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_____ se sonrojó.

-Debería intentar encontrar mi vestido. - Balbuceó. Diablos...Aidan se metió las manos en los bolsillos del pantalón. Los ojos cafés de _____ recorrían nerviosos el dormitorio, como si en algún oscuro rincón fuera a encontrar algo que la salvara de aquella situación. Se iluminaron acompañados de un gritito de alivio, y Aidan vio que había encontrado el vestido. - Gracias a Dios; supongo que me lo he ganado a pulso, pero no quería tener que salir de aquí en bata de baño. - Dijo pero luego bajó la vista al vestido y se mordió el labio al ver lo arrugado que estaba.

-Puedo llamar a recepción para que te consigan algo de ropa si quie... - Lo interrumpió antes de que pudiera acabar.

-¿Qué? No, ni hablar...me pondré una camisa y un pantalón tuyos, o lo que sea. - Aidan esbozó una sonrisa traviesa.

-Me atrae la idea de verte con mi ropa, pero... ¿qué tal si desayunamos antes? - _____ parpadeó.

-No puedo quedarme a desayunar. Tengo una boda hoy, ¿recuerdas? Una boda de verdad. - Aidan se puso tenso.

-No como la boda de anoche, quieres decir, que no fue una boda de verdad, pero que sin embargo tiene validez legal. - Ella lo miró azorada.

-Solo quería decir que... - Él levantó una mano para interrumpirla.

-No hace falta que te disculpes; sé lo que querías decir. Una boda que los novios tienen planeada desde hace meses. Sé que esto te parece una locura, y que estás desesperada por salir de aquí, pero estamos casados, Tenemos que hablar de esto y aún faltan horas para la boda de tu prima. Comeremos algo para que se te asiente el estómago y charlaremos y nos conoceremos un poco mejor. - Al verla vacilar, añadió. - Venga, _____, salta a la vista que eres de esas personas que necesitan tenerlo todo bajo control; seguro que hay un montón de cosas que quieres preguntarme. - La mirada de _____ lo decía todo: tenía un millón de preguntas que hacerle. Pero había más que curiosidad en sus ojos; también había miedo. Era como si le preocupara lo que pudiera descubrir con sus respuestas. - Vamos, soy un buen tipo. -

-Lo sé; es sólo que estoy confundida, y me siento abrumada y... - Irguió los hombros. - Bueno, si nos vamos a divorciar, no creo que tenga mucho sentido que nos conozcamos mejor. -

Aidan frunció los labios y se cruzó de brazos. Sin duda, un divorcio sería la solución más simple. Podría dejarla ir, podría encargarle el asunto a un par de sus abogados y que lo resolvieran de un modo rápido y discreto.

_____ no recordaba nada de la noche anterior, así que sería casi como si nada de aquello hubiese pasado. Pero él sí recordaba.

Se encogió de hombros y con fingida indiferencia se sacó el as que tenía guardado en la manga.

-Ya, supongo que tienes razón. Además, si necesitas hablar, estoy seguro de que Jodie y Tina estarán encantadas de escucharte. Al fin y al cabo todavía tienes...¿qué, cuatro horas antes de que empiece la ceremonia? - _____ dio un respingo y lo miró preocupada.

-¿Tina y Jodie lo saben? -

¡Bingo! Oh, sí, su mujer no iba a irse a ninguna parte; o al menos no durante unas horas.

-Saben que nos fuimos juntos del casino...y que no volviste anoche al hotel donde compartes habitación con ellas. -

-Está bien, tú ganas. Juguemos a "vamos a conocernos mejor." -

Aidan reprimió lo mejor que pudo la sonrisilla victoriosa que luchaba por asomar a sus labios, y fue a abrir la puerta del dormitorio, que conectaba con la sala de estar de la suite. Era muy espaciosa y tenía grandes ventanales, elegantes muebles, y una exquisita decoración.

𝐀 𝐥𝐚 𝐌𝐚𝐧̃𝐚𝐧𝐚 𝐒𝐢𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ] (𝓐.𝓖.) [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora