𝟎𝟏𝟗

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En los jardines, Moisés y yo estábamos inmersos en una de nuestras charlas diarias, como solíamos hacerlo. Sin embargo, en este día en particular, algo parecía distraerlo.

-Moisés, ¿pasa algo? Puedo notar que estás un poco distante hoy. -le mencioné, preocupada por su actitud.

-De hecho, sí. Siento que mis padres me están ocultando algo. -respondió con una nota de inquietud en su voz.

-¿Sobre qué? -pregunté, intrigada por sus palabras.

-Se trata de una sierva que se infiltro en el palacio cuando yo estaba preso, fue a verme a mi celda y me dio frutas, Y ahora por alguna razón mi padre la está buscando.-reveló con cierta cautela en sus expresiones.

-¿Porque tu padre la estaría buscando? - cuestioné, sorprendida ante la situación.

-Mi padre piensa que tal vez estaba planeando atentar contra mi vida. Me pidió que no me involucrara, pero si alguien puso en peligro mi vida, tengo que averiguar quién es. -confesó Moisés, su voz cargada de preocupación.

-¿Qué interés tendría ella en ti? -cuestioné.

-No lo sé con certeza, pero es una amenaza real. Debo descubrir la verdad. -dijo él, con una determinación que no me sorprendía.

-Está bien, solo... por favor, cuídate. No quiero que te pongas en peligro innecesariamente. -le pedí, sintiendo la urgencia de protegerlo.

-Te prometo que seré cauteloso. -aseguró, sus palabras transmitiendo una confianza genuina.

 -aseguró, sus palabras transmitiendo una confianza genuina

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-¿Cómo ha estado su día, señorita Naliah?-pregunto karoma.

-Muy bien, Karoma. Gracias por preguntar.
-respondí Con una mirada distante, recorriendo las horas que habían transcurrido desde mi última conversación con Moisés.

En ese instante, la entrada al harem se iluminó con la presencia de Moisés. Su voz, llena de una mezcla de urgencia dijo:

-Naliah, ¿podemos hablar?

Miré a Karoma y asentí, siguiendo a Moisés mientras dejaba atrás la relativa calma del harem y nos adentrábamos en los pasillos.

-¿Pasa algo? ¿Tiene esto que ver con la sirvienta?- le planteé con curiosidad, notando la tensión en su rostro.

-El afán de mi padre por encontrar a la sirvienta era más que evidente. Me enteré de que resultó ser una hebrea infiltrada en el palacio. Pensé que podía ser mi madre, pero...-exhaló Moisés.

-¿Pero?-cuestioné.

-Mi padre me acaba de revelar que mi madre de sangre murió hace mucho tiempo a causa de una enfermedad-continuó, dejando una pausa en el aire.

Sentí una profunda empatía por él en ese momento. Las palabras no parecían suficientes para consolar la herida de haber descubierto la verdad de esa manera.

-Lo siento mucho...-murmuré, consciente de que cualquier palabra sonaría insuficiente.

Moisés simplemente asintió, aceptando mi apoyo silencioso. No era necesario hablar más. Las emociones parecían llenar el espacio entre nosotros, creando un vínculo de comprensión única.

-Disculpa si es inoportuno, pero... ¿crees en lo que tus padres te dijeron sobre tu madre de sangre?-Le pregunté.

Moisés reflexionó por un momento, sus ojos oscuros buscando los míos.

-Quiero creerlo. Porque si resulta que no es verdad, si descubro que me mintieron, nunca podría perdonarlos.-contestó desconsolado.

Mi corazón se compadeció por la lucha que debía estar experimentando.

-Todo estará bien, Moisés.-dije con suavidad, tratando de transmitirle mi apoyo.

Extendí mis brazos y lo abracé, sintiendo su calor y su fragilidad en ese momento.

Extendí mis brazos y lo abracé, sintiendo su calor y su fragilidad en ese momento

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𝑳𝑨𝑩𝒀𝑹𝑰𝑵𝑻𝑯-𝑴𝑶𝑰𝑺𝑬𝑺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora