Francesco x McQueen| amore e ricordi

Cap. 11

McQueen empezó a ver sus recuerdos de forma hermosa, de cómo se había enamorado de Francesco, al igual el horrible recuerdo de su accidente...
No estaba enojado con Francesco, para nada, claro que había motivos para no decirle la verdad, podría lastimarlo e incluso decirle cosas horribles a su bello italiano. Claro que McQueen ya recuperó totalmente su memoria.... No pasó más de una hora y ambos estaban en la casa de McQueem hablando de todo lo ocurrido, Francesco habló...

-Amore... No sabes lo difícil que es para mí explicarte, debí hacerlo pero... Tenía miedo de que me odiaras...-dijo bajando la mirada.

-Lo entiendo Fran... Yo no estoy enojado contigo, entiendo que estaba mal... Fue muy sorpresivo lo que había pasado...-tomó la mano del italiano.

-Lo so, agradezco al cielo por esto... No se que ocurrió cuando te encontramos ensangrentado de la cabeza, solo Mate fue a traerte algo de beber o un dulce... Y no sabíamos que había pasado, no sabes cómo Francesco se había sentido el día en el cuál dijeron que perdiste la memoria; me sentí morir y no sabía cómo decirte... Pero veo que no pasó mucho y te volviste bastante fuerte, y todo lo que pasó, valió la pena...-le sonrió tranquilo.

McQueen besó la mejilla del italiano y calmarlo cómo lo hacía desde que se habían conocido, causando una bella sonrisa de Francesco, claro que ya todo estaba resuelto y solo era volver al hospital para unos chequeos médicos.
Francesco no estaba convencido pero claro, unos besos de McQueen en sus labios italianos lo convencieron en un santiamén.

No tardó mucho que todos los del pueblo que Radiador Springs se habían enterado de la noticia, estaban más que contentos porque McQueen había regresado a la normalidad, llegando a oídos de las noticias, periódicos y de la radio....

Storm escuchó todo mientras tomaba una copa de vino y escuchaba con seriedad cómo todos estaban felices por un simple viejo corredor de quinta, según él.

Storm pronto recibió una llamada, algo que hizo sentirse furioso y contestó de manera agresiva.

-¡¡No funcionó sacar a McQueen del juego!! ¡¿Viste que ya recuperó la memoria?! ¡¿Qué vas a hacer al respecto?!-dijo furioso.

-Tranquilo Storm, estás más avanzado que McQueen y alcanzaste una velocidad altamente grande, tengo un plan grande ahora que soy el nuevo dueño de Rustize, tengo a alguien que podría ser mejor que McQueen... Solo tendrá que meterse al juego sin saber nada.-dijo Sterling a lado de la línea.

-¿Qué? Escucha Sterling, yo te represento al igual que McQueen en Rustize... ¿A quién diablos quieres meter a la línea de Rustize?-dijo mientras iba caminando de un lado a otro.

-¿Crees que fue fácil convencer a esos ancianos de que me pasaran su gran compañía de Rustize a mi nombre? Tengo un plan para sacarlo y hacerlo que caiga y solo sea un jueguito en la compañía, solo anunciará guardafangos de auto para que tú entres y representes a todos, recuerda que gracias a mi entraste a la compañía para quitarle el ánimo a McQueen, si no seguirás con el juego te regresaré a tu antiguo empleo de mecánico en esa chatarrería de tu padre...-sin más que decir colgó.

Storm lanzó su teléfono furioso a la cama y se sentó, para empezar sabía que era bueno corriendo en las pistas, entrenó con el viejo auto de su padre, Sterling lo vió y le dió un gran potencial, solo para reemplazar a McQueen y solo utilizarlo como un anuncio prometiendole ser él la nueva cara de Rustize... Storm le pareció bien pero sabía que era mal hacer eso, pero solo ocupaba el dinero para sacar adelante a su padre que estaba enfermo.

No le hizo correcto hacer que McQueen perdiera la memoria pero no tenía opción, pues Sterling quería sacarlo y ponerlo a él, pero era trampa, Sterling hace juegos sucios para sacarse más dinero y provecho.
Él se le hacía difícil entrenar todos los días, cuando ya había sobrepasado la velocidad igualmente tenía que entrenar... No tardó en llegarle una notificación de un mensaje, Storm no tenía ganas de saber que era pero era Cruz Ramirez, la entrenadora más linda que jamás había visto en su vida.

Mensaje: "Hola Storm, ¿Estás bien? Lamento contestarte tan tarde, el Señor Sterling me mantuvo ocupada para entrenar a los nuevos jóvenes... ¿Todo en orden?".

Storm tenía sentimientos fuertes hacia ella, ambos se conocieron en el entrenamiento, juraba que Cruz era mejor que él en conducir un auto, y más en el simulador, ella lo animó a entrar a correr, no sabía del trabajo sucio de Sterling así que Storm le ocultó todo su plan, ambos quedaron como amigos pero Storm si que estaba enamorado de ella, y no tenía el valor, solo tenía que actuar. Sterling podía lastimarla o incluso dejarla en la calle si es que se lo proponía, así que actuar era la única salvación para ella y su padre.

Mensaje Storm: "Estoy bien Cruz, también estaba ocupado, así que no te preocupes. Descansa ¿si? Hablamos en la mañana."

Storm no quería dejar de hablar con ella, pero era por el bien, solo Cruz le mandó un mensaje de regreso diciéndole que descanse junto a una carita "😊".
"Es tan dulce..." Pensó Storm mientras se sonrojaba.

-Al parecer está bien señor McQueen, solo no hay que hacer tanto esfuerzo por el momento, no tiene por qué estresarse o le daría fuertes dolores de cabeza, así que le recetaré unos buenos medicamentos y hacer varios ejercicios como un memorama o algo para mantener activo su cerebro.-dijo el doctor mientras anotaba la receta.

-Gracias, cree que... ¿Podría volver a correr?-dijo el rubio algo esperanzado.

-Pienso que tendría que esperar unos meses señor McQueen, aunque recuperó bien todos sus huesos quebrados no hay que esforzarlos mucho al conducir, mínimo tiene que esperar unos seis meses más...-dijo el doctor tranquilo.

McQueen estaba algo desepcionado, pero... ¿Seis meses? Se sintió deprimido.

Francesco se encontraba en la sala de espera, estaba algo nervioso por su amado, no quería verlo herido o desanimado; no tardó en salir McQueen desanimado y mirando a su amado esperando mimos de Francesco. El italiano no tardó en darle mimos y cariñitos, solo sintiendo como su camisa era empapada por las lágrimas de su amado corredor americano quién estaba bastante triste...

Sterling estaba más que satisfecho, convencer a Rusty y Dusty a vender su compañía de Rustize, iba a ganar el triple de ganancia para su propio beneficio, "Par de ingenuos..." se dijo él mismo, criticando a Storm y a McQueen...

-Estupiditos, ellos tan idiotas creyendo que conseguirán fama y riqueza... Corredores... No saben el trabajo duro, fuerte y derecho de un verdadero hombre... Qué interesante sobre este italiano y americano, están más que acaramelados...~-dijo mientras veía el periódico de esa semana, donde ambos corredores estaban contentos de haber vuelto a la normalidad.

Sterling solo hizo mirada seria hacia la imagen, que para él, era desagradable en muchos puntos, metieron a la cárcel a su esposo y eso le causaba rabia y furia.

-Si no fuera por ustedes dos y sus amigos espías, él no estaría pudriéndose en la cárcel... Pobre de mi amor... Debe estar sufriendo y muriendo de frío...-dijo preocupado, pero no tanto, en cuanto cumpliera su objetivo, terminaría hechando a ambos corredores a la basura, extinguir las carreras, y ganar lo suficiente para sacar a Sir Miles... Axerlord...

Continuará...