𝟎𝟐𝟗

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Mis nervios estaban a flor de piel, preguntándome si el rey sería capaz de tomar medidas drásticas incluso contra sus propios hijos. Ya había perdido a Moisés, y la idea de perder también a Ramsés era insoportable.

-¡Por los dioses! Naliah, toma asiento! Ya me mareaste dando vueltas por todo el harem.- reprendió mi madre, rompiendo mis pensamientos.

-Disculpa, mamá, pero estoy nerviosa.-confesé, tomando asiento mientras intentaba calmar mi agitación interna.

-Y con razón, Naliah. ¿En qué cabeza cabe ayudar al hebreo a escapar? Si el rey se da cuenta, ni quiero pensar lo que te haría.- comentó Yunet, expresando su preocupación.

-Pues eso no importa lo importante es que Moisés está vivo.-respondí desafiante.

En ese preciso instante, Karoma entró al harem, trayendo consigo noticias sobre Ramsés.

-Señora, el Príncipe Ramsés ya salió de la sala del trono. La espera en sus aposentos.-informó Karoma.

-Ramsés, ¿qué sucedió?-pregunté al entrar a los aposentos, buscando respuestas en su expresión.

-Él está furioso, pero no tiene pruebas de que yo o Henutmire ayudamos a Moisés a escapar, así que decidió cerrar el caso.-comentó Ramsés, revelando la situación.

-Gracias a los dioses, estaba preocupada.- suspiré aliviada, dejando escapar la tensión acumulada.

-Sé que esto debe ser muy difícil para ti, Naliah. También lo es para mí, pero hay que seguir adelante. Moisés pidió que cuidara de ti, y eso es lo que haré. Naliah, permíteme amarte, como antes...-dijo Ramsés, sus palabras cargadas de sinceridad.

-Ramsés...-titubeé, sintiendo la complejidad de la situación.

-Sé que lo que te estoy pidiendo es mucho, pero por favor, inténtalo. Amémonos de nuevo como antes-insistió Ramsés, su mirada reflejando anhelo y determinación.

-Ramsés, las cosas han cambiado entre nosotros. No sé si pueda volver a amarte como antes.-admití, lidiando con mis propias emociones.

Ramsés asintió, reconociendo la complejidad de la situación.

-Lo entiendo, Naliah. Pero al menos, déjame intentarlo. Permíteme demostrarte que puedo ser el apoyo que necesitas, incluso si eso significa reconstruir nuestro amor desde cero.

-Ramsés, es tan difícil...-susurré, sintiendo el peso de la indecisión.

-Lo sé, pero juntos superaremos esto. Hagámoslo paso a paso.-ropuso Ramsés, extendiendo su mano como un gesto de compromiso.

Aunque la incertidumbre persistía, acepté su mano, dispuesta a explorar el camino hacia una nueva comprensión entre nosotros. La habitación se llenó con la promesa de un futuro incierto, pero al menos, estábamos dispuestos a enfrentarlo juntos.

 La habitación se llenó con la promesa de un futuro incierto, pero al menos, estábamos dispuestos a enfrentarlo juntos

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𝑳𝑨𝑩𝒀𝑹𝑰𝑵𝑻𝑯-𝑴𝑶𝑰𝑺𝑬𝑺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora