Amor en la Oscuridad | Michele Morrone (+18)

Capítulo 17: Secuestro

—¿Qué demonios has hecho?— escucho a lo lejos la voz de Ramsés mientras siento como jalan de mis pies, trato de abrir los ojos pero solo veo sombras y siluetas

—¿Qué querías? entró abruptamente al despacho, pensé que nos mataría, sabes lo impulsivo que es, además, es seguro que ya sabe que Olivia está viva y no creo que reaccione nada bien a eso— intento apretar mis puños, pero es inútil, mi cuerpo no reacciona correctamente y está vez creo me volveré a desmayar...

—Señor, Señor Desmond— abro mis ojos para ver a una mujer que no recuerdo haber visto nunca en la vida y me incorporó enseguida, mi cabeza duele tanto que me siento mareado y adormecido

—¿Quién diablos eres?— le preguntó e intenta ayudarme a incorporar, reaccionó casi enseguida empujándola y mirando alrededor, me encuentro en mi habitación

—¿Dónde está Selene?— la miró fijamente y retrocede casi al instante

—Yo no sé nada Señor, me han contratado hace poco, pero un hombre llamado James me pidió que le dijera que lo lamenta, que espera algún día lo perdone, pero no pudo evitar que se la llevará — sus palabras son como un balde de agua fría y solo puedo pensar en Selene. Me levanto como puedo, busco en el buró mi arma y la tomó con firmeza

—Señor, por favor— aviento a la mujer haciéndola a un lado y bajo aquellos escalones tambaleandome, siento como aquella venda aprieta más mi cabeza cada segundo e intentó quitarla, pero casi enseguida siento aquel líquido caliente escurrir por mi cuello; llegó al último escalón y levantó la vista para ver a Ramsés sentado leyendo un periódico

—¿Dónde carajos está?— grito y apuntó sin titubear mi arma hacía su cabeza

—Eso mismo quisiera saber yo, ella me agrada— sonríe descaradamente y me acerco hasta tomarlo del cuello y poner el arma justo debajo de su barbilla

—Esto no es un maldito juego, te mataré Ramsés— escuchó a sus hombres rodearme y me toma del brazo

—En verdad no lo sé hijo, Aarón fue quien se la llevó— bajo el arma y doy unos pasos hacia atrás

—Con una mierda, tengo que encontrarla— empujó a los hombres de mi padre y me agarró del barandal de la escalera al ver como todo da vueltas a mi alrededor

—Desmond tienes que esperar, sufriste un fuerte golpe en la cabeza ayer en la mañana— abro mis ojos al recordar lo que escuche antes de desmayarme y me giro de nuevo a verlo

—Mi madre está viva— susurro y lo veo asentir molesto

—¿Qué le has hecho?— doy unos pasos y caigo de rodillas al suelo

—Lo que se merecía como cualquier mujerzuela— me hundo nuevamente en la oscuridad...

Narra Selene

—Por favor Aarón, piensa en tu hijo— intentó hacerlo recapacitar, pero solo logró que su agarre en mi brazo se intensifique.

No se cuanto nos hemos alejado de la mansión, pero al menos he estado unas cuantas horas desmayada, se que es inutil intentar escapar y puedo notar la mirada perdida de Aarón, mientras su hijo se encuentra dormido sobre sus piernas. La camioneta se detiene finalmente, pero la mirada de Aarón es suficiente para saber que no debo de moverme, baja el con su hijo e intentó escuchar lo que le dice mientras se agacha para estar a su altura

—Iré por ti en cuanto pueda, verás a abuelita pronto te lo juro, todo mejorará para ambos, te amo hijo— escucharlo decir aquello sacude mi corazón de cierta manera, sé que él no es tan malo como parece, pero lo más impactante es lo otro que ha dicho y que ahora me genera muchas dudas

—Ahora sí Selene, estaremos solos tu y yo— la camioneta avanza e intento no quedarme dormida, se que el en ocasiones me mira, pero el silencio es lo único que invade esta extraña sensación entre ambos

—No quisiera que las cosas fueran así Selene— presto atención a sus palabras y tomo el abrigo que me obsequia, suspira amargamente y me mira directo a los ojos

—El pasado ha desenterrado un secreto que no me esperaba, mi madre, la madre de Desmond, está con vida— llevo mis manos hacia mi boca asombrada, no me imagino como estará Des

—Ahora tengo que encontrarla, porque conociendo a Ramses no esperara para matarla, lo que no puedo creer es que él no sea— se detiene y mira enseguida hacia afuera por la ventana, me acerco un poco a él y toco su pierna intentando animarlo a continuar, el voltea con lágrimas en los ojos y se abalanza sobre mí, término abrazándolo mientras siento el dolor que lo invade

—Él maldito no es mi padre, siempre lo supo, yo ahora entiendo todas las diferencias, él me lastimaba a propósito todo el tiempo, le recordaba la infidelidad de mi madre, yo era ese fruto y sólo me enteré por las camaras y microfonos del despacho— se acomoda por unos segundos más en mi hombro y se aleja limpiando sus lágrimas

—Yo— no termina y tomo su mano

—Lo entiendo, ahora entiendo muchas cosas— abren la puerta y veo la mirada de aquel hombre sobre nuestras manos, lo suelto casi enseguida y bajo de la camioneta después de Aaron, este me brinda su mano como apoyo y termino tomándola...

Narra Desmond

Abro mis ojos viendo de nuevo el techo de mi habitación, me incorporo un poco más rápido y busco mi celular, no esta al igual que mi arma, maldigo molesto y me meto a la ducha, pongo en orden mis pensamientos y pienso una y otra vez en dónde diablos puede estar Selene, golpeó con furia las paredes y me dejo caer mientras el agua helada recorre mi cuerpo

—¿Dónde diablos estás, Selene?—

Acomodo mi camisa y busco mi mochila, saco otra de mis armas y me aseguro de que esté completamente cargada, bajo de nuevo y Dorian me recibe, lo veo sonreír por un momento para después caer al suelo al ser golpeado con mi puño

—Maldito bastardo, ¿cómo pudiste verme la cara por años? todo el tiempo me estuviste manipulando, imbecil hijo de pu— me detengo al escuchar las pisadas de Rames y pateó a Dorian con fuerza

—Muy bien hijo, pero que esperas, mata a este parásito— el rostro de Dorian es de terror y sonrió mientras apunto mi arma a su frente

—Yo no sigo tus ordenes Ramses, si lo quieres muerto matalo tu—

—Esta bien— le dispara a Dorian y sus hombres no tardan en llegar para sacar el cuerpo, ni siquiera me molesto en mirarlo de nuevo, guardo mi arma en mi pantalón y estoy a punto de irme, cuando escucho una risa que me es tan familiar, me giro para ver si se trata de ella y puedo ver que así es

Enamorada de su infierno, América Vázquez 🎭