(Nueve horas antes)
-Creo que tu subconsciente está intentando decirte algo. - _____ sonrió e intentó no reírse mientras tomaba otro sorbo de su martini.
-¿Qué? -
-Este viaje a Las Vegas. - Respondió Aidan. - Tu subconsciente te está gritando porque hay una necesidad reprimida en tu interior, está diciéndote que hagas una locura. - _____ enarcó una ceja y sonrió divertida.
-Ya. O puede que simplemente haya venido a la boda de mi prima. -
-¡Ah, el poder de la autonegación...! -
-Olvídalo. Ya te lo he dicho, no voy a casarme contigo, ni vamos a fugarnos, así que deja de suplicar. -
Aidan se rio. Los dos sabían que lo que tenía en mente era algo muy distinto; igual que los dos sabían que no hablaba enserio.
Además, ahora ya sabía cuáles eran sus planes. Se había mostrado muy interesado cuando se los había expuesto, explicándole porqué había optado por la inseminación artificial con el semen de un donante. Pero, en vez de poner tierra de por medio, había decidido que lo que necesitaban los dos era un poco de diversión. Diversión de la sana, de la que no acarreaba consecuencias indeseadas. La clase de diversión que implicaba charlar, flirtear, y beber más de lo que la prudencia aconsejaba. Ella se había dejado llevar, y desde ese momento casi no había podido dejar de reír, mientras exploraban el casino y se divertían.
Aidan le puso la palma de la mano en el hueco de la espalda y la condujo a las máquinas tragaperras.
-No sé, me parece que tratándose de una decisión tan importante deberías considerar todas las opciones antes de descartarlas. -
-Puede que tengas razón. - Señaló con un ademán a su alrededor, y añadió con una sonrisa traviesa: - Hay muchos hombres a los que considerar. - Él sacudió la cabeza.
-No creo que encuentres al hombre adecuado aquí, entre estas máquinas tragaperras. - Le dijo. - Un tipo que está ahí dale y dale a una palanca de treinta centímetros apunta a que lo hace para compensar que la tiene muy pequeña. - _____ contuvo la risa a duras penas y frunció el ceño, fingiendo estar indignada.
-Apenas nos conocemos...¿y crees que iría a por un tipo que se juega el dinero en una de estas máquinas? - Aidan sonrió.
-Es verdad, debería tener más fe en ti. - Ella asintió y paseó la mirada por el casino.
-Las mesas de la ruleta es donde se concentran los que no son meros aficionados, ¿no crees? - Dijo señalando en esa dirección.
-Me veo obligado a disentir. Cualquier tipo que se gaste los cuartos en un juego que se basa sólo en la suerte se engaña a sí mismo. Probablemente cree en Santa Claus y en las hadas. No pinta muy bien en lo que se refiere a su estabilidad mental. No querrás que haya un alto riesgo de probabilidad de psicosis en los genes de tu bebé, ¿verdad? - _____ soltó una risita ahogada.
-No, desde luego que no. ¿Cómo puedo haber estado a punto de cometer un error así? -
-A veces me preocupas. - Bromeó él.
_____ no recordaba cuándo había sido la última vez que se había divertido tanto, ni a otro tipo con el que se hubiese sentido así de cómoda nada más conocerlo.
-Entonces...¿Qué me dices de los hombres que juegan al blackjack? - Inquirió señalando en esa dirección.
-También se engañan a sí mismos, creyendo que tienen el control cuando es un juego de azar. A menos que haga trampas...en cuyo caso tendrías que considerar que tal vez sea un delincuente. - Ella se rio.
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𝐀 𝐥𝐚 𝐌𝐚𝐧̃𝐚𝐧𝐚 𝐒𝐢𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ] (𝓐.𝓖.) [✓]
FanfictionSe había despertado al lado de un hombre con el que se había casado, y del que no conocía de nada. Él se encargaría de hacerle recordar la química que había entre ambos. •ᴛᴏᴅᴀ ᴄᴏᴘɪᴀ ᴏ ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ ᴇsᴛᴀ́ ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀᴍᴇɴᴛᴇ ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴀ •ᴛᴏᴅᴏ ᴇʟ ᴄʀᴇ́ᴅɪᴛᴏ ᴀ sᴜ...