Capítulo 7

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Le termino de contar todo lo que ha pasado estos días a mi mejor amiga. Estamos en su apartamento y Ry está corriendo por todo el lugar jugando con sus carros como suele hacer cada que venimos aquí.

−No quieres que pase nada, pero aun te gusta − reclama divertida

Niego en respuesta.

−Puedes mentirle a todos, a mi jamás − suelta riendo −Te conozco demasiado bien.

−No puedo estar con el, lo unico en comun que tenemos es Ryan y estoy bien con eso − murmuro

−A veces eres tan estupida que quiero golpearte contra la pared − vocifera con las brazos al cielo −Te mereces ser feliz Laney Lou, no me importa si es con él o con alguien más, siempre y cuando estés lista para dar ese paso, pero las dos sabemos muy bien que aunque pasaron tres años inconscientemente lo sigues amando, y como no si crearon a la personita mas linda de todo el mundo − murmura repartiendo besos en la cara de Ry

El rie sin control intentando liberarse de Bree, sonrió por la escena porque se cuanto amor se tienen. Suspiro asimilando sus palabras. Ryan logra escabullirse y corre a su pequeña área de juguetes, sorpresivamente esta mas calmado esta tarde.

−Lo que intento decirte es que él está haciendo un grandioso trabajo como papá y nadie te juzgará si lo intentas de nuevo con él o con otro fulano, Ry bebe estará bien porque tiene una gran familia que lo ama y sin duda te llevas el primer lugar.

−Aún hay mucho por discutir, pero no me veo con él prontamente, tal vez le acepte la cita a Gregor − mencionó recordando a nuestro ex amigo

Nos damos una mirada y reímos juntas.

−Te odiare si sales con él, está vetado amiga − resopla

Gregor intentó salir conmigo un montón de veces y me besó a la fuerza, le di una hermosa patada en las bolas y dos cachetadas extras. Una semana después intentó lo mismo con Brynne y no salió muy lindo luego de eso. Luego de unas horas me despido de Bree, el trato era cenar con Nate hoy. Salimos del depa y caminó en dirección a mi auto donde siento a Matt en su sillita mientras murmura una canción, el me regala una sonrisa la cual regreso en su dirección antes de subirme y conducir de regreso a casa. Llego a mi condominio con un raro Ry en silencio, observo sus mejillas sonrosadas y compruebo su temperatura. Está un poco caliente, me apuro a sacarlo del car seat y entro a mi edificio.

−Cariño, ¿te duele algo? − pregunto preocupada

El niega y juega con mi cadena. Las puertas del ascensor se abren revelando mi pasillo . Abro la puerta encontrándome con Nate en el sofá. Nate se remueve para que lo deje en el suelo donde corre gritando papi. Nathe lo recibe con una sonrisa y cuando lo abraza me mira preocupado sintiendo su temperatura. Me apresuro a buscar el termómetro y caminar devuelta a la sala.

−Ven cielo − murmuró a Ry en el regazo de Nate

El niega y me agacho junto a él para colocarlo debajo de su brazo. Esperamos los tres minutos. 39.5. Maldición. Rápidamente le escribo a su pediatra para llevarlo y me dice que si. Tomo mi bolso y el de Ry y salimos en dirección al hospital.

−¿Cómo está? − pregunta Nate preocupado mientras conduce

−Se quedó dormido − murmuró con un nudo en la garganta viéndolo acurrucado en mis brazos, se que esta cansado ya es su hora de dormir casi y considerando que no tomo siesta

−¿Suele pasar mucho? 

Niego en respuesta.

−Ryan no suele enfermarse mucho, la primera vez que pasó él tenía siete meses y lloré toda la noche en el hospital, pensaras que soy ridicula pero me dolía el corazón solo pensar que se sentía mal y no podía hacer nada por él − comentó mientras él me mira por el retrovisor

−Y las demás veces?

−Tenía un año y le estaban brotando los dientes, estaba irritado por todo, en esa ocasión le dio mucha temperatura.

−Eres una gran mamá, nunca dudes de eso ni por un segundo.

Agradezco con un intento de sonrisa y cuando menos lo espero llegamos al hospital. Me doy cuenta que hizo esas preguntas para aligerar la mente y odio que me conozca tanto. Entramos enseguida y Nate toma a Ry de mis brazos, él se queja levemente y queda rendido nuevamente.

−La doctora Wilson − indicó a la secretaria

−Nombre − pide

−Ryan Ander.. − Observó a Nate arrullarlo −Ryan Hayes Anderson − corrijo

La doctora sale del consultorio y me hace pasar. Me pregunta infinitas cosas como siempre, que comió diferente a otros días, lo que hizo, signos anteriores y demás mientras lo revisaba. Al final diagnosticó una pequeña infección de garganta, receto medicamentos y otra cita la semana que viene. Nate hizo miles de preguntas que la doctora respondió pacientemente. Creo que sufrí más que Ry cuando la doctora le aplicó la inyección.

−Si tiene más picos de temperatura no dudes en avisarme y traerlo − comenta

−Muchas gracias − agradezco

−Adios pequeño Ryan, obedece a tus papis y come toda tu comida − indica la doctora 

Él asiente y esconde su cara en el cuello de su papa. Nos despedimos y salimos del lugar.

−Ry está un poco resentido por la inyección − dice Nate a mi lado

Asiento mientras caminamos al auto. Antes de ir casa pasamos por la farmacia donde Nate se baja a comprar todo lo que necesitamos, quince minutos después entramos al depa donde baño a Ry y le coloco su pijama luego de cenar algo ligero y liquido para el.

−Mami ¿puedo dormir contigo? − pregunta con su dulce voz

−Por supuesto cariño − acepto besando su mejilla

−Muy bien campeón hora de ir a la cama − dice Nate tomándolo en sus brazos a mi habitación

Suspiro siguiendolos. Nate lo colocó en el colchón y lo cubrió con el edredón.

−Papi puedes dormir conmigo y mami? − pide batiendo las pestañas

Nate me mira con duda en su mirada y asiento en respuesta, porque estoy muy cansada y Ry necesita dormir para reponer energías.

−Claro que sí campeón − asiente

Me acuesto del lado derecho de la cama y Nate en el izquierdo dejando a Ry en medio de los dos. Él nos observa a los dos y cae rendidamente al sueño.

−Estaba muy cansado que no pidió su cuento de dormir − murmura Nate acariciando sus rizos despacio

−Fue una noche larga − concuerdo −Lo hiciste bien hoy − comento mirando sus ojos

El sonríe de lado.

−Solo intente mantener la calma por ustedes − suelta

Lo miro confundida y él cierra los ojos por un segundo.

−No se como has hecho esto sola, estaba tan preocupado, mi corazón se estrujo al verlo llorar hoy, quiero entrar en una burbuja y que nada lo hiera nunca − confiesa

−La definición de ser papa, no creas que no pienso en todos los peligros que hay, si se tropieza jugando o cuando no encuentra su juguete favorito y empieza a llorar, solo hay que confiar en sí mismo y darle todo el amor posible − respondo

Él asiente y le da un apretón a mi mano. Apagamos las luces y nos sumergimos en un eterno silencio.

Volviendo a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora