CAP. 4

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Francesco tardó unos cuántos minutos llorando en el hombro de su amado, después de que se calmó lo miró aún triste, con los ojos rojos todavía por el llanto. McQueen estaba observándolo calmado diciéndole más de ocho veces que estaba bien y que dejara de llorar, el rubio se sentía confundido por los actos del italiano que además de eso notó que se veía unos años mayor tanto él como el castaño, esto asustó al rubio un poco, "¿me dormí por 2 años o qué? " "¿¡Tuve un coma!?" "Cálmate McQueen... Francesco me lo dirá, siento que puedo confiar en él... Pero por qué?.

Francesco respiró hondo y con calma tratando de no llorar otra vez, agarró fuerzas y habló...

Francesco: Amo-.... McQueen... N-no te asustes... Francesco no sabe cómo explicarte, p-pero... -nervioso solo podía mirarlo y se trababa con las palabras-

McQueen: Oye calma... Tuve un accidente en el Prix, de eso estoy seguro... Creo. -dice ocultando su miedo-

Francesco: McQueen... ¿No recuerdas.... Los momentos en las cuales compartiste con Francesco?... ¿Recuerdas algo?.... Per favore... -dice con una voz altamente rota, cómo si estuviera a punto de llorar otra vez-

McQueen: N-no recuerdo... Solo se qué estábamos en Inglaterra en el gran Prix festejando que Mate mi mejor amigo es felicitado por la reina... Y volví a Radiador Springs... Solo hasta ahí recuerdo, ¿por qué?...

El italiano se veía asustado, triste, esa mezcla de emociones en las cuales uno quebra al mundo, ¿Qué debía de hacer en este tipo de situaciones? ¿Explicarle poco a poco que el americano y el italiano eran pareja después de esa carrera que les invitó McQueen? ¿Esos encuentros en las noches y sus salidas a escondidas de su amigo Mate? ¿De que le tenía la sorpresa de pedirle que se casara con él?....

McQueen: Bernoulli, con un demonio, al menos dime algo, me estás asustando... -dice mientras miraba preocupado al italiano que ni siquiera decía palabra alguna- ¿Fran?... ¿Me puedes decir que pasó después? ¿Entré en coma?... ¡¡Con un carajo Francesco!!

Francesco solo lo miraba, ¿qué debía decirle? Este solo respiró hondo ocultando una pequeña parte de decirle todo, pero en esa situación lo que pensaba era decirle la verdad poco a poco, para que al menos el americano recordara...

Francesco: McQueen... Verás... Francesco... Francesco... Te lo dirá dentro de poco, pero tienes que reposar ¿va bene?... Es algo difícil tanto para mí como para i tuoi amici... -dice agarrando la mano de su amado con nerviosismo y con el miedo de que esté soltara su mano o la apartara. Pero no fue así, McQueen agarraba la mano del italiano con confianza, ni el mismísimo Rayo McQueen no podía explicar, le tenía un sentimiento muy al fondo que rogaba por el, pero su mente se contenía bloqueando algo y no sabía que era... Pero ni siquiera dudarlo le sonrió a su compañero italiano, pero su cuerpo sabía bien... Que era más que su compañero o amigo de carreras.

El doctor salió y con amabilidad revisó al corredor americano con concentración, el italiano lo veía de lejos, nervioso, sudando frío, McQueen se dejó examinar, ahora que se daba cuenta se veía un poco mayor, pero sin dejar su juventud, miraba de reojo al italiano, le desesperaba que Francesco estuviera nervioso, que ni siquiera respiraba.
Si cuerpo le intentaba decir que por favor corriera a abrazarlo, que lo tranquilice, que lo bese... "¿Por qué lo besaría? Estás loco McQueen". Se decía en la mente, al terminar los exámenes el doctor solamente le dijo que tenía que hablar con el italiano a solas, en el interior de McQueen le decía que no, que se quedara, pero igualmente asintió, sintiéndose mal.

El italiano lo notó y forzó una enorme sonrisa, cómo esa vez en el Prix.

