Cap. 19

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-Toda ésta mierda se arruinó por culpa tuya Cruz... Siempre me has estado estorbando...-dijo tirando a Cruz en un sillón cercano no sin antes darle una fuerte bofetada.- Debí haberte eliminado apenas dabas indicios de traición... Pero me diste muy buenos competidores para ésta empresa millonaria...-dijo Sterling con ojos desorbitados de tanta locura.

La castaña estaba aterrada y muy temblorosa sosteniendo su mejilla roja, estaba sollozando de miedo y de lo que le podría hacer su jefe psicópata.

Sterling rápidamente sacó una navaja de su bolsillo y empezó a juguetear.

-Te diré algo Cruz... Tú hubieras sido una excelente corredora, te tuve fé... Hasta que decidiste ayudar al imbécil abuelito de falta de memoria, pero ahora ya puedo exterminar te cómo se debe...-al decir esto jaló a Cruz de su coleta.

Cruz se quejaba y empezó a lagrimear de nuevo a continuación de muchas lágrimas que recorrían sus mejillas cuál río se tratase. Temblaba como una maraca y su respiración ya era muy corta al igual que bajaba su pulso por el miedo de este hombre psicópata.

Esperó que la navaja se incrustara en ella pero nunca pasó ya que se escuchó un tremendo estruendo seguido de un golpe en las narices de Sterling que cayó al suelo de forma brusca.
El rubio rápido se agachó con ella y la examinó para ver si estaba bien, al ver la tremenda bofetada la sangre del rubio hirvió como tetera. Francesco no se quedó atrás con tremenda escena y no paró de golpear a Sterling, uno, dos, tres... Ocho golpes fueron suficientes para que Sterling quedaba bobo y algo noqueado.
La ropa rasgada de Sterling se hacía presente al igual que la ropa del italiano, la sangre de Sterling estaba recorriendo los puños de Francesco, su cara y no faltaría el suelo con unos cuántos charcos y salpicaduras de su propia sangre.

El italiano se quitó de encima y acariciando sus nudillos por el dolor que sentía y McQueen preocupado se acercó no sin antes cargar a Cruz que fue bastante tonto por parte de él pero era mejor eso que un "quédate en el suelo"; se acercó a Francesco y lo examinó con su mano la cara y el cuerpo del italiano y suspiró aliviado al saber que estaba bien.
Cruz solo miraba con furia hacia su ahora ex jefe y le escupió, siempre quiso hacerlo y no desaprovecharía la oportunidad.
Francesco seriamente furioso solo se limitó a tratar de recuperar su aliento como si fuese un perro que acababa de correr un buen maratón mientras que McQueen trataba de calmarlo a toda costa y tratar de que su amado evitara de hacer una estupidez más.

Sterling se rió un poco y los miró con una sonrisa perversa, de pronto, tres ratas que trabajan para él se abalanzaron cuál depredadores fuesen. Francesco trató de impedir que tocaran a McQueen y a Cruz pero fue en vano. Los tres estaban siendo sujetados por esos sujetos que claramente no eran para nada amigables.

-Me divertí, créanme que ustedes dos son tal para cuál... Pero claramente todo esto es tu culpa Rayo McQueen... Si no fuera por ti insignificante amigo ya te hubiera partido el maldito trasero azotado que tienes.-dijo sarcástico.

-No te metas con Mate... Enfermo...-dijo McQueen serio y furioso.

Sterling solo reía para después que Axerlord apareciera y agarrara a McQueen apuntando con su arma su cabeza y Francesco fue sujetado por otro hombre, lo mismo pasó con Cruz.

-Pude haber sido rico si no fuera por ti McQueen, eres un insignificante muchacho que se cree veloz solo por tener un auto veloz, ¡¡lástima que no fuiste veloz para esto!!-dijo Axelord.

El mundo pareció que se volvía en cámara lenta, Axelord estaba a punto de jalar el gatillo para disparar directo a la cabeza de Lighting. La reacción de Francesco era tanta que parecía volverse Flash en ese instante. Rápidamente empujó con su propio peso a Axelord para que no le disparara a su amado.
Acto que parecía ser cliché, funcionó de una forma extraordinaria salvando al rubio de una muerte segura.

Francesco lo inmovilizó como pudo, la adrenalina hacía que actuara rápido y con algunos nervios en la cabeza. Cruz y McQueen veían con algo de adrenalina en sus corazones sin moverse por el shock, cómo Francesco golpeaba a Axelord para tratar de noquearlo para amarrarlo. Acto que funcionó un un buen K.O por parte del italiano. Las manchas en sus manos y cara eran presentes en su rostro y puños incluyendo el dolor de sus nudillos por los miles de golpes que se dió con el idiota del suelo.
Los hombres lo sujetaron para atrás haciendo que Francesco recibiera un fuerte golpe en la cabeza y una patada en el abdomen.

—¡¡FRANCESCO!!—gritó McQueen.

—¡¡Señor Francesco!!—dijo Cruz impactada por tal escena.

Sterling se acercó rápidamente hacia Axelord y al verlo herido solo se inmutó al ver al italiano algo mal herido por los golpes que recibió, pero no sé dejó atras y también le dió un buen derechazo a Francesco con una gran fuerza haciendo que Francesco se quejara de dolor y escupiera algo de sangre. Eso hizo que el rubio se pusiera como loco, nadie tocaba a su tres veces veloz. Finn llegó junto a Mate con ocho espías y como cualquier película de acción, todos incluyendo las viles ratas que tenían agarrados a McQueen, Cruz y Francesco los soltaron para ellos combatir a los otros.

McQueen al aprovechar la oportunidad de avalanzó sobre Sterling para darle también unos buenos golpes, Cruz solamente se acercaba a Francesco con velocidad para revisarlo de pies a cabeza acto que solo hizo insultarse a sí misma por tonta, revisó el abdomen y el rostro. Storm no tardó en llegar a escena empujando a cualquiera que se atravesará en su camino, no le importaba los golpes a los demás y con velocidad se acercó a Cruz para después cargar al italiano que se encontraba quejándose de su dolor. McQueen no quedó atrás y se fue con ellos a un lugar seguro, el rubio solamente estaba satisfecho con darle una buena golpiza al idiota de Sterling.

Los espías ganaron la batalla con rapidez amarrando a los demás y sujetando a los líderes de todo el caos que llevaban desde hace años.

—Ahora ustedes dos pueden estar juntos al fin, no había necesidad de hacer todo esto si al menos abrieras la boca Señor Sterling, usted estará enviado a la carcel por sus actos ilegales.—dijo serio como de costumbre.

Mate se acercó a él y se cruzó de brazos para después ser abrazado por Finn con mucho cariño, como si se tratara de un cachorro con su dueño.

Los tres corredores dejaron al italiano en una ambulancia para que lo revisaran mientras que Storm y Cruz se apartaron para hablar a solas, McQueen, bueno, se quedó con su amado.

Storm iba a hablar pero recibió un puñetazo de la castaña haciendo que perdiera aire.

—¡¿Cómo te atreves a venir a arriesgarte?! ¡¡¿ACASO NO VES QUE IBAS A MORIR, QUÉ IBAS A ARRIESGARTE POR NADA?!!—solo diría que Cruz con su enojo hacía que Storm se sintiera como el más afortunado del mundo. Acto que hizo que el ojigris se acercara con lentitud.— ¡¡ADEMÁS HICISTE TRAMPA!! ERES UN DEMENTE STORM, ¡¿COMO PUEDES INSULTAR A LAS PERSONAS SIN CONOCER SU POTE-?!—ella calló en un segundo por recibir un beso del piel marrón oscuro.

El beso fue tal que Cruz levantó una pierna y abrazó a su amado para seguirlo besando.

Mientras McQueen veía a su Francesco herido y con un ojo morado, el médico le colocó un parche color blanco para que se le bajara la hinchazón y así fue, Francesco caminó normal hacia él aunque se quejaba un poco, este parecía que no le importaba los golpes, McQueen se acercó a él y lo abrazó con cuidado para después soltar lágrimas. El italiano lo abrazó tan fuerte como pudo sin lastimarlo.

—¡Idiota! ¡¿Cómo te atreves a arriesgarte de esa manera?! ¡¡Te hubiera perdido!!—dijo McQueen dando unos golpes leves al pecho del italiano, este solo se quejó un poco.

—¡¡Tampoco me iba a arriesgar a perderte amore!! ¡¡Francesco ya no encontraría un sentido de vida, porque mi único motivo por el que me levanto todas las mañanas es porque te tengo a lado de Francesco!!—Francesco lo miró con molestia y con algo de nervios.

Ambos no sabían quién fue el que se acercó primero a los labios del otro, pero creo que fueron ambos al mismo tiempo, se besaron con amor y pasión mientras el rubio sacaba unas lágrimas de alivio y de amor al mismo tiempo. Francesco solo se sentía aliviado de que al fin, el amor de su vida estaba a salvó de todo el conflicto que había pasado. Un choque, una memoria perdida, recuperando tiempo para que la memoria resurgiera poco a poco, y al final, funcionó para ambos corredores, de enemigos a amigos y de amigos a amantes y de amantes... Ahora una pareja felíz.












Continuará...

Se acerca el final, ténganme paciencia!!

Francesco x McQueen| amore e ricordiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora