Corro lejos de ahí con algunas lagrimas en mis ojos y con mi corazón latiendo a gran velocidad, atravieso la calle provocando el pitido de algunos automóviles que se detienen abruptamente al verme pasar, tomó aire apenas me encuentro al otro lado y me siento en el filo de la acera de la calle. Me quedo ahí por no se cuanto tiempo solo viendo los carros y las personas pasar de un lado a otro, así como mis pensamientos remolineando en mi cabeza.
—Te dije que me esperaras en el hotel— escuchó la voz de Desmond y lo veo sentarse a un lado mío
—Lo sé, pero yo sabía que algo estaba pasando y me asuste, mi cabeza comenzó a crear escenarios y no pude detenerme y no pensaba que me fueras a descubrir, pero cuando escuche lo que te podría pasar colapse, no pude imaginar que pasaria si tu no estas— tapo mi rostro con ambas manos y siento su mano sobre mi espalda
—No se realmente que es lo que está pasando entre tu y yo y la verdad debo confesar que es extraño lo que siento cuando te miro a los ojos Selene, pero te aseguro que el destino no está planeado aun para nadie, se va creando conforme las decisiones que vamos tomando y si seguimos luchando puede que lo logremos y si no es aquí será en algún otro lugar lejos, no tengas miedo de perder a alguien, solo disfruta el momento, eso es lo que importa, los recuerdos que podamos crear y la felicidad que sentiremos al vivirlos— sonrió y recargo mi cabeza en su pecho, el me cubre con su brazo y nos quedamos un momento en silencio, solo escuchando el latir del corazón del otro
—¿Quién era el hombre con el que hablabas?— lo escucho suspirar y me acomodo mejor en su pecho para evitar su mirada sobre mí
—Él era mi tío, es en el único en el que he podido confiar desde la muerte de mi padre y como te lo había dicho, la perdición me persigue y ya me ha encontrado— llevó mi mano a mi pecho al escucharlo y suspiró del pesar al imaginar lo que se aproxima
—No importa lo que pase, yo estoy aquí contigo Desmond— lo veo sonreír y toma mi mano acariciando su mejilla con esta
—Lo sé Selene y eso es lo que me preocupa— lo veo ponerse de pie y estirar su mano para irnos
—¿Qué es lo que haremos?— le pregunto, pero él ni siquiera voltea a mirarme hasta que llegamos al hotel
—Señor lo lamentó, la señorita— David intenta excusarse pero Desmond ni siquiera lo deja terminar hablar, solo basta con mirarlo de esa manera atemorizante como lo suele hacer y yo siento el remordimiento colgarse en mi pecho
—Desmond— lo llamó y niega casi enseguida
—Aquí no— es lo último que dice hasta que llegamos a la habitación, suelta mi mano y toma de inmediato su celular, comienza a hablar con quién sabe quién demonios, su voz sube de tono conforme los segundos y termina la llamada arrojando el celular contra la pared
—Carajo— lo escucho gritar y me levanto para acercarme a tranquilizarlo
—Desmond— le gritó y me mira furioso, sus ojos parecen penetrar mi alma y da unos pasos hasta que me sujeta de los brazos
—¿Qué demonios has hecho conmigo?— lo abrazo al escuchar aquello y baja los hombros mientras escucho su corazón latir más lento
—No quiero que te hagan daño, a ti no Selene— me separó de él hasta mirarlo a los ojos y beso sus labios, el corresponde mi beso y me carga hasta que enredo mis piernas a su cintura, camina conmigo hacia la cama y me deja caer mirándome con gran deseo, sus ojos brillan y su semblante ha cambiado pues sabe que el lobo finalmente ha capturado a su presa
—Hazme el amor— le suplico y quita los zapatos de mis pies con gran cuidado, comienza a besar mis piernas y a subir encima de mí, mi piel se eriza cuando comienza a desnudarme y recuperó el aliento cuando lo veo arrojar mi ropa al suelo, toma mis caderas obligándome a subir más arriba de la cama y es entonces que siento su piel caliente rozando mis bragas
—Dios— susurró al no contener más la excitación que provoca en mí y besa mis labios
—Dios no Selene, aquí solo está el diablo— baja mis bragas y siento su lengua dejar un camino mojado hasta llegar a mi zona más sensible, jalo de su cabello al sentir todo aquel placer desbordarse de mi cuerpo, pero él no se detiene, mis gemidos inundan la habitación y mis uñas se entierran en las sábanas blancas dónde nos encontramos acostados
—Por favor— susurró y besa mis labios salvajemente, pero solo me distrae para quitar mi sostén y bajar su pantalón, escuchar aquel zipper provoca que mi corazón lata deprisa y sujeta mis manos con fuerza, intento moverme para tocar su cuerpo pero no me lo permite y es entonces que nos miramos fijamente a los ojos
—No te contengas— mi cordura se termina y sus embestidas comienzan a hacer retumbar la cama, balbuceos y gemidos comienzan a salir de mi garganta mientras el placer me envuelve en una nube que me hace subir hasta tocar las estrellas
—Des..mond— susurro su nombre al no soportar más y siento el tibio líquido escurrir entre mis piernas, pero es después de un par de embestidas más que siento su cuerpo húmedo y caliente encima de mí, para ambos intentar recuperar el aliento. Desmond intenta quitarse de encima de mí pero me abrazo ágilmente a su cuerpo hasta quedar encima de él, beso su pecho y acaricia mi espalda mientras sonríe y me mira de una manera dulce, de un forma en la que siempre soñé, esa que me hace sentir completa y amada a la vez.
—Señor— el encanto se desvanece cuando escuchamos aquella voz acompañada de dos golpes a la puerta
—Demonios— escucho a Desmond maldecir y me hago a un lado para que se pueda poner de pie, toma una de las batas que nos han dejado y me mira
—Cúbrete, ve al baño y no salgas hasta que yo te lo diga— sus palabras me asustan y lo veo sacar un arma de su mochila, lo que me causa más nerviosismo
—Por favor Selene— asiento y me dirijo al baño como me lo ha pedido, intento escuchar algo pero es imposible ya que se encuentra lejos, maldigo en silencio y veo mi reflejo en el espejo
—Selene— escuchar a Desmond llamarme me saca de mis pensamientos y abro de inmediato la puerta, lo abrazo apenas lo veo, pero el saca la bata de mi cuerpo después de unos segundos y me hace caminar hacia atrás mientras me besa hasta que siento caer el agua sobre mi cuerpo.
Enamorada de su infierno, América Vázquez 🎭
ESTÁS LEYENDO
Amor en la Oscuridad | Michele Morrone (+18)
RomanceCuando la vida te ha arrebatado las ganas de seguir viviendo, solo esperas con gran anhelo el día que la muerte finalmente reclamé tu alma y así puedas dejar de sufrir con cada tortuoso respiro. La oscuridad siempre ha estado acechando la vida de Se...