Francesco: Francesco no tarda piccolo, reposa si? -dijo con tranquilidad y le guiña el ojo para que el americano se calmara y así sucedió-

McQueen: (¿Me dijo pequeño?) -dió un leve sonrojo, ¿por qué se puso así?-

Francesco hablaba con seriedad hacia el doctor, el doctor explicaba una y otra vez que eso se debía a los golpes fuertes en su cabeza, y que era normal que así se sintiera, pero que con el paso de meses o al año recuperaría su memoria normal, que debería hacer mucho esfuerzo. Francesco solo asentía, callado, sus ojos amenazaban con llorar de nuevo, solo temblaba, los amigos de McQueen solo escuchaban calmados y tratando de calmar ese corredor italiano.

Mate también lloraba y era consolado por el Sheriff y Finn McMisille quién abrazaba fuerte al castaño, a todos les dolía que su gran amigo perdiera la memoria de los grandes momentos. Desde que McQueen literalmente se mudó con ellos, dejando crecer su amor con el gran italiano en el cual todos lo abrazaron y felicitaron, un nuevo integrante de la familia por supuesto. Francesco se daba vueltas y vueltas buscando que hacer, mil planes le cruzaban por la cabeza y le llegó una idea, pero primero necesitaba hacerse amigo de McQueen, cómo la primera vez...







McQueen salió después de unos meses de observación, obviamente sabía que había perdido recuerdos, pero no sabía cuáles... Francesco, sus amigos del gran Prix y los de Radiador Springs estaban esperándolo con ansias. Todos estaban tranquilos y saludaron con alegría al rubio de ojos azules, Miguel, Shuu y Mate empezaron a hablarle como si nada ocultando su tristeza profunda. Mientras que Francesco traía las cosas del rubio pensando solo en sí en donde llevarlo a recuperar por lo menos unas cuántas memorias sobre lo que habían pasado... Finn notó esto y le dió palmadas en la espalda y este solo hizo una diminuta sonrisa. Al llegar al pueblo de Radiador Springs el rubio lo único que quiso fue comer esos postres de chocolate favoritos, tenía que admitir que la comida de Flo era exquisita. Flo con gusto le preparó un muffin de chocolate, McQueen con ansias se lo comió pero borró un poco su sonrisa, no tenía toque de amor que su boca esperaba, ¿Él estaba mal?... Solo fue por un momento, pero igual se lo comió dejando pasar ese sabor que esperaba su boca, pero... ¿Qué esperaba? Parecía esperar ese sabor que lo hacía sonreír, que se le brillaran los ojos por el sabor y sonreírle a la persona por hacer ese gran manjar, pero no sabía quién le cocinaba de esa manera, Flo no era, los demás eran pésimos cocinando, hasta que vió bajar al italiano con sus cosas y las de él también, ¿se iba a quedar?. El interior de McQueen sonrió, otra vez ese sentimiento de alegría hacia ese egocéntrico y estúpido italiano que se creía la única flor bella del desierto.

McQueen sabía que algo lo llamaba, que abrazara a ese idiota, pero este se contuvo y solo le sonrió de lejos, Francesco no tardó en notarlo y le sonrió con felicidad, cómo si todo estuviera bien, Mate no tardó en llegar con Finn, muy abrazados algo que a McQueen le impactó pero sabía que esos dos tenían que estar juntos, muy pero muy en el interior quisiera sentir eso, pero Sally ya no era nada de él.

Francesco se acercó y le sonrió como siempre pero más calmado.

Francesco: ¡¡Ciao McQueen!! ¿Cómo te sientes? -decia de una manera un poco dulce pero sin dejar su típico acento italiano y con su ego al tope-

McQueen: Bien gracias Francesco... Eh... ¿Te vas a quedar aquí? -dijo de una manera tranquila, diciéndose en el interior "Por favor... ¡Que se quede!"

Francesco: Ovviamente, Francesco quiere saber si estás bene, ¡después de unos dos meses regreso! -obviamente el rubio no sabía que el vivía ya en Estados Unidos, junto a su amado-

McQueen: Oh... ("yo quería que se quedara más tiempo... ¡Espera! Cómo si me preocupara por este imbécil... Pero no es tan imbécil... Me cuidó, debería darle una oportunidad más, no es tan malo como yo pensaba... ¿O ya sabía que no lo era?.)

Ambos se miraban a los ojos, ya está por empezar una oportunidad de que McQueen recupere esos bellos recuerdos....






Continuará....

Francesco x McQueen| amore e ricordiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora