierto de nuevo en aquel hombre que fui, mi impulsividad me rebasa de nuevo y no dejo de pensar en matar a Ramsés y a Aarón

—Hijo— suspiró intentando controlarme, volteo hacia Ramsés y caminó hacia él

—Sé que estás molesto, pero no deberías prestarle tanta importancia a esa mujer que encontraste, al final de cuentas resultó ser igual de zorra que tu madre— veo en la pantalla a Selene junto a Aarón, ambos se toman de la mano y sonríen, siento mi corazón derrumbarse en ese momento

—¿Qué es esto?— pregunto intentando no ver más aquel vídeo, no puede ser verdad

—Termina, tienes que ver hasta el final— mi vista regresa a aquella pantalla y ahora los veo caminando por un jardín, Selene permite que Aarón la lleve de la mano

—Y este es el mejor— lo veo abrir otro video y como Aarón está sentado en la cama donde se encuentra Selene, ella despierta, pero comienzan a platicar

—Demonios— arrojó la tableta al suelo y dejo que la ira, los celos y la frustración me consuman, mi cuerpo arde como si estuviera envuelto en fuego y mi cabeza parece querer explotar

—Mierda soy un imbécil — grito y tomo la botella de alcohol que me da Ramsés, bebo por lo que parecen ser días y caigo rendido en uno de los sofás de la estancia

—¿Por qué Selene?— repito una y otra vez mientras me siento más miserable cada segundo, las ganas de seguir desaparecen y ahora solo contempló aquella silueta que se acerca hacia mí con aquel pequeño y ajustado vestido

— Mi amor, yo sé que ahora solo piensas en esa perra pero yo estoy aquí para cuidarte— quita la botella vacía de mis manos y me da una nueva

—Cállate, no hables así de ella— intentó defenderla, pero todo se oscurece hasta que caigo en un sueño profundo de nuevo...

Narra Selene

—Selene cálmate— escucho a Aarón pero no puedo dejarme de mover, fue ella, fue ella, caigo de rodillas al no soportar más la situación y rápidamente me intenta levantar

—Tranquilízate, así no solucionarás nada, tienes que tener la cabeza fría, dime ¿qué es lo que sucede?— lo miró con lágrimas en los ojos, lo tomó de las manos y me ayuda a acomodarme de nuevo en la banca

—Ella me vendió, ella se aprovechó de nosotros, justo ahora no dudaría en pensar que mató a mi padre— me quiebro enfrente de él, intenta acercarse pero se frena, algo que en el fondo le agradezco

Amor en la Oscuridad | Michele Morrone (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora