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_____ no había conseguido dormir en toda la noche. Le había ofrecido a Aidan lo que le había estado pidiendo, lo que había dicho que quería. Se había ofrecido a él, le había ofrecido un futuro juntos...y él la había rechazado.

No, no la había rechazado. Esa era la conclusión a la que había llegado después de todas esas horas en vela. Lo había hecho para protegerla. Aidan sentía que le había fallado la noche en que se habían casado, y no quería arriesgarse a dejar que tomara una decisión tan monumental como aquella si había la más mínima posibilidad de que pudiera no estar pensando con claridad.

No, no la había rechazado. Aquello no era algo malo, era algo bueno, y ______ probaba una vez más que podía contar con el hombre con el que se había casado.

Una sonrisa afloró a sus labios cuando lo oyó bajar por las escaleras. Miró su reflejo en la puerta del microondas, se metió un mechón tras la oreja y se pasó las manos por el estómago en un intento desesperado por calmar los nervios que la amenazaban. Tomó la jarra del café y sirvió un par de tazas. Un segundo después Aidan entraba en la cocina, vestido como un traje azul cielo y perfectamente peinado. Le dirigió una sonrisa y tomó una de las tostadas con mantequilla que le había puesto en un plato.

-No sabes cómo te lo agradezco. - Le dijo antes de darle una mordida a la tostada. - Voy tarde. -

Antes de que _____ pudiera siquiera abrir la boca, Aidan ya le había dado un beso en la mejilla y se había bebido media taza de café. Llevándosela con él, se detuvo en la puerta y miró la cafetera en la mano de _____ y la tostada mordisqueada en la suya. Luego la miró a los ojos y ella supo que se había dado cuenta de su falta de delicadeza. Una sensación cálida disipó el aturdimiento de ____.

-Café y tostadas. - Le dijo con una sonrisa. Aidan dejó la taza en la encimera y le dijo muy serio:

-Respecto a lo de anoche...quiero que sepas que me alegro de que te sientas preparada para comprometerte con lo nuestro. Anoche me preguntaste si no era lo que yo quería, y sí que lo es. Me siento muy halagado de que confíes en mí. -

Sin embargo, algo en la expresión de su rostro le decía que no estaba siendo sincero y su tono sonaba tenso. A ____ el estómago le dio un vuelco.

-No comprendo... - Murmuró con voz quebrada y suplicante antes de poder refrenar sus palabras, para proteger su orgullo. - A pesar de tus palabras parece como si me estuvieras diciendo todo lo contrario, como si no te alegraras de verdad. -

Como si los temores y las preocupaciones que no le habían dejado conciliar el sueño la noche pasada estuvieran más justificados de lo que se había permitido creer.

Aidan dejó la tostada junto a la taza para ir junto a ella y le puso las manos en los hombros.

-Sí que me alegro, pero es que cuanto más lo pienso, más importante me parece que esperes a que acaben los tres meses de prueba para tomar una decisión. - Ella escrutó sus ojos, negándose a derramar las lágrimas que inundaban los suyos.

-¿Por qué? Antes estabas tan seguro...no tenías ni una sola duda. -

-Por mi parte no tengo ninguna…pero en lo que respecta a ti... Mira, sé lo bien que encajarías en mi vida, pero no estoy seguro del todo de que hayas tenido aún suficiente tiempo para ver si yo encajaría en la tuya. - ____ sacudió la cabeza.

-¿Cómo puedes decir eso? Ya han pasado dos meses desde que... -

-El primero no cuenta. Tómate dos más. Asegúrate de que esto es lo que quieres. - La besó en la frente y dejó caer las manos antes de cambiar de tema, como si hubieran estado hablando del tiempo. - Hoy tengo una reunión que seguramente se alargará hasta tarde, y mañana a primera hora tengo otra, así que no me esperes levantada. Probablemente me quede cansado en mi despacho. -

𝐀 𝐥𝐚 𝐌𝐚𝐧̃𝐚𝐧𝐚 𝐒𝐢𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ] (𝓐.𝓖.) [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora