CAP. 10

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El rubio despertó lentamente, no recordaba cómo es que llegó a su cama, pero era de seguro que Francesco lo cargó hasta acá, solo ese mínimo pensamiento hizo que se sonrojara al máximo. Justo eso pensaba y miró el reloj, era la una de la madrugada, McQueen se le haría imposible guardar el sueño de nuevo, así que se trató de recostar pensando en como dormir, pero no podía; se levantó de la cama y fue al cuarto de invitados donde dormía Francesco con gran tranquilidad.
El italiano se encontraba tranquilo, una cara relajada, su pelo estaba algo despeinado y tenía la boca entreabierta; el rubio sonrojado se acercó lentamente a la cama y tocó con algo de miedo el hombro del italiano.

Francesco despertó poco a poco y parpadeó un par de veces para ver bien.

—Bambino... ¿Qué haces despierto? ¿Estás bien? ¿Te duele algo?— dijo preocupado.

—Tranquilo Fran... Estoy bien... Solo... No puedo dormir bien, y bueno, pensé en preguntarte si podía dormir con-contigo...—dijo sonrojado.

Francesco se sonrojó, gracias a la oscuridad McQueen no podría notar su gran sonrojo, el italiano le dió palmadas en la cama haciendo que el rubio con gran felicidad se subiera, no tan rápido, pues haría ver qué es muy infantil. Ambos estaban a un lado del otro y el rubio miró contento a el italiano, lo vió cansado pero sin borrar esa hermosa y coqueta sonrisa que lo encantaba hasta el alma.

—P-perdón si te molesté... No me podría dormir...—habló con un tono triste y bajando la mirada.

—No te preocupes McQueen, a Francesco no le molestaría dormir contigo, aunque claro, Francesco es fabuloso..~—habló de forma coqueta pero divertida haciendo reír al italiano.

—¡Eres un tonto Francesco!—dijo mientras le tiraba una almohada.

Ambos rieron de forma juguetona y Francesco se le quedó viendo a los ojos, esos ojos azules tan encantadores que le encantaban ver con amor, McQueen no tardó en también mirar los ojos del italiano, estaba tan encantado por esos ojos avellana tan atractivos y encantadores, llenaban el alma del rubio de alguna forma.
McQueen poco a poco se quedaba dormido, así que se acercó al italiano y lo abrazó sin importar que. Hizo sonrojar al italiano a gran escala y el lentamente lo abrazó por igual mientras acariciaba su pelo de forma dulce.

—Descansa Francesco..~— dijo de forma dulce y acurrucándose en el pecho del italiano dónde notó como su corazón estaba acelerando. Río en el interior y McQueen se quedó dormido.

—Buonanotte amore mio...~— dijo sonrojado y de manera suave, el rubio sonrió más y durmió de forma tranquila, el italiano poco a poco se quedó dormido y lo abrazó más...

—Prometo protegerte...—









La mañana comenzó, el italiano despertó poco a poco, eran las seis de la mañana, temprano, pero no le molestaba en absoluto. Miró con una gran sonrisa a McQueen que todavía seguía dormido. Apartó un mechón de su adorable pelo rubio para mirar mejor su rostro, estaba más que enamorado de McQueen... Borró un poco su sonrisa al recordar que no recordaba esos dulces momentos que pasaban juntos, daría lo que fuera para que McQueen recordara, sonriera y que se dieran tantos besos como nunca lo habían sentido, Francesco detestaba esperar pero por su amado... Tardaría años para que recordara.
McQueen se movió haciendo que el italiano lo mirara quitando la tristeza en su rostro y cambiarla por una sonrisa normal pero igual de coqueta.

—Buongiorno McQueen, ¿dormiste bene?—dijo felíz.

McQueen se talló los ojos y bostezó de una manera tierna que hizo reír al italiano.

—Good morning...~ y si, mejor que nunca... L-lamento molestarte en la madrugada, se que fué incorrecto.—dijo de manera triste.

—¡Para nada! A Francesco no le molestó en absoluto, aunque, tenías que admitir que dormir junto a mi es uno de los mejores descansos en la historia..~—dijo mientras le guiñaba.

Francesco x McQueen| amore e ricordiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora