¡Hola, soy LYINGWU!.
Esta sección será solamente de oneshots sobre algún shipp fife funable. Mechoa, Edzano, neyson, etc.
Los estaré escribiendo yo, pero si en algún momento a alguien le interesa uno, y sé cómo escribirlo, ¡lo escribiré!. Sin más...
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Mi príncipe — exclamó Guillermo, corrió hasta al alfa que cargaba a su... príncipe en brazos.
Guille— sonrió Andrés — Pimienta se asustó por una serpiente, me dejó caer y me golpee la espalda, pero... Ángel — y ahora sonrió observando al alfa que le cargaba— me trajo.
Guillermo tomó en sus brazos a Andrés, de inmediato. Se le veía asustado.
Gracias, Ángel. ¿Eres?...— preguntó el joven omega rizado.
Ángel "Di" Maria. Uno de los caballeros del rey Camilo II— se inclinó con cortesía — venimos desde el oriente a ver al rey Solomon, y su esposa, la reina Isabella.
Guillermo suspiró con el sonriente Andrés en sus brazos— le agradezco caballero Ángel, por haber traído a nuestro príncipe, pero...
No puede acercarsele...
Tanto Ángel como Andrés se miraron entre sí, extrañados.
Pero, Guille— exclamó Andrés.
Su acto fue valiente, pero no por el hecho de haber traído a mi príncipe hasta aquí, sino porqué, si alguien del reino lo hubiera visto, las consecuencias...— Guillermo hizo una pausa— se pagarían con su vida.
El cuerpo de Andrés se estremeció al oírle.— ¿A qué te refieres?.
Disculpe, mis intenciones no eran hacerle daño al príncipe Andrés.— Nuevamente Ángel se inclinó con respeto.
No es eso. Son reglas. Pero yo le estoy agradecido por haberle ayudado a mí... príncipe — sonrió con amabilidad Guillermo.
Ángel sonrió asintiendo.— Tendré que regresar a mi puesto. Aquí se halla Pimienta, príncipe — habló Ángel.— Le ofrezco disculpas por mi actitud tan grosera.
Andrés negó sonriente— no te preocupes Ángel. Yo no estoy molesto. Guille, puedo caminar— exclamó.
Entonces bajó con cuidado de los brazos del alto omega rizado, de 22 años, Guillermo.
Puedes retirarte, ya te alcanzo— exclamó Andrés.
Guillermo suspiró — príncipe... procure no ser visto — hizo una reverencia y se retiró...
A cuidar que nadie vea al príncipe con un simple caballero de otro reino.
Ángel — exclamó Andrés con una sonrisa— permíteme agradecerte este gesto.
Príncipe, estaré muy agradecido por ello pero, ya oyó las palabras del jóven. No quiero causarle problemas— habló Ángel con respeto.
Andrés sonrió — soy el príncipe aquí, mi voz tiene poder— dijo con alegría — ¿cuando te irás?.
