Capítulo 23: Una bala por ti

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Finalmente tomó aquella prueba en mis manos y veo el resultado, mi corazón parece estallar en mi pecho y no intento acallar mis gritos de felicidad, lo estoy, ¡estoy embarazada! y este bebé es el resultado del amor, de todo lo bueno que hubo en mi vida, es fruto del amor de mi vida y no hay nada que me pueda hacer más feliz en este mundo.

—Disculpe, aquí está el doctor— asiento y me relajo mientras el hombre de mayor edad revisa mi cuerpo.

Narra Desmond

Los disparos salen de mi arma como si jamás hubiese dejado de hacer esto, los recuerdos me invaden aunque trate de ignorarlos y por un segundo el aroma a cigarro, alcohol y violencia me es tan familiar como tan presente se hace el pasado, todo sucede tan rápido que cuando aquellos ojos color avellana se fijan en los míos vuelvo a sentirme como aquel chico ingenuo y soñador que algún día fui, tiro mi arma al suelo y corro hacia esa mujer asustada y confundida, la sujetó con fuerza mientras enrosco mis brazos en ella y es así como abrazo finalmente a mi madre.

Las emociones que abordan mi ser son tantas que no puedo controlarme, las lágrimas brotan de mis ojos y ella no duda en limpiarlas con sus suaves manos, me mira dulcemente y besa mi frente como pensé que jamás lo haría, aun no puedo creer que ella está aquí, al fin la he recuperado, pero de pronto todo se oscurece al sentir el temor de lo que sucederá cuando Ramsés se entere, quizás inclusive esta vez si la mate.

—Mamá— la voz apenas sale desde mi garganta y ella asiente, pero yo ya no tengo palabras, no se que mas decir

—Sabía que vendrías por mí Desmond, los he estado esperando por tanto tiempo, ¿dónde está Aarón?— mi vista se desploma y aquella punzada en mi corazón me hace recordar el dolor de su partida, ella no dice mas, puedo notar como el brillo en su mirada se desvanece y me abraza con más fuerza, me reconforto con aquel gesto y se que ella también lo hace

—Tiene un hijo— se separa de mí mientras sonríe, pero se que la noticia le ha afectado demasiado

—Se parece demasiado a él— se quiebra por un momento, pero la sujetó con fuerza, no la dejaré caer nunca más

—Es gracias a Aarón que dimos contigo mamá, el planeo todo esto, gracias a él pude encontrarte y te prometo que no permitiré que nadie más te dañe—mi ceño se frunce como de costumbre al pensar en todas las atrocidades por las que ha pasado y el calor que se forma dentro de mi me hace dirigir la vista hacia todos los hombres que nos miran temerosos, en este momento podría matarlos a todos pues son igual de culpables que Ramsés

—Matare a cualquier hombre que quieras o que te haya hecho daño, solo debes pedírmelo mamá— el cambio en su rostro es evidente, niega ligeramente y me toma del hombro provocando que aquella ira se disipe dentro de mi y solo me concentre en ella, en que está aquí, a mi lado

—No quiero mas muerte hijo, no quiero que tu seas un asesino, nunca quise que esta vida fuera para ustedes y lamento lo que has tenido que hacer para sobrevivir a este mundo— asiento y no puedo evitar sentir vergüenza de lo que soy, aparto la mirada al no poderla ver más a los ojos, pero ella me obliga a mirarla en el momento en que nota mi reacción y sonríe nuevamente para mí

—Te amo Desmond, solo quiero lo mejor para ti hijo, es lo que siempre quise para ustedes—suspiro una vez que dice aquello y salimos por fin de aquel asqueroso lugar.

Durante el viaje a casa no ha dejado de sujetarme a pesar de que le he prometido que no le volverán a hacer daño, pero me frustra el saber cuanto a sufrido para reaccionar de esa manera, ya en casa se ha quedado finalmente dormida en su habitación, lo que me ha dado la oportunidad de bajar al despacho y seguir revisando una y otra vez lo que hemos planeado para Ramsés, mañana finalmente nos toparemos la cara de nuevo y así me cueste la vida el dejara de existir para siempre.

Amor en la Oscuridad | Michele Morrone (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora