Cap. 9 "Hermanos"...

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Francesco llevó a McQueen a su casa de Radiador Springs, ambos tenían un silencio incómodo y eso les hacía evitar mirarse.

McQueen era el que estaba más avergonzado, ¿en qué diablos estaba pensando? Besarlo... "por favor McQueen... Es un italiano que se preocupa por si mismo, ¿en qué carajo estás pensando? Pero... Debo admitir qué él... Es algo más que un amigo de carreras."
McQueen no dejaba de mirarlo, eso lo notaba Francesco, pero no quería decir nada, pensaba que él mismo estaba hechando a perder todo, sus pensamientos se interrumpieron cuando el amor de su vida tomó su mano. El italiano vió la mano con un leve sonrojo la mano blanquecina del rubio, juró que la mano era suave y acariciaba su mano con su pulgar sin importar nada. Francesco sonrío y tomó su mano también para después acercarse a la entrada de la casa, una cómoda casa que a McQueen le encantaba por supuesto, algo de lujos, pero esa es otra cosa.

McQueen: E-emmm... ¿Te gustaría pasar? -dijo señalando la puerta con la mirada, esperando un sí por parte del italiano.-

Francesco: ¡Con gusto! Francesco quiere pasar un buen rato contigo.
-dijo sonriendo, y cómo no, estaba avanzando y eso que solo pasaron dos días.-

Ambos entraron a la casa y McQueen fué rápido a la cocina a sacar algo de la nevera. Cuando él y Mate pasaron tiempo juntos a McQueen se le prendió el foco al ver una caja de chocolates, pensó en el italiano muchas veces, así que se lo quería dar como muestra de agradecimiento, pero muy en el fondo; McQueen quería dárselo para mostrar su amor hacia él, no lo admitía, tenía un carácter muy fuerte, pero sabía que le encantaría.
Al salir de la cocina vió a Francesco ver todos los detalles de la casa, el rubio pensó que tal vez no había visto su casa. Pero Francesco si que visitó más de una vez esa casita de McQueen, ahí pasaron muchas noches, unas de películas, unas de cena, citas, y la primera vez de McQueen y él en la cama; Francesco tocaba el sillón y se sentó lentamente, cómo si el sillón se rompiera por su peso, algo estúpido, pero el italiano no quería ser maleducado.

McQueen: Oye, puedes sentarte y sentirte cómodo, no hay necesidad de ser delicado con un sillón. -dijo, para después reírse de manera dulce, algo que hizo sonrojar al italiano.-

Francesco: Francesco se disculpa piccolo bambino, eh, solo Francesco quiere ser cuidadoso contigo. -dijo nervioso, que estúpido.-

McQueen: Pero eso es conmigo, no con el sillón, podrás dejarte caer y el sillón estará igual después de todo. -dijo, ahora dió unas grandes carcajadas, molestó a Francesco, pero el italiano no le importaba, estaba felíz de verlo reír.-

McQueen se sentó a lado suyo y sin vergüenza se acostó en las piernas del italiano, Francesco estaba muy, pero que digo muy, extremadamente rojo al ver el amor de su vida acostándose en sus piernas. En el fondo si que cantó un himno por haber ganado rápido la confianza de su amado. "No tan rápido Francesco, tienes que ser paciente, recuerda lo que te dijo el médico, solo respira y sonríe." se dijo así mismo.

McQueen: Oye Fran, cuéntame algo de ti. -dijo de repente sin borrar la sonrisa, tomando la mano del italiano y jugar con sus dedos.-

Francesco: ¿Ah? ¿Qué quieres saber de él gran Francesco Bernoulli piccolo bambino? -dijo felíz y orgulloso.-

McQueen: Bueno, tenía curiosidad sobre tu familia, hablas mucho de tu madre, eso lo recuerdo perfectamente cuando fuimos a competir a tu país. ¿Tienes más familia? -dijo mirando a los ojos al italiano, este se puso nervioso.-

Francesco: Todavía tengo un familiar más, pero no suelo hablar de él, Francesco no sabe si hablarte de eso. -dijo ya nervioso pero confiando, le diría de nuevo su secreto.-

McQueen: Cuéntame, estoy aquí para apoyarte, no te juzgaré por nada... -tomó las manos del italiano y se sentó ahora en las piernas del italiano, haciendo que esté tuviera confianza.-

Francesco: Bene... Te lo contaré.....

Tengo un hermano...

Mi familia estaba conformada por solo cuatro personas, mi padre, mi madre, mi fratello y yo... Mi madre nos tuvo a mi y a mi hermano apenas se casó con nuestro padre, gemelos idénticos al nacer, igual a nuestro padre. Fabián, es el nombre de mi fratello, cuando crecíamos, el era muy competitivo conmigo, era muy consentido por parte de mis padres, en cambio, Francesco solo era consentido por parte de mamà.

Fabián es peor que yo, tengo que reconocerlo, demasiado narcisista, envidioso, y muy estricto en marcar su nombre. Pero es violento, cruel y despiadado, un monstruo.

Recuerdo que él me pegaba, muy fuerte hasta dejarme con moretones por todo el cuerpo y mis padres jamás lo notaron, piccolo; tal vez vez a Francesco actualmente cómo el corredore número uno en el mundo, pero en el fondo, Francesco sigue sintiéndose inseguro.
Antes era regordete, no me importaba tanto el físico, pero, mi hermano se burlaba de mí, me decía... Cerdo, vaca, bola de manteca, pelota... Ya te imaginarás... A los 15 dejé de comer, empezé a vomitar después de comer, hacer ejercicio y créeme, aunque el hambre de Francesco era fuerte, mis deseos de adelgazar eran enormes, por lo cual podía durar semanas sin comer, claro, tuve consecuencias.
Mi madre reaccionó, mi padre igual, dejaron de lado a mi hermano y se enfocaron en mi salud, agradecía por eso... Después en el mundo de las carreras... Un bello recuerdo, pero al mismo tiempo una pesadilla... Mi padre reconoció desde que Francesco tomó el volante, que sería... El mejor corredor de la historia... Entrenó a mi lado y poco a poco fui ganando reconocimiento, claro, a Fabián no le gustó para nada.
Mi padre enfermó un año antes de mi primera carrera, siempre lo animaba y lo hacíamos sentir muy bien, pero el padre de Francesco cada vez se ponía más grave... Su corazón no pudo más y dejó de latir justo en el cumpleaños de Francesco. Mi hermano y yo estábamos devastados... Mi mamà estaba peor, no comió por más de una semana. Seguimos adelante, pero con mucha tristeza, mi madre mejoraba por mi, y mi hermano, bueno... Pareció que se recuperó pronto, bastó un mes para que fuera felíz, yo no podía, pero juré que la carrera lo haría por él, en nombre de Italia y de la familia Bernoulli...

Lo conseguí, pero bastó para que Fabián se convirtiera legalmente en mi jefe y representante de carreras... Mi madre estaba contenta por ver a sus hijos unidos, McQueen... Si hubieras visto su bello rostro ese día, estaba tan ilusionada y esperanzada que; Francesco no quería arruinar su felicidad, Francesco soportó insultos, golpes, y entrenamientos nocturnos por años, solo para ver a mamà contenta... Hasta que alguien me lo quitó de encima. Es valiente, fuerte, y me abrazó para sentirme mejore, desde ahí no pude dejar de pensar en la gente buena...
Grazie a te pude... Dejar de ser tan Francesco Bernoulli egocéntrico y narcisista a... Cambiar, tal vez no lo recuerdas, pero me cambiaste y me mejoraste.

El italiano miró al rubio tomando su mano, no la quería apartar, estaba tan contento de desahogarse con él y decirle sobre su familia.
El rubio por otra parte estaba feliz, triste, preocupado por el italiano; estaba felíz por haber escuchado al italiano que gracias a él lo cambió, preocupado porque el italiano seguía aguantando todo eso por mas tiempo, pero triste, no solo por el pasado de el italiano, si no porque el rubio no recordaba cómo cambió a Francesco.

Cómo si se tratase de un deja vù, el rubio recordó todo....

Años atrás...

McQueen: ¡Oye tú! ¿Por qué diablos golpeas a Francesco? ¡El solo trató de revasar a su contrincante! ¡Y aunque ganó y tuvo fallas, lo logró! -dijo furioso hacia él hermano de Francesco-

Fabián: ¡¿Tú qué sabes?! ¡Eres solo un americano de mierda que creé que con ser amistoso en las carreras ganas! -dijo igual de furioso-

El rubio obviamente estaba cegado por la furia que le lanzó un golpe en la cara y una patada en su entrepierna dejándolo cojeando. El italiano solo observaba sorprendido, pero no tanto ya que recordó como el rubio lo defendió de su jefe de mecánicos.

Cuando ya fue lo suficientemente rudo, este lo apartó y lo llevó a un lado para estar a solas, obviamente .

McQueen: ¿Estás bien? -lo mira preocupado-

Francesco: Está todo bien amore, tu tranquilo, Francesco está muy bene. -sonrió de forma dulce-

McQueen: ¿Por qué no te defiendes? ¡Puedes defenderte! No quiero verte sin hacer nada para la próxima... -lo abrazó fuerte sin importar nada, algo que a Francesco le extrañó, pero abrazó con gusto-

Lo prometo McQueen....








Continuará...

Francesco x McQueen| amore e ricordiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora