𝗢𝗯𝗿𝗮 𝗱𝗲 𝘁𝗲𝗮𝘁𝗿𝗼, 𝘆.. ¿𝗺𝘂𝗲𝗿𝘁𝗲?

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—¿Es en serio? ¿De nuevo? —murmuré en voz alta, para después tirar otra de esas malditas cartas. 

Esos miserables trozos de papel, han estado jodiéndome los días desde hace semanas. No se quién es, no se cuál es su punto o a qué quiere llegar, pero estoy cansada.

Me ha amenazado de muerte, ha enviado sangra falsa, ha hecho de todo. 

¿Y Saben qué es lo que me pide? Que me aleje de Kyle. 

Ahora, piensen... ¿quién podría estar lo suficientemente mal mental y psicológicamente para hacer semejante idiotez?

No lo sé, y realmente me gustaría averiguarlo. 

¿Por qué no puedo tener unos días de paz? ¿Por qué este maldito pueblo debe ser tan retorcido, al igual que todo sus habitantes?

Han pasado ciertas cosas en los últimos días. 

Wendy rompió con Stan de manera definitiva, mi hermano no parece hablar con Tweek, a Kenny no se le ve por ningún lado y éstas cartas anónimas solo siguen. 

—Hey. —sentí una mano posarse en mi hombro. 

Pegué en brinco debido al acto tan repentino, pero al reconocer la voz me tranquilicé. 

—Oh, eres tú —sonreí. —Hola. 

—Hola —esbozó una sonrisa. —¿sucede algo? Luces.. cansada. 

—No, no te preocupes. —negué. —No es nada. 

—¿Segura? —levantó una ceja. 

—Mhm. —asentí. 

Permaneció en silencio por unos minutos, analizándome. Su mirada tan fija y penetrante me ponía nerviosa, provocando que bajara la mirada. 

—Ajá.. —entrecerró sus ojos. —Bien. No insistiré más, no quiero incomodarte.

Suspiré aliviada, pero de manera discreta. —Graci-..

—Pero —interrumpió. —saldremos después de clases a comer. Para que te relajes, ¿sí?

—No lo sé, Kyle.. 

—Vamos —ladeó su cabeza. —será divertido

Lo pensé un poco..

Tal vez no estaría mal salir para despejarme un poco. ¿Qué tan malo podría ser?

—De acuerdo. —sonreí.

—Perfecto. —correspondió mi sonrisa.

Antes de darme cuenta, sentí una suave presión en mis labios. Era un beso, y obvio, correspondí.

 Después de todo, éramos novios. 

Se separó con una gran sonrisa y las mejillas sonrosadas. Se veía muy lindo. 

—Hasta luego. 

Y se fue sin más. Solté una pequeña risa a tal acción por parte del pelirrojo. 

Era una de las tantas cosas que adoraba de Kyle. Su gran talento para poder hacerme feliz con solo su presencia o el escuchar su voz. El don que tenía para siempre sacarme una sonrisa, no importaba qué. 

Realmente amaba a este chico.

Realmente amaba a este chico

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𝗪𝗵𝗲𝗿𝗲 𝗶𝘀 𝗹𝗼𝘃𝗲? | 𝗞𝘆𝗹𝗲 𝗕𝗿𝗼𝗳𝗹𝗼𝘃𝘀𝗸𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora