CAP.5

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Francesco estaba acostado en la cama viendo el techo con los ojos nublados, ¿desde cuándo empezó a llorar? No sabía a qué hora volvió a lagrimear sin saber que hacer, amaba tanto a McQueen, que le dolía que no estaban juntos, que había perdido la memoria, que le aterraba que su amado ya no lo volviera a conocer, que jamás se iban a casar...

Pero Francesco no se daría por vencido, tenía que salvar al amor de su vida en ese hoyo de confusión sin recuerdos. Era su oportunidad, y si tenía que volver a enamorarlo, lo haría con gusto, recapitularia más de mil veces como lo enamoró con tal de que se sintiera mejor.
Al día siguiente el italiano fue a desayunar temprano con Flo dándole un pay sencillo de manzana, Francesco duras penas comía ese pay, pero aún así nadie lo culpaba, pensaba tanto que no se dió cuenta de que McQueen se sentaba a su lado...

McQueen: ¡Buenos días Francesco! -dijo con total calma-

Francesco: ¡¡A-ah!! ¡¡Ciao McQueen!! ¿Cómo dormiste? -sonrió con alegría ocultando su tristeza y pensamientos, algo que si notó el rubio-

McQueen: ¿Estás seguro? Te veía triste y preocupado. -dijo sincero y preocupado-

Francesco: F-Francesco.... ¡Solo pensaba en invitarte a una carrera aquí en tu bello pueblo! -dijo sin rodeos, en el interior de maldecía por decir esa tontería-

McQueen lo miró sorprendido pero retador a la vez, sonrió y se levantó tomando el brazo del italiano lejos, haciendo que el italiano se sonroje.
El rubio de ojos azules estaba contento, no sabía por qué pero lo que sabía era que al menos quería patearle el trasero.

Francesco preparó su fórmula para sacudir un poco su ventana y suspirar suavemente para subirse de un salto.

McQueen observaba al italiano con detenimiento y sonriendo como bobo enamorado a punto de sonrojarse al cien cuando el italiano se acomodó su casco. Se le hacía apuesto e increíble, pero, "¡¿En que estás pensando McQueen?! Es tu rival, idiota.." odiaba admitirlo.

Empezaron una carrera algo lenta, pero extrañamente satisfactoria para McQueen, pasaron por todo Radiador Springs, una gran parte del desierto y su lugar favorito para entrenar, no dejaba de acelerar, estaba tan felíz no sabría decir si era para que supiera que todavía conducía como todo un campeón o por competir con Francesco en el cual le hacía felíz su compañía, McQueen ganó pero se le hacía extraño que el italiano no aceleraba.
Admite que cualquier fórmula revasa a su gran coche de NASCAR, pero el italiano no aceleró de más, ni una sola vez, McQueen no sabría decir si era por qué el italiano lo quería animar o burlarse de él.

Se molestó y azotó la puerta de su asombroso auto que ahora estaba gris de un portazo, se quitó el casco que protegía su cabeza y miro furioso al italiano, que hasta Francesco se sorprendió.

McQueen: ¿Qué diablos estabas haciendo eh? ¡No aceleraste ni una maldita vez! ¿Acaso soy tu chiste? --se veía molesto y mostrando sus dientes mostrando su gran furia hacia Francesco.--

Francesco: No McQueen, Volevo solo tirarti su di morale visto che sembravi così felice, non volevo interrompere la tua felicità...(Solo quería animarte ya que te veías muy feliz, no quiería interrumpir tu felicidad...)--decía de una forma egocéntrica pero a la vez, recto y dulce algo que a McQueen le tomó por sorpresa.--

McQueen: ¿Really? --rió de una forma sarcástica y lo miró directo a los ojos avellanas del italiano-- ¿Es alguna especie de broma?

Francesco negó, mostrando una sonrisa y lo miró directo a los ojos, esos ojos que tanto adora y admira desde el día que se conocieron. Su rostro altamente atractivo y suave.

Francesco: ¿Francesco no puede verte felíz desde que saliste del hospital? Tengo que animarte, eso es lo que me dijo tu amigo Mate, los demás... Francesco lo pensó por un gran rato y acepté, pero no te enojes piccolo, Francesco promete que aceleraré para la próxima...

McQueen no tenía palabras, su cuerpo no respondía, los ojos de Francesco lo cautivaban como ver por primera vez una pista de carreras, su mirada profunda y seductora lo hacían sentirse más que nervioso y sonrojarse al punto en el que su corazón latía al cien.
Francesco notó eso, "avancé un poco más..." pensó mientras sonreía de una manera dulce y agradable, solo le sacudió el pelo a McQueen como si de un niño se tratase y lo mira.

Francesco: Al menos deja que Francesco te alegre más el día ¿si? No le digas a nadie que derrotaste al increíble y sensual Francesco..~ -al terminar esas palabras le guiña de forma coqueta haciendo que el ojiazul se sonrojara-

McQueen: Stupid... -sonrojado apartando la mirada-

Francesco: Mira la hora, Francesco debe volver a el hotel... -dijo tratando de ocultar sus lágrimas que rápidamente borro- La tierra no se lleva bene con Francesco...

McQueen vio que el italiano estaba lloriqueando, si, estaban en un lugar de tierra pero se le hacía extraño que Francesco tratara de limpiarse rápido. ¿Tan mal le hace daño la tierra a sus ojos? El rubio solo asintió pero después de pensar un poco, habló.

McQueen: Te parece... -el italiano miró a su amado de forma curiosa- ¿Te parece si te quedas en mi casa? Se que quiero estar solo y recuperándome pero... Odio que me visiten a cada rato a mi casa, ¿podrías... Quedarte en mi casa a hacerme compañía?... -dijo mirando directamente a los ojos del italiano--















Continuará....

Francesco x McQueen| amore e ricordiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora