Enfundada en otro vestido de fiesta, _____ tenía la cabeza girada hacia la ventanilla de la limusina, y observaba sin interés las calles iluminadas de la ciudad por las que pasaban. Miró a Aidan, que iba sentado frente a ella repasando unos papeles de trabajo que habían recogido en su oficina hacía unos minutos y hablando con uno de los directivos de su compañía.
Al llegar a casa la había saludado con un beso, aunque algo casto, había elogiado su peinado y lo bien que le quedaba el vestido y le había preguntado por su día, pero nada de todo aquello le había parecido real. La conexión que había habido entre ellos desde el principio, ese algo invisible que podía palparse en el aire, en cada frase, en cada sonrisa, en cada mirada, se había evaporado desde la noche en que le había ofrecido en bandeja lo que quería. ¿Era ese el tipo de matrimonio que él le había propuesto desde el principio? El romanticismo, las risas, la complicidad entre ellos... ¿Podía ser que todo eso no hubiese sido más que el cebo que le había puesto para que la convenciera, de asegurarse su interés y su afecto para que considerara su propuesta?
No podía creerlo, no podía comprender por qué se habría esforzado tanto para tentarla con algo que no podría tener. A menos que fuese una especia de prueba, que quisiera asegurarse de que entendía exactamente aquello a lo que iba a renunciar. No, no podía ser tan cruel. Lo conocía y sabía que nunca haría intencionadamente algo que pudiera herirla de ese modo. Además, la conexión que había entre ellos...no podía haber fingido eso. ¿Qué estaba pasando allí? Quizá se estuviese sintiendo abrumado. Quizá necesitara tiempo. O quizá estaba engañándose a sí misma como una tonta. Pero le había dicho a Aidan que por él estaba dispuesta a arriesgarse, y después de lo que habían vivido juntos en esos dos meses, aún creía que merecía la pena correr ese riesgo.
Giró de nuevo la cabeza hacia la ventanilla, parpadeando para contener las lágrimas que habían acudido a sus ojos. Todo iba a salir bien, se dijo, estaba segura. Ya se sentía un poco mejor.
Momentos después la limusina se detenía frente al hotel donde se celebraba la fiesta a la que iban. Aidan dejó a un lado los documentos y le dijo a su interlocutor:
-Ya hemos llegado, así que el resto tendrá que esperar. Si te parece, podríamos reunirnos esta noche para hablarlo...sí, aunque acabemos de madrugada; es importante. - Le lanzó una mirada a ______ para ver como se tomaría que fuera a tener una reunión de trabajo a esas horas intempestivas. Ella esbozó una sonrisa comprensiva, sacó de su bolso de mano un espejito y se puso a comprobar su aspecto como si no le molestara en absoluto. Aidan, que se había quedado mirándola, carraspeó y dijo por el móvil: - Sí, perdona, sigo aquí. De acuerdo, pues quedamos esta noche entonces. Hasta luego. -
_____ volvió a guardar el espejito y le sonrió de nuevo, ignorando su ceño fruncido y sus ojos entornados. ¿Tal vez estaba notando algo distinto en ella? Tenía que ser eso. Y lo que demostraba era que no se había equivocado respecto a esa conexión que había entre ambos. Los dos intuían cuando al otro le pasaba algo. Sí, todo iba a salir bien, se repitió una vez más.
Cuando la limusina se detuvo, el conductor les abrió la puerta. Aidan se bajó y le tendió una mano para ayudarla.
-¿Lista? - Le preguntó. _____ sintiendo que volvía a tener confianza en sí misma, contestó con firmeza:
-Lista. -
______ era perfecta. Aidan no dejaba de maravillarse de hasta qué punto encajaba en su vida. A los cinco minutos de su llegada ya tenía a toda la mesa directiva comiendo de su mano. Nadie escapaba al hechizo de su sonrisa y su facilidad para conversar sobre cualquier tema. Era asombrosa.
Le había preocupado haberlo echado todo a perder al dejar que las emociones se desbordaran, y había temido que no hubiera vuelta atrás pero, tras unos días de convivencia más ajustada a como se suponía que debería haber sido desde el principio, parecía que ______ había comprendido. Esa noche, en la limusina, lo había visto en sus ojos. Se había sentido sorprendido, pero también inmensamente aliviado porque no quería renunciar a ella. No quería perderla. Ahora lo que hacía falta era que mantuviera la cabeza fría para no estropearlo.
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𝐀 𝐥𝐚 𝐌𝐚𝐧̃𝐚𝐧𝐚 𝐒𝐢𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ] (𝓐.𝓖.) [✓]
FanfictionSe había despertado al lado de un hombre con el que se había casado, y del que no conocía de nada. Él se encargaría de hacerle recordar la química que había entre ambos. •ᴛᴏᴅᴀ ᴄᴏᴘɪᴀ ᴏ ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ ᴇsᴛᴀ́ ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀᴍᴇɴᴛᴇ ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴀ •ᴛᴏᴅᴏ ᴇʟ ᴄʀᴇ́ᴅɪᴛᴏ ᴀ sᴜ...