Capítulo 12: Dorian

74 14 0
                                    

—Tenemos que encontrar la mejor solución, juntos podemos hacerlo amor— me inclino delante de él y sujetó sus manos para que entienda que yo no lo dejaré caer nunca

—Te amo Selene— me mira con esos grandes ojos color avellana a punto de derramar una lagrima y me acomodo en su pecho relajándome con su respiración

—Tengo que consultar con mi tío, él siempre ha sabido cómo puedo solucionar mejor las cosas— escucharlo me provoca una sensación extraña y lo hago evidente al soltarme de sus brazos y quedar pensativa a unos pasos lejos de él

—¿Qué es lo que ocurre?— cuestiona casi al instante y lo miró de nuevo

—No quisiera equivocarme en mi pensar, pero por lo que has dicho y la manera en que han sucedido las cosas en tu vida, me pregunto si tu tío sería realmente la mejor persona a quién confiarle esto— veo por un segundo la duda en su mirada y se acerca hasta tomarme con sus brazos nuevamente

—En estos instantes Selene, eres la única persona en quien puedo confiar, así que no me traiciones nunca, nunca Selene— escuchó como deja salir un suspiro y me acomodo sobre su pecho nuevamente

—Jamas Desmond— besos sus carnosos labios y sus manos recorren de inmediato mi espalda de arriba a bajo; su piel caliente roza la mía mientras intenta arrancar el vestido de mi cuerpo, es extraño pero muero por qué me haga suya en todas partes de esta maldita habitación

—Desmond— escuchó aquella profunda y temible voz y me quitó al instante de encima de él cuando veo aquella figura adentrarse sin un dije de respeto a la habitación. El silencio inunda el lugar en segundos y un escalofrío recorre mi cuerpo cuando su mirada se posa sobre mí.

—Tío— Desmond reacciona finalmente y me ayuda a incorporarme, yo no pienso en nada más que en la temible mirada de aquel hombre que me observa molesto y un tanto confundido

—Dorian, ella es Selene, mi mujer— tragó saliva al escuchar a Desmond decir aquello y estiró mi mano temblorosa

—Selene— lo escucho decir mi nombre y estrecha mi mano, su toque es duro y helado, pero aquella sonrisa falsa que me regala me provoca un vacío en el estómago

—Hijo— lo veo abrazar a Desmond, pero no puedo evitar verlo a detalle, simplemente no confío en él

—Lamento haber entrado de esta manera, pensé que estabas solo— me mira de reojo y me acomodo el vestido, gracias al cielo no me vio desnuda

—Ya no estaré solo Tío — Desmond toma mi mano y la sujeta firmemente, yo me acerco un poco más a él y me relajo al sentirme segura nuevamente. Dorian dirige una vez más esa mirada extraña hacia mí e intenta sonreír, pero aquel gesto no resulta ser genuino pues él mismo Desmond lo nota

—Me gustaría hablar contigo mañana temprano, antes de que vayas a la reunión— vemos a Dorian dirigirse hacia la puerta y girarse para mirarnos de nuevo, realmente me molesta la forma en la que se dirige a Desmond y me es complicado entender realmente porque el hombre que sujeta mi mano le confía su vida

—Mañana hablamos tío— él asiente y finalmente sale de la habitación, un suspiro sale de mis labios al darme cuenta que ya puedo respirar con tranquilidad y me enderezó al ya no sentirme amenazada

—Lo siento amor, pero tu tío no parece una buena persona— él sonríe al instante y me hace sentar sobre sus piernas

—Nadie aquí más que tú lo es cariño, pero creo que eso ya lo sabías — besa mi cuello provocando que mi piel se erice y me estiró hacia atrás al sentir sus labios recorrer el camino entre mis senos

—No parece que le haya agradado— escucho mi vestido rasgarse y se detiene para mirarme

—Me encantas, me fascinas, me enloqueces y me tienes a tus pies a mi Selene, para mí nada más importa que tenerte conmigo, lo que piensen los demás me importa un carajo— sonrió al escucharlo y besos sus labios dulcemente.

Arroja mi vestido al suelo y lo tumbó sobre la cama, me acomodo mejor sobre él y comienzo a moverme al ritmo de sus manos sobre mis caderas, el ambiente se oscurece haciéndome escuchar sonidos incoherentes de mis labios y de los suyos, mi cuerpo se dobla hacia atrás al no soportar más el placer

—¡Dios mío! Desmond no puedo más — le gritó más fuerte de lo que he imaginado y siento el líquido caliente salir de mi entrepierna, él baja por mi cuerpo besando todo lo que se encuentra en su camino y se detiene ahí, en aquella zona húmeda donde su lengua me hace perder el sentido, mi cuerpo tiembla y me retuerzo por esa sensación tan placentera que arrolla todo mi ser

—¡Dios!— susurró más para mí que para él y cierro mis ojos al sentir nuevamente una embestida

—Ya te he dicho que Dios no está aquí— susurra en mi oreja y muerde mi labio tirando de él

—Aquí solo está el diablo cariño— embiste con más fuerza mientras yo intento no gemir tan fuerte, me sujeto de él enterrando mis uñas en su piel desnuda, mi respiración se acorta y solo intento encontrar su mirada, su cuerpo escurre por completo y yo ya soy incapaz de controlarme, me tiene a su merced, bajo su poder y finalmente me rindo al dejar que todo aquel placer me embriague, haciéndome perder en el paraíso de su infierno, que ambos abandonamos al unísono al liberar aquellos sonidos ahogados de nuestros labios, su cuerpo se desploma encima de mi y mis piernas tiemblan tanto que mi ser parece colapsar de tan grata y excepcional experiencia.

Después de unos minutos que ambos recuperamos el aliento y ya que he recuperado la cordura nuevamente, busco su mirada y acaricio su pecho

—Puedo decirte algo Desmond— mis palabras parecen sorprenderlo

—¿Desmond? vaya, eso parece ser grave— sonrió al pensar cómo ha sonado eso

—No confío en tu tío— se acomoda y me acerca con su mano hasta sentir su piel caliente y desnuda sobre la mía y besa mis labios

—Concordamos en ello—

⚜️N/A⚜️

Hola, gracias por leer esta historia, intentaré estar actualizando más seguido, espero tu compañía en los siguientes capítulos.

Enamorada de su propio infierno, América Vázquez 🎭

Amor en la Oscuridad | Michele Morrone (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